Entre humo y chocolate. Así olía el Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas el martes 24 de noviembre. Pero a las 10 de la mañana solamente los tonos suaves de una conocida fábrica de dulces, lograban traspasar los cubre bocas de paliacate y de bordados originarios. El rostro de las mujeres y hombres otomíes cambió de un momento a otro. De la espera a la desilusión.
