Educación pública y neoliberalismo

La acreditación de la educación pública es un camino alumbrado a la privatización.

La formación política en los universitarios, necesaria para el rescate de las universidades en México“: Dr. Hugo Aboites

La Unión de Jóvenes y Estudiantes (UJE), la casa del estudiante Purhe´pecha Utopía y la Coordinadora de Universitarios en Lucha (CUL), convocaron en días pasados a una serie de conferencias donde el Dr. Hugo Aboites interactuó con números importantes de estudiantes acerca de la crisis de las universidades en México respecto a los procesos de certificación y anteponiéndolos con los fines de la educación pública. Cabe destacar que la unidad lograda por estos y otros grupos estudiantiles ha venido creciendo mediante las diferentes crisis que les y nos afecta, muestra de ello es la manifestación que días pasados tuvo lugar en la ciudad a cargo de los normalistas del estado, donde se calculan más de 4 mil estudiantes, con motivo del repudio a la Alianza por la Calidad Educativa efectuada semanas antes por la dirigente nacional del Sindicato Nacional de Trabajadores del Estado (SNTE), la maestra Elba Esther Gordillo y el presidente de la república, Felipe Calderón, en este pacto se planea cerrar las escuelas públicas normales del país para poder entrar a lo que Gordillo dijo “el mercado laboral“. Con este panorama la movilización de estudiantes en los siguientes meses, se espera entera y con toda su fuerza para defender lo que es de todos.Se habló también de las distintas reacciones que han tenido históricamente algunas de las universidades del país y Latinoamérica frente a las políticas de los estados neoliberales o de derecha, siempre envueltos en el sistema económico designado por instituciones internacionales como el Banco Mundial (BM) y el Fondo Monetario Internacional (FMI). “Ante las necesidades de solventar las deudas internacionales, los estados se vieron obligados a la alianza con estos actores económicos que pronto hicieron llegar sus recomendaciones respecto al desarrollo nacional, donde por supuesto se encontraba la educación y se enmarcaron ciertos requisitos para  la liberación de los créditos“, en estas recomendaciones los temas como la autonomía, gratuidad y la calidad eran puntos esenciales que habría que ir modificando. No tener el control de la política universitaria es un elemento desestabilizador en cualquier administración, siendo un “obstáculo para el desarrollo de la educación en Latinoamérica“, por otro lado no debe ser gratuita, pues es un servicio y los servicios se pagan, la calidad es necesaria, sí, “pero habríamos que hablar de la misma “calidad“ donde los profesores sean excelentes guías del aprendizaje, tengamos buenas instalaciones y nuestros planes de estudio garanticen una necesaria capacitación para atacar los distintos problemas sociales y retribuir así la oportunidad que nos dieron a estudiar una carrera, no como ellos lo plantean donde la “calidad“ se basa en una buena producción de trabajadores eficientes y aptos para solucionar los problemas de las empresas privadas“.

 

Y es que en realidad son instituciones privadas las que certifican a las universidades públicas. Encontramos pues, una contradicción en el sentido del enfrentamiento de intereses sociales y privados, y al final sabemos de que calidad estamos hablando.

La concepción de organización también se ha visto mal aplicada, pues ahora “nuestros rectores no son más que gerentes que deben hacer que las cosas funcionen pase lo que pase“ y no universitarios elegidos democráticamente que ataquen los problemas profundos de sus universidades.

Por otro lado, los estudiantes, que son objeto y razón de la educación, son vistos como una inversión, en el sentido menos productivo en razón social, es decir, no se produce conocimiento para el pueblo, por que a este no hay que invertirle, y peor aún, el conocimiento e investigación logrados dentro de las universidades, es dirigido sin tambaleos a las empresas, que con carácter privado solo buscan la acumulación de capital. En ese sentido, las carreras técnicas resultan ser más redituables, en mitad de tiempo, el costo también se reduce y los jóvenes están más que preparados para cumplir funciones específicas dentro de la industria, enajenados y explotados.

