Las voces de los indígenas, de los campesinos, afrodescendientes, mujeres, sindicalistas, estudiantes, desplazados y gran parte del pueblo en Colombia se movilizaron en lo que conocemos como la Minga de Resistencia Social y Comunitaria, que se desarrollo entre octubre y noviembre del año 2008.
Fueron 61 días de Minga Social que iniciaron el 11 de octubre y culminaron en la plaza de Bolívar de Bogota. El gobierno de Uribe respondió con terror a una movilización pacifica dejando como saldo 2 muertos y 120 heridos.
Las comunidades se hicieron escuchar saliendo a las calles, desde los pueblos y comunidades, para convocar al país a trabajar en contra de las políticas neoliberales que han venido empobreciendo desde décadas a tras a todos los pueblos latinoamericanos
En los 516 años de resistencia comenzó la Minga de los Pueblos que retomó las decisiones del primer Congreso Itinerante de los Pueblos por la Vida, la Alegría, la Justicia, la Libertad y la Autonomía, que se llevo a cabo en septiembre de 2004 y del que surgieron el Mandato Indígena y Popular que se resume en los siguientes puntos:
- Rechazo al TLC, por ser un un tratado entre los ricos en contra de los pueblos
- Derogación de las reformas constitucionales que someten a los pueblos a la exclusión y la muerte.
- Rechazo al terror representado en el Plan Colombia.
- Cumplimiento del Estado a los acuerdos a raíz de la masacre del Nilo en 1991, donde fueron asesinados 20 nasas.
- Construir la Agenda de los Pueblos.
Ésta trabajo y reflexión colectiva comenzó al borde de la carretera Panamericana en donde unos 10 mil indígenas, sobre todo nasas agrupados en el CRIC (Consejo Regional Indígena del Cauca) y en la ACIN (Asociación de Cabildos Indígenas del Norte del Cauca), instalaron un territorio de Paz, Convivencia y Diálogo en el municipio La María Piendamó. Cerraron la ruta, y la respuesta fue la brutalidad de las fuerzas armadas, dejando dos muertos y más de 90 heridos, la mayoría por arma de fuego. Éste fue uno de los detonadores de éste espacio de convergencia que logro el apoyo de gran parte de la Colombia digna.
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Ésta movilización se da en el contexto de exterminio del pueblo en Colombia, a través de masacres, asesinatos selectivos y violaciones, es decir, de la guerra y la paramilitarización de la vida social como método de entrada a los proyectos de las empresas mineras, ecoturísticas, agroindustriales. Todo ésto con la complicidad de los principales medios de comunicación en ése país.
Sin embargo, el pueblo, sobre todo los pueblos originarios del Cauca rechazaron y rechazan ésta realidad. En ese año se empezaron a construir puentes de dialogo que plantearon otra forma radicalmente opuesta a la planteada por el capital. De igual manera, los estudiantes salieron a las calles en demanda de una educación para el pueblo y no al servicio de las empresas transnacionales. El pueblo contra el capital, contra la lógica de la acumulación.
La palabra que se caminó en la Minga de Resistencia Social y comunitaria necesita ser retomada como ejemplo para continuar resistiendo al capital y seguir levantando las voces contra el libre comercio, contra el terrorismo de Estado, contra la guerra en contra de los pueblos.
Éstas voces colectivas y prácticas comunitarias sin duda gozan de vigencia, y es de urgencia retomar éstas reflexiones colectivas, que tod@s y cada una de l@s personas que padecemos las injustas guerras, los procesos de paramilitarización pongamos atención a esta experiencia de lucha, reflexión y camino colectivo.
Los de abajo decidieron darle la oportunidad a la palabra y darle rumbo y sentido. Como dice Raúl Zibechi “Es apenas el primer paso. Pero el que marca el rumbo y deja huella”.