La otra tormenta.
“y a fuerza de sumar nuestras debilidades, seremos los más fuertes del mundo, de la historia y de las luchas de la razón ” Roque Dalton.
Octubre del 2005.
Espero estés bien. Nosotros estamos más o menos, recuperándonos poco a poco del naufragio y preocupados por l@s compas en la costa y en todos los estados afectados.
Seguramente l@s adherentes a la Sexta que aún están sec@s, tenderán abajo los puentes para el apoyo que se debe entre compañeros y compañeras. Lo de arriba no pasa de ser un dramático espot publicitario y, cuando acabe el horario estelar, quedarán sepultadas (como bajo el agua y el lodo) las historias de las omisiones, irresponsabilidades e ineficacias de gobiernos estatales y federal que no son buenos ni para el espectáculo.
Atrás de las imágenes y los sonidos de la catástrofe que provocó la tormenta acá abajo, se insinúa el programa de gobierno que, con diferentes colores y siglas, se mantiene allá arriba: convertir a nuestro país en una gigantesca zona de desastre y a los mexicanos y mexicanas en una gran masa de damnificados, víctimas propicias para la limosna mediática e instantánea (porque tampoco hay que exagerar, dicen, después de todo lo más importante sigue siendo el proceso electoral).
¿Sabes? Como que se advierte una cierta desesperación allá arriba. Como si el “respetable” público fuera cada vez más reacio a consumir las noticias plásticas y transgénicas que se le ofrecen una tras otra: un helicóptero que cae o “lo caen” y la consabida ausencia de un funcionario cuya muerte apaga la de Miguel Ángel Mesino M. y de Tomás Cruz Zamora (éste último del Consejo de Ejidos y Comunidades Opositores a la Parota -CECOP-). O sea que hay muertos arriba y muertos abajo. Los de arriba merecen titulares, tiempos en horario estelar, especulaciones. Los de abajo… bueno, qué mejor ejemplo de actitud que la del gobernador de Guerrero, Zeferino Torreblanca (que llegó al cargo con las siglas y colores del PRD), que pidió “que no se magnifiquen estos crímenes”. Y luego pues no hay, como luego dicen, “condiciones favorables”: cuando está la celebración del triunfo en el mundial sub 17, vienen las lluvias a arruinarlo todo y a recordar que la desgracia tiene también vocación de clase y abraza preferentemente a quienes poco tienen y lo pierden.
El Fox ya declaró que “después de la tormenta viene la calma”. Sólo le faltó pedir “que no se magnifiquen estas catástrofes”. Ahora las noticias se irán a otro lado, y en las zonas devastadas se reconstruirán en silencio las redes de corrupción y complicidad que asegurarán que la historia se repita. ¿Y los millones de damnificados? Pasarán de tema noticioso a tema de las campañas electorales: “si votan por mí, esto no se repetirá… porque serán otros los que lucren con su desgracia”.
Pero allá arriba no ven que después de la tormenta no viene la calma, sino “otra” tormenta, una que irá de abajo a arriba, sacudirá este dolor que llamamos Patria y le devolverá lo que alguna vez tuvo: dignidad. Y como pequeño y débil viento, tal vez apenas una nubecita, la “otra” campaña empieza a levantar en todas partes, desde el iracundo Suchiate hasta más allá del río Bravo.
Me preguntas del problema de l@s compas del IMSS, de la campaña mediática en su contra (un día son trabajadores “mimados” y otro día son nazis “antisemitas”) y de la “otra campaña” frente a éste y otros movimientos.
Bueno, en las reuniones preparatorias escuchamos la palabra de algunas personas (mujeres la mayoría) que están en ese movimiento: no reciben paga alguna por su trabajo político, toman tiempo de sus ratos libres para organizarse, estudiar y luchar por sus derechos, están más preocupados por las generaciones venideras de trabajadores que por sí mismos (sí, como en el movimiento estudiantil de 1999-2000), y nos hablaron con esa camaradería de quienes se saben en el mismo empeño. Recién ahora nos mandaron algunos escritos. Así que de lo que entiendo de lo que me explican (y sin pretender suplantar su voz) de la lucha de los trabajadores y trabajadoras del IMSS, a riesgo de ser demasiado sintético, te puedo decir lo siguiente:
.- La lógica de una empresa estatal o paraestatal no es la misma que la de una empresa privada. Mientras a ésta última le interesa sólo la ganancia a toda costa (llegando hasta el crimen), a la primera le interesa el servicio social, es decir, el servicio a la comunidad (o eso debiera). La empresa privada busca el beneficio del empresario, la estatal o paraestatal busca (o eso debiera) el beneficio de la gente, el pueblo, los trabajadores, o como se le quiera llamar.
