Hace 27 años el 13 de mayo de 1985, el gobierno de Filadelfia, con complicidad federal, cometió una matanza. La policía bombardeó la casa colectiva de la organización MOVE, quemando vivos a once miembros de la familia África incluyendo cinco niñas y niños. Éste fue el segundo acto de guerra urbana contra MOVE. El primero fue una embestida de 500 policías contra su casa colectiva el 8 de agosto de 1978 que resultó en el encarcelamiento de Merle, Delbert, Janine, Phil, Janet, Chuck, Eddie, Debbie y Mike África inculpados por la muerte de un policía que murió en el ataque. Merle África murió en prisión en 1998 bajo circunstancias sospechosas. Los demás siguen en prisión hasta la fecha, conocidos como “los 9 de MOVE”. MOVE exige justicia por la masacre y libertad a sus presos.
El sistema siempre está en guerra con los integrantes de la organización MOVE ––especialmente los hombres y mujeres que sobrevivieron el ataque policial contra su hogar en Powelton Village en Filadelfia Oeste.
En agosto de ’78, esa guerra fue desatada con cientos, o en realidad, miles de balas disparadas hacia una casa donde se encontraban hombres, mujeres, niños y niñas. Fue desatada con cañones de agua que inundaron su hogar, casi ahogando a todos. Fue desatada con armas de la ley ––con jueces prejuiciados y fiscales ambiciosos, con inéditas e injustas sentencias de desde 30 a 100 años en prisión. Hoy en día es desatada por las agencias de libertad condicional, pobladas por autoridades del gobierno que usan sellos de goma para mecánicamente celebrar audiencias para escuchar los casos donde nadie escucha nada.
Bajo el protocolo normal, si un preso no ha cometido graves infracciones al reglamento de disciplina interno durante varios años antes de cumplir su sentencia mínima, se supone que ya ha ganado su libertad condicional. De hecho, algunos presos reciben lo que se llama “pre-liberación”, es decir, la colocación en una institución ‘correccional’ comunitaria (casa intermedia) pendiente el cumplimiento de su sentencia mínima, y luego salen bajo la libertad condicional.
Dije ‘normal’. Pero cuando se trata de MOVE, nada es normal. Suelen poner sobre la mesa nuevos protocolos, nuevos procedimientos, nuevos reglamentos ––nuevas maneras de decir ‘NO’. Simplemente porque los presos y presas son de MOVE. Simplemente por su pensamiento.
Ahora los 8 presos y presas sobrevivientes han pasado casi 34 años en prisión ––4 año más que su sentencia mínima. Las mujeres son presas de honor
que cuentan con recomendaciones del personal de la prisión para su salida. Su salida ha sido denegada varias veces. De la misma manera, si los hombres no fueran integrantes de MOVE, habrían salido desde hace años. Ya es hora de poner fin a esta larga guerra. Treinta y cuatro años para una falsa acusación de homicidio en tercer grado son demasiados.
Consulten la página de la organización MOVE: .
Llevemos a nuestros hermanos y hermanas a casa donde deberían estar.
–© ’12 maj
Escrito 12 de abril de 2012
Audio grabado por Noelle Hanrahan: www.prisonradio.org
Texto circulado por Fatirah Litestar01@aol.com
Traducción Amig@s de Mumia, México