Claro que ésta es una lectura tendenciosa de la historia de Estados Unidos, porque aunque es cierto que aprobaron la enmienda, tardaron más de medio siglo en implementarla en la mitad del país. Nos costó una larga y tortuosa lucha para que el supuesto derecho constitucional a votar se hiciera realidad, porque si la Constitución fuera suficiente, ¿por qué sería necesario promulgar la Ley del Derecho al Voto en 1965?
Un gran líder negro, Frederick Douglass, fue un atrevido defensor de los derechos de la mujer, y jamás dejó de serlo durante su larga carrera pública, tanto antes como después de la Guerra Civil.
Cuando sus amigos y partidarios británicos recaudaron la espléndida cantidad de $750, Douglass compró su propia libertad, y logró que el contrato de compra-venta para él mismo fuera colocado en sus manos. Cuando volvió a Estados Unidos, escribió en su periódico el North Star, (La Estrella del Norte) y declaró en público en varios congresos de mujeres: “Los derechos no tienen sexo.”
Cuando la activista por los derechos de la mujer Elizabeth Cady Stanton presentó una declaración reclamando el sufragio femenino en 1848, Douglass fue el único hombre, negro o blanco, que salió a apoyar
su propuesta, sosteniendo que la igualdad política es necesaria para la liberación total de la mujer. Una semana después de la convención [de Seneca Falls], Douglass reiteró su apoyo, escribiendo lo siguiente en
el North Star: “Aquí encima de esta atalaya de la libertad humana, nadie nos detendrá en expresar nuestra aprobación de un movimiento, aunque sea humilde, para mejorar y elevar el carácter de cualquier integrante de la familia humana….Somos libres para decir que en cuanto a los derechos políticos, estamos convencidos que la mujer tiene derecho a reclamar todo lo que garantizamos al hombre….Nuestra doctrina dice: “el derecho no tiene sexo!” Que Dios acompañe a las mujeres de este movimiento”.
Hay pocos líderes negros, que sean radicales, liberales o hasta conservadores, que no buscan inspiración en las palabras y en la sabiduría de Frederick Douglass. Como activista, como agitador, como periodista de primera, como impactante vocero, tuvo muy pocos iguales verdaderos. Sin lugar a dudas, fue un líder, no un seguidor.
Desde el corredor de la muerte soy Mumia Abu-Jamal
Fuente: Frederick Douglass, On Slavery and the Civil War: Selections
From His Writings. (Sobre la esclavitud y la guerra civil: Selecciones
de sus escritos) Mineola, N.Y., Dover Publications, 2003, pp. 5-6, 13.)
Escrito el 9 de febrero de 2008
Todos los derechos reservados 2008 Mumia Abu-Jamal
Audio: grabado por Noelle Hanrahan para www.prisonradio.org
Texto: circulado por Fatirah Litestar01@aol.com
Traducción: Amig@s de Mumia