.- Dejando de lado el asunto de si la existencia de las empresas estatales o paraestatales sea un paliativo al descontento social, una vía de control, o una conquista de la lucha social (para nosotros es, sobre todo, esto último), quienes ahí laboran son trabajadores y trabajadoras (con derechos a conquistar y defender frente a un patrón (el Estado en este caso). Ergo, tienen derecho a organizarse en sindicatos, corrientes sindicales, colectivos, grupos, círculos o como quieran llamarse y funcionar.
.- En el capitalismo de ahora, el afán de ganancia capitalista no se detiene ante los límites del Estado. Quiere todo y lo quiere ya. Por eso trata de apoderarse de todo lo que genera o puede generar ganancias, incluyendo las empresas estatales y paraestatales. Esta compra/venta de la propiedad del Estado es uno de los aspectos del neoliberalismo y cuenta con la complicidad de los gobernantes (que, de ser políticos, se transformaron en gerentes).
.- La lógica común de los gobiernos neoliberales es: tomar una empresa estatal o paraestatal; hacer mancuerna entre los funcionarios torpes y/o corruptos y los líderes sindicales corruptos y/o torpes para el saqueo del patrimonio; volverla ineficiente e incosteable; argumentar que hay que venderla para que dé buen servicio y sea competitiva; modificar o violar las leyes que impiden la privatización; venderla; deshacerse de los trabajadores y/o sus organizaciones; declarar que el país avanza porque ha crecido la inversión extranjera directa “lo que refleja el alto grado de confianza que México ha alcanzado a escala global en un mundo cada vez más competitivo” (infamia gramatical con cargo al gobernante en turno).
.- En México, al menos desde el sexenio de Miguel de la Madrid, los sucesi
vos gobiernos han hecho de la privatización la columna vertebral de su proyecto económico. Los resultados se pueden ver: disminuyen la cantidad y calidad de los servicios, aumentan los precios, crece el desempleo y decrecen los salarios, aumentan las ganancias de los empresarios y se reduce el bienestar social. En suma: con esa política cada vez más están peor y cada vez menos están mejor.
.- Desde hace dos décadas, el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) ha sido uno de los objetivos principales de los gobiernos neoliberales. Por un lado se ha llevado adelante una política de saqueo y descapitalización del IMSS para justificar su privatización. La idea no es sólo “desfondar” al IMSS de sus recursos, sino “transferir” éstos a los grandes capitalistas. Con la aprobación de las Reformas a la Ley del Seguro Social en el que se privatizaron los fondos de pensiones al crearse la AFORES, se ha generado una ganancia de 60 mil millones de pesos, los cuales han ido a parar a las arcas de los grandes bancos que hoy están ya en manos del capital financiero internacional. Se redujo en 33 por ciento la cuota patronal en seguros de enfermedad y maternidad. Además, en lugar de invertir en el mantenimiento y modernización del equipo en el IMSS, se le han pasado a hospitales privados servicios médicos como el de ambulancias, cirugías y estudios clínicos (o sea que se financia con dinero público a empresas privadas). Además, está lo siguiente: disminución del salario hasta del 70%; precariedad en el empleo; reducción del presupuesto; aumento de los sueldos y prestaciones para los altos funcionarios; exención y evasión tolerada de cuotas para los patrones.
.- Con las reformas a la Ley del Seguro Social aprobadas en el 2004, se violan la Ley Federal del Trabajo y el Contrato Colectivo de Trabajo porque se establecen dos regímenes laborales: uno para los que ya estaban trabajando antes de la reforma y otro para los que entren después. Para los últimos hay peores condiciones de jubilación que para los primeros.
