Pornoterrorismo: Otra forma de ver la pornografía

“Perra, repetida, deconstruida y vuelta a construir, funciona como una doble subversión identitaria: Subvierte la representación de “perra”, retando a sus impactos negativos y subvierte las narrativas de identidad propuestas desde algunos feminismos regionales que, siguiendo sus propias estrategias, enuncian una identidad cimentada en los roles tradicionales de la mujer.”  
Teresa Garzón

 

¿La mujer también consume pornografía?  ¿Una mujer sólo puede estar delante de una cámara?

Marisol Salanova, una joven filósofa detalla el pornoterrorismo de una manera concisa como:

Un movimiento artístico que propone el disfrute de nuevas representaciones alternativas del cuerpo, elaborando un imaginario sexual en el que tengan cabida las sexualidades periféricas y disidentes que la heteronormatividad y el porno clásico marginaban.

Existen tantas formas de sentirlo, como practicarlo. Como lo describe Diana J. Torres en su poema “Transfrontera”, es el engendro de la sexualidad. Y la lleva acabo con las herramientas más básicas y actuales: el cuerpo, los cuerpos vivos y asesinados, humanos y animales; la carne como fuente de goce y barbarie.

 

 

Es la contrariedad de las grandes empresas de la pornografía, se pueden cambiar los roles, se quitan los estereotipos de género, se rompen esquemas mediante el arte de la palabra, el audiovisual, o la acción directa, mostrándonos así, toda la pobreza sexogenital y hasta lo ridículo y repetitivo que puede ser la pornografía común.

Podemos ver, la participación constante desde artistas hasta activistas y filósofas, tales como VirginieDespentes, Erika Lust, María llopis, Beatriz Preciado. Así mismo varias colectivas como el Colectiva Piernas Abiertas. Todas ellas han decidido dar a conocer este movimiento, realizando perfomances, pláticas, obras, llevando a cabo el construir y destruir esquemas, ideas, formas de ver y sentir la sexualidad.

Las pornoterroristas desean acabar el hecho de que una mujer no participe detrás de la cámara, ellas quieren orgasmos verdaderos, personas imperfectas, atacar la idea de que el coito sólo puede producirnos placer y que la pornografía sea libre de los actos racistas, machistas y misóginos. Se mantiene y promueve al movimiento Queer y al feminismo.

Se realizan perfomances con poco presupuesto, se rompen actuaciones en directo, y la audiencia participa y siente la forma de poder erotizarse visualmente, a la misma, las colectivas y los participantes han realizado talleres para poder construir dildos con productos reciclados, producir y escribir, organizar jornadas sobre el tema, conferencias, libros, foros, video-forums, entre otros.

 

 

Hay muchas ideas en este movimiento, pretenden que se reivindique el deseo femenino, que se destruya la hegemonía del porno y sus estereotipos, diversificar los contenidos de la industria que pocas personas reconocen y les da pena reconocer, no sólo demostrarle la visión que se tiene a los hombres, si no, a personas diversas en edad, clase social, raza, y hasta en niveles culturales.

Sabemos que la pornografía siempre ha causado polémicas, y en algunos un rechazo. Ya que, degrada a la mujer, y explota la libido. Así mismo, cosifica al sexo contrario. La pornografía clásica se ha visto inmersa en la corrupción y en la trata de blancas, hemos visto millones de casos en los que se involucra y se violenta a la persona que aparece en ella.

No sólo es la vergüenza, si no, lo que hay detrás de los videos o de las imágenes, las formas en las que se han visto casos de violencia para el que está en el medio, o las enfermedades sexuales que ha adquirido por la falta de responsabilidad.

El pornoterrorismo plantea que se termine cada uno de estos puntos que se han mencionado, y que se pueda mostrar la sexualidad para cualquier público. Que se pueda conocer otra alternativa para disfrutar la erotización.

Existen tantos puntos de vista sobre el tema entre las mismas pornoterroristas, una compañera argumentaba que el porno terrorismo es más una noción genérica, una situación activista de la contracultura de los años 50, a raíz de eso, no existe el pornoterrorismo como tal, sino más bien, la acción de diversos grupos o individuos, con una forma de ver similar, pero con un fondo más o menos distinto, y con precedente.

Se puede percibir de maneras tan diferentes y extensas, se puede llevar a cabo como mencioné antes de otras más. Mientras Beatriz Preciado lo podría explicar cómo la revolución engéndrica,  algunas lo ven como el arte plasmado en el cuerpo, y otras más como el placer sin medida.

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