Operaciones de inteligencia militar estaban en función durante el ataque a los 43 y dieron seguimiento a las actividades que realizaban los estudiantes de la Normal Rural Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa, de acuerdo con el tercer informe del caso, presentado por el Grupo Interdisciplinario de Expertas y Expertos Independientes (GIEI).
En Ayotzinapa III, se documenta que el operativo militar inició el 24 de septiembre de 2014, con un seguimiento a las actividades que se realizaban en la normal rural y las a las afueras de ella, como las realizadas en la ciudad de Iguala.
En la presentación del tercer informe Claudia Paz y Paz expuso:
“Hay una orden expresa por parte de autoridades militares de dar seguimiento a los movimientos de los estudiantes, 2 días antes del 26 de septiembre, es decir que las autoridades en aquel momento, contaban con información prácticamente minuto a minuto de lo que estaba ocurriendo”.
En documentos emitidos por autoridades militares, se menciona que la inteligencia militar infiltró a varios de sus elementos, quienes en todo momento daban informes. En los documentos son categorizados como “fachada de estudiante”.
El informe concluye que las autoridades de todos los niveles sabían exactamente lo que estaba pasando prácticamente en tiempo real y tuvieron información precisa desde dos días antes del 26 de septiembre y por lo menos un día después sobre el paradero de los 43.
Mediante esta nueva información que presenta el GIEI queda en mayor evidencia la responsabilidad y participación que tuvo el ejército sobre la desaparición de los estudiantes. Poco a poco se va desmoronando una versión en donde el crimen organizado era el único responsable. Se perfila una versión en la que se sustenta que las autoridades mexicanas en todos sus niveles tuvieron participación en un operativo encabezado por militares.