“La misión de la universidad es concebida como la organización que ofrece servicios de capacitación para el servicio de la sociedad y mejorar la problemática social con calidad, sin embargo, ahora la universidad “vende“ espacios a la industria privada“. En este sentido es claro que los procesos de certificación en las diferentes facultades de nuestras universidades, es un camino a todas luces para llegar a la privatización de la educación pública.

La acreditación de la educación se presenta como un proceso que tiene que ver con la calidad, la historia nos demuestra que el camino de la acreditación es originada en un tratado comercial, concretamente en el apartado 12 10 .5 del TLCAN (Tratado de libre comercio con América del Norte), en donde se habla de la capacitación de los profesionistas en  actividades a través de las fronteras, es decir, cubrir mercados más amplios, eliminar barreras al conocimiento y quien tiene el conocimiento ha de cruzar la frontera, quien no lo posea no tiene el derecho. Las escuelas certificadas garantizan que los profesionistas tienen el conocimiento para ejecutar en cualquier lugar. Sin embargo, las desventajas están presentes… a quién beneficia? EUA y Canadá, porque ellos identifican elementos convenientes de la producción de profesionistas en México, y su estructura como países de primer mundo, convierte en natural la explotación de países del tercer mundo, o como dicen que estamos, “en vías de desarrollo“.

En cuanto a quién debe de certificar a las universidades, el gobierno decidió que debe ser una institución privada, disfrazada de asociación civil, la cual procura una industria que genera muchos miles de millones de pesos, distorsionando así la evaluación y poniendo en contradicción los intereses sociales y privados. Por otro lado, la acreditación no tiene ningún respaldo legal, la evaluación de la educación es exclusiva de la Secretaría de Educación Pública, y además las instituciones autónomas tienen la facultad de gobernarse, por ende, de calificarse. Al no tener legalidad las acreditaciones, pueden cobrar, entonces, lo que quieran. Respecto a la calidad existe otro argumento que de alguna manera sobrepasa la visión empresarial, “el problema nos es que la gente no este preparada, sino que no hay empleo, no existen crecimientos industriales y sin embargo, “lo que vende es que diga calidad“ y calidad es satisfacer la visión que los empresarios tienen de los profesionistas y de las universidades como su centro de capacitación empresarial. El Dr. Aboites, planteó su propuesta, basada en un sistema solidario de evaluación, en donde las universidades en conjunto, y por medio de representantes de sus respectivas áreas se evalúen entre sí, eliminando el carácter supeditado que existe entre las acreditadoras y las instituciones educativas en el sistema actual.

En otros aspectos más generales, se vislumbran grandes movilizaciones gracias al camino que se ha tomado hacia la privatización de la educación y los problemas estructurales que quiere y ha impuesto el gobierno federal, el clima de intolerancia con los grupos estudiantiles ya está expuesto desde hace algún tiempo por parte de los medios de comunicación. La sociedad tiene necesidades, hagamos que las universidades preparen a los compañeros que logren satisfacerlas y para ello “la formación política en los universitarios, es necesaria para el rescate de las universidades en México y su sociedad“ una formación que nos muestre cómo organizarn
os y modificar el sistema. La formación política debe ser impartida no solo por las organizaciones estudiantiles, sino por la misma universidad públicas, en las universidades privadas no hay generación de análisis, no hay profesores que planteen ideas distintas a las de la clase dominante, la educación privada no entiende la realidad. La importancia de la formación política tiene que ver directamente con la idea de la realidad social, los subversivos no crean lo movimientos, son los afectados quienes conforman los frentes en común. “La universidad que queremos“ debe de ir en función de las necesidades de los estudiantes. Necesidades de las bases. Tener una idea de en que país se vive, invariablemente de la carrera que se esté estudiando es fundamental para el desarrollo del conocimiento.

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