La palabra "democracia" es una especie de narcótico verbal

El mencionarlo es atolondrarnos; entorpecernos, y arrullarnos al sueño profundo y tranquilo.

Por eso el régimen Bush, quizá el gobierno menos democrático durante generaciones, describe  la invasión y ocupación de Iraq como una “guerra por la democracia”. Es irónico que un gobierno profundamente autocrático que se sostiene en el autoritarismo élite, en operaciones secretas, vigilancia inalámbrica, penales secretos y tortura, insiste en que está peleando por algo que se vuelve cada vez más escaso en Estados Unidos (¡ejem!…la democracia).

Pero no te confundas; esto no es cosa de Bush.  El escritor e historiador Michael Parenti en su libro Super Patriotism (El Superpatriotismo) (San Francisco: City Light Books, 2004), nos dice que la democracia ha sido eliminada en un sinnúmero de países – por Estados Unido

Parenti escribe:

“Durante mucho tiempo los líderes estadounidenses han declarado su compromiso con la democracia, pero en el último medio siglo se han dedicado a derrocar gobiernos democráticos en  Guatemala, Guyana, República Dominicana, Brasil, Chile, Uruguay, Siria, Indonesia (bajo Sukarno), Grecia (dos veces), Argentina (dos veces), Haití (dos veces), Bolivia, Jamaica, Yugoslavia, y otros países.  Todos estos gobiernos fueron culpables de favorecer a los más pobres de vez en cuando y de tomar unas medidas contra la opulencia.  En la mayoría de los casos, los golpes de estado respaldados por EU iban de la mano con asesinatos masivos de activistas democráticas.

“Los líderes estadounidense han apoyado acciones ocultas, sanciones o proxy guerras mercenarias contra gobiernos revolucionarios en Cuba, Angola, Mozambique, Etiopía, Irak (con la CIA llevando al poder el régimen represivo de Saddam Hussein), Portugal, Yemen del Sur, Nicaragua, Camboya, Timor Oriental, Sahara Occidental  y otros lugares.

“Intervenciones y campañas de desestabilización estadounidenses se han dirigido contra otros gobiernos populistas, incluso los de Egipto, Líbano, Perú, Irán, Siria, Zaire, Venezuela, Islas Fiji, y Afganistán (antes de que los soviéticos jamás entraran al país).

“Y desde la Segunda Guerra Mundial, invasiones y/o ataques aéreos se han perpetrados contra Vietnam, Laos, Camboya, Cuba, República Dominicana, Corea del Norte, Yugoslavia, Líbano, Granada, Panamá, Libia, Somalia, y Irak (dos veces).  No existe un solo estado gamberro, eje del mal, o país comunista que tenga tal record de agresión criminal contra otras naciones”. [pp. 133-34)

¿El punto?  La próxima vez que escuchas las palabras, “una guerra para traer la democracia”, cuestiónalo.

Hace unas décadas, el Secretario de Estado de EU, John Foster Dulles, dictó la receta quintaesencial para aventuras militares estadounidense en el extranjero. En los años del presidente Eisenhower, dijo Dulles, “Para hacer que una nación lleve la carga de mantener grandes establecimientos militares, es necesario crear un estado emocional afín a la psicología de guerra”.  Dulles agregó ” Una representación de una amenaza externa es imprescindible”.  Para crear una, explicó Dulles, hay que pintar al país de uno como el héroe deslumbrante y al adversario como la encarnación del mal.

Todos hemos visto esta receta cocinada durante la vida entera por todas partes del mundo y en todos los continentes. Funciona porque la gente permite que funcione. Pero aunque Dulles explica cómo tal cosa ocurre, no explica por qué.

Hace años, un presidente estadounidense explicaba la necesidad de la guerra contra Vietnam. Dijo:

“Supongamos que perdemos a Indochina; el estaño y tungsteno que tanto valoramos dejarían de llegar aquí. Por eso, cuando Estados Unidos vota por gastar $400 millones para sostener a esta guerra, no apoyamos un programa de obsequios.  Votamos por la manera más barata de prevenir algo que sería de tremenda importancia para Estados Unidos , la pérdida de nuestra seguridad, nuestro poder, y la capacidad de obtener ciertas cosas que necesitamos de la riqueza del territorio indochino y de Asia del Sureste” [p. 67].*

Éstas palabras fueron pronunciadas por Dwight D. Eisenhower. ¿Por qué es notable eso? ¿No es simplemente un caso de un presidente americano  sin pelos en la lengua?  Estas palabras fueron pronunciadas en 1953 — ¡once años antes de que Estados Unidos entrara en la Guerra contra Vietnam!

¿Por qué pelean las guerras? ¿Por la democracia? — ¿O por las ganancias? Piénsalo la próxima vez que te pidan el patriotismo.

Simplemente di que “No”.

Derechos reservados 2006 Mumia Abu-Jamal

*Fuente:  Carmichael, Stokely.  Stokely Speaks: Black Power Back to Pan-Africanism.  (New York: Vintage, 1971), p. 67.  El autor daba un discurso anti-guerra ante alumnos de Morgan State College, Baltimore, Md., 28 de enero, 1967.  Como su fuente, citó el libro titulado Vietnam, Vietnam por Felix Green.]

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