.- Todo esto nos habla de una política conciente de los empresarios, políticos y los burócratas sindicales de las centrales charras, de descapitalizar el IMSS para darle el golpe final y llevar a cabo la privatización de los servicios médicos públicos.
.- Esto no sólo va en contra de quienes laboran en el IMSS, también contra todos los trabajadores y sus familias.
.- Los trabajadores y trabajadoras que luchan, en el IMSS, en contra de este plan de destrucción están por: echar atrás la reforma de 2004; no permitir la existencia de dos tipos de relación laboral; hacer una auditoria de las finanzas del IMSS para detectar los negocios sucios de las sucesivas direcciones; realizar movilizaciones para evitar que los charros traicionen los acuerdos, defender al IMSS y las demandas de sus trabajadores; preparación de una huelga nacional si no se da marcha atrás al plan neoliberal; aumento salarial del 10%; y dedicar el 50% de los ingresos excedentes petroleros para fortalecer financieramente al IMSS.
.- La lucha de los trabajadores del IMSS no es más que la defensa de la salud, de la seguridad social, de los derechos laborales, de los contratos colectivos y de los sindicatos.
.- Como era de esperarse, este movimiento ha sido objeto de una auténtica campaña de desprestigio en los medios de comunicación. El argumento común es que los trabajadores del IMSS, y los pensionados en el régimen del IMSS, son trabajadores “privilegiados” en lo que se refiere a pensiones. Un pensionado del régimen del IMSS recibe cerca de 22 mil pesos al año (menos de 2 mil pesos al mes), mientras que el gobierno de Fox mantiene a los verdaderos “privilegiados”: los bancos (en el sexenio del “cambio” se pagarán cerca de un billón 400 mil millones de pesos en el pago del servicio de la deuda); los expresidentes (son 4 y reciben cerca de 45 millones de pesos al año cada uno -o sea más de 2 millones de pesos al mes-); los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (más de 133 millones de pesos anuales para cada uno de los vivos o para las viudas -o sea más de 10 millones de pesos mensuales”).
En resumen: estos compañeros y compañeras del IMSS han conseguido levantar una lucha inteligente y digna que frenará la ofensiva privatizadora de arriba. Por otra parte, los charros sindicales no la tienen nada fácil: sí se ponen del lado de los trabajadores, serán inútiles para la patronal y el gobierno; y si se ponen del lado de los patrones, serán inútiles para los trabajadores. Y, viéndolo bien, también para eso sirven estos movimientos: para demostrar la inutilidad de los charros más allá del folclore para turistas despistados.
Y si el gobierno no se frena e insiste en imponer su voluntad privatizadora, pues enfrentará no sólo la huelga del IMSS, también el apoyo que tod@ la “otra” campaña en general, y el EZLN en particular, habremos de ofrecerles como campañer@s que somos.
De lo demás, qué te puedo decir: la “otra” sigue creciendo (para el 2 de octubre había ya 64 organizaciones políticas de izquierda, 118 organizaciones indígenas, 197 organizaciones sociales, 474 ong’s-grupos-colectivos y 1898 individuos e individuas), lenta pero inexorablemente, empiezan a llegar las valoraciones de la plenaria, las opiniones sobre los 6 puntos de definición, y las propuestas (algunas incluyen una dieta para bajar de peso) para el primer recorrido del “agente X”.
Nosotros creemos que pronto se superarán los afanes de autodepurarnos cuando apenas empezamos a andar, y pasará la etapa de intercambiar “ismos” (a veces como elogio y a veces como insulto) cuando se llegue a entender que ser de izquierda en el México de hoy es estar, por lo menos, no en el centro, sino a la izquierda de la derecha. No sé bien a bien qué pasará, pero créeme que el resultado no será una izquierda agradable a la derecha, o sea que será “otra izquierda”.
Ya me despido. No dejes de escribir, que a veces en las palabras también caminamos.
Vale. Salud y que siga creciendo el viento que somos.
Desde las montañas del Sureste Mexicano.
Subcomandante Insurgente Marcos
México, Octubre del 2005.