Mientras no permanezcamos estáticos, la revolución es permanente.
Javier Fajardo Cárcamo
El diseño como práctica económica
En este momento y desde hace ya bastantes años la forma dominante de organización social de las personas y de los países se rige bajo un esquema mercantil, un esquema de comercio y consumo, bajo el tan famoso sistema capitalista. Estamos inmersos en una lógica de mercado en la cual todo está en venta, todo tiene un valor monetario y todo lo que hay en el mundo es potencialmente una mercancía, todo, incluyendo las imágenes y las ideas.
El sistema social dibuja sus reglas a través de ideologías, en el caso capitalista la suya se basa en la función y la racionalidad. Se considera bajo este pensamiento que todo aquello que ha logrado entrar en el mercado es racional, lo que no ha podido entrar al mercado entonces es irracional (No es casual que las protestas sociales la mayoría de las veces se presenten desde los medios de comunicación como actos irracionales), pero no una razón entendida cómo la suma de inteligencia para entender el trasfondo de las cosas, una racionalidad económica en la cual se es racional al ser inteligente dentro de las reglas monetarias, como bien dice Norberto Chaves “Para esta sociedad, ser racional no es producir algo intrínsecamente bueno, es producir algo que funcione armónicamente con la lógica del mercado” (Chaves, 2002, pág. 28)[1].
La ideología de mercado ha sido por mucho tiempo la ideología fundamental del diseño gráfico, por tanto éste carece de sentido crítico, pues la crítica y la reflexión son ingredientes que dan “sabor amargo” al mundo del capital. El mercado premia a las personas que no cuestionan, las personas que guardan silencio y se limitan a hacer lo que alguien más les dice que hacer son premiadas al ser integradas al grupo de personas “normales”, porque si la norma es el capitalismo, lo que sale de la norma será anormal, y ¿quién en este mundo quiere ser anormal? (tal vez la gente que no le interese ser parte de esa idea de mundo), ¿para qué analizar los discursos ideológicos del diseño si podemos insertarnos en él plácidamente y disfrutar los beneficios? En el pragmatismo se diseña mucho pero se reflexiona poco, muchas personas que se dedican al diseño han decidido reprimir su conciencia crítica, son personas amputadas que diseñan de forma automática, alienada “sin conocer las raíces profundas que articulan sus propias conductas; sus manos se mueven y no saben por qué” (Chaves, 2002, pág. 33), nos pagan por diseñar no por pensar, por maquillar la mercancía no por transformar las estructuras que la elaboran.
La docencia en diseño y la inserción laboral
La universidad como institución educativa da una formación integral en diseño que toma como uno de sus elementos principales la preparación de su alumnado para el ámbito laboral, en esta intención, la universidad ejerce una docencia encaminada a afrontar al alumnado a posibles situaciones que enfrentarán al salir a ese “mundo real” del diseño gráfico, de ese mundo donde el diseño se inserta en los procesos productivos como elemento fundamental para la generación de mercancías y de consumo.
Guy Juliuer nos comenta que “la cultura del diseño cómo práctica incorporada culturalmente también puede ir más allá de la orquestación de las relaciones entre productores y consumidores, para convertirse en un proceso que transforme la vida pública cotidiana y sus aspiraciones” (Julier, 2010, pág. 248). La formación universitaria en diseño debería poner más énfasis en promover un diseño crítico y en beneficio de la sociedad, un diseño alejado del individualismo y entendido como parte de procesos que transforman realidades, la formación universitaria debería (como algunas veces lo hace) ejercitar cotidianamente el espíritu colectivo y cívico de su alumnado, no esperar a que se den concursos sobre el sida o la bienal internacional del cartel para pensar lo social desde el diseño pues lo social es algo permanente y el diseño puede incidir en él a cada momento.
Como profesionistas en diseño gráfico tenemos la suerte de conocer muy de cerca procesos comunicativos que otras personas desconocen, comuniquemos pues lo importante, no solo lo que genera ganancias económicas, diseñemos pues para las demás personas, para la sociedad, no solo para nuestra persona y nuestros patrones, exijamos una formación docente más abierta en donde el pensamiento crítico no sea motivo de sospecha o descalificación, en donde las ideas nos hagan más humanos y que nuestras acciones construyan ciudadanía. No tengamos miedo a ser personas políticas “los procesos de politización no deben ser entendidos como procesos marginales, caprichosos, ajenos a lo académico, sino como procesos consustanciales a la conciencia cívica de la población universitaria” (Chaves, 2002, pág. 36). Las universidades deberían fomentar más la formación de un alumnado crítico, consciente y transformador, apelar por una función ética y social del diseño.
Diseñar con perspectiva social
Todo proceso que surja de la interacción entre colectividades humanas, que retrate y exprese las ideas que conforman esas interacciones, es un proceso social. El diseño gráfico es social por naturaleza, no se puede escapar de su lugar como parte de un engranaje social que teje en su manto la vida de la mayoría de personas en este planeta de manera compleja. Lo social no es homogéneo, es flor de incontables pétalos, tiene diversos puntos de fuga que lo hacen polivalente.
Sería un error por tanto pensar que el diseño gráfico solamente puede tener una ideología rectora, sería triste y desalentador pensar que no hay más modelos posibles en diseño que los que subyacen a los intereses del mercado, como comenta Alejando Tapia “vemos que en realidad los modelos llevan implícita una perspectiva de lo social y que por tanto, existiendo numerosas (y conflictivas) ideas de lo que el mundo social es, resulta imposible hablar de una teoría única del diseño” (Tapia, 2007, pág. 48). Así pues el diseño tiene amplias posibilidades de desarrollo bajo esquemas alejados al meramente económico.
El diseño se puede usar para resolver y comunicar problemáticas sociales de toda índole, y no solo “problemas”, puede inferir en procesos sociales, ser parte de la modificación de actitudes. El diseño no solo como generador de reflexión y pensamiento, también de acciones, como bien comenta María Ledesma (Tapia, 2007) al clasificar las funciones del diseño en 3: Hacer Leer, Hacer Saber y Hacer Hacer, las cuales nos muestran un desarrollo en el cual el diseño gráfico cumple la función básica de hacer legible un mensaje, comunicarlo para ser fácilmente entendido, la de crear mensajes simbólicos los cuales sintetizan todo un discurso en ideas concretas y por último la de generar acciones que transforman la realidad. El diseño entonces no entiende a las personas para las cuales se diseña como personas inmóviles, simples receptoras de mensajes, sino como personas dinámicas que reaccionan, que pueden cambiar situaciones.
Parecería utópico pensar el diseño gráfico desde una perspectiva social dentro de un mundo que entiende en términos estadísticos y que glorifica las recompensas económicas. Un ejemplo claro de la validez e importancia de esta perspectiva se ve plasmado en el trabajo de Gloria Stella Barrera Jurado y Ana Cielo Quiñones Aguilar que desarrollaron en Bogotá un concepto de Diseño Socialmente Responsable. Gloria Stella y Ana Cielo nos explican lo que para ellas significa esta forma de diseño “Entendemos el concepto de Diseño Soc
ialmente Responsable como la capacidad para abordar problemas fundamentales y prioritarios de la sociedad a nivel integral, no solo derivados de exigencias marcadas por las dinámicas del mercado” (Barrera Jurado & Quiñones Aguilar, 2009, pág. 89). El Diseño Socialmente Responsable diseña para toda la gente tomando en cuenta lo económico, lo social y el medio ambiente, se preocupa para lograr una sociedad más justa.
Al Diseño Socialmente Responsable le interesa el cómo se diseña y con qué se diseña, los efectos sociales, económicos, políticos, culturales y ambientales que generan las propuestas de diseño en su producción, uso y desuso. Este concepto se caracteriza por tener una actitud de respeto y de servicio por el bien del desarrollo de las personas, por la promoción de proyectos que incentiven la convivencia justa entre la gente, por propiciar acciones que disminuyan la violencia, por buscar una sociedad incluyente en clase, etnia y género, por respetar los derechos humanos, por favorecer una justa retribución de los bienes, por apelar a la participación de la ciudadanía en la toma de decisiones que afectan a las comunidades, por la formación de ciudadanos cívicos, por su preocupación por la protección ambiental, por buscar la autonomía tecnológica, por preferir prácticas comerciales respetuosas y por la transparencia en sus acciones.
Como vemos, trabajar el diseño desde una perspectiva social deja ganancias a nivel humano que trascienden lo económico (sin que esto signifique que no se puede vivir y ganar dinero de manera justa diseñando). Tenemos que tener en cuenta la responsabilidad social que conlleva el ejercicio del diseño, de la elaboración de mensajes gráficos, de objetos funcionales, de estructuras arquitectónicas que crean ambientes. Debemos fortalecer nuestra responsabilidad social como personas profesionales del diseño, no debemos dejar de lado la ética.
Otro ejemplo de diseño con perspectiva social es el proyecto de Cartel Social desde América Latina (Riaño, De la Rosa, & Bermúdez, 2010) organizado en Colombia con el fin de promover una comunicación pública en dialogo directo con la gente. Este proyecto fue coordinado por diseñadores y diseñadoras que a modo de taller elaboran carteles de temáticas sociales con personas de diferentes puntos geográficos (muchas de estas personas no tenían idea de lo que es el diseño como disciplina). El diseño en este proyecto es un nodo que articula los pensamientos y realidades de las personas que habitan los espacios, le da valor a la gente, la dignifica al tomarla en cuenta.
Se tocan temas como el cambio climático, la pobreza, la discriminación racial, el VIH-SIDA, la cultura, el arte y la sociedad en general. Se concibe el cartel como una herramienta de comunicación pública, al acceso de la mayoría de la gente pues se encuentra en contacto directo con las calles, con las plazas y con todos los espacios físicos de un territorio.
Como bien apuntan Carlos, Juan y Diego con respecto al cartel social desde Colombia “para muchos en nuestra sociedad la imagen no es más que un lujo; la mirada que durante muchos siglos se desarrolló sobre el arte y la fotografía como comodidades reservadas a aquellos que podían pagarlas, hizo que en algún sentido que la imagen apareciera como algo superficial y que en consecuencia los diseñadores gráficos y los creadores de imagen, muchas veces asumieran el papel de maquilladores, de constructores de fachadas superficiales, que solo daban forma a mensajes de otros, y la imagen subordinó su verdadero valor como gestor de la sociedad y constructor de vínculos entre sus miembros” (Riaño, De la Rosa, & Bermúdez, 2010, pág. 21).
Diseñar y producir con perspectiva social desde Mártires del 68 y Mujeres grabando resistencias
La Escuela de Cultura Popular Revolucionaria Mártires del 68 tiene más de 25 años participando “en distintas jornadas de gráfica para apoyar y difundir los diferentes esfuerzos del movimiento social, algunos ejemplos de ello se encuentran en la realización de los tirajes de stickers con las temáticas: La sexta Declaración de la Selva Lacandona, Sobre la represión en 2006 en San Salvador Atenco, el movimiento popular de la APPO en Oaxaca, también en 2006, la difusión de la película Corazón, entre otros”[2]. Mártires del 68 también realiza un trabajo fundamental para la cultura popular mexicana puesto que allí mismo se “realizan talleres de serigrafía, de técnicas de grabado, de pintura, dibujo, encuadernación, de alimentación, etc.” Es asimismo, un punto de referencia para la activación de sinergias tanto de colectivos como de personas preocupadas por hacer frente al sistema económico capitalista neoliberal mediante el diseño gráfico, al talante represor del Estado mexicano y a la precariedad económica y existencial a la que el interés corporativista nos quiere relegar y de una forma muy particular al sistema patriarcal íntimamente vinculado al sistema económico capitalista.
Este espacio surgió “de la necesidad de fundar un proyecto cultural educativo, que estuviera vinculado a los movimientos sociales del país”, de manera que desde sus inicios, se han relacionado con movimientos de resistencia y lucha social tan variados como apremiantes en nuestro país. Uno de ellos es el trabajo que realizan el colectivo Mujeres Grabando Resistencias[3], quienes como ellas mismas expresan “Es la esencia de Creadora Primigenia la que mueve el espíritu de la mujer que busca, que sabe que en su mano está la fuerza para crear el mundo que desea, que imagina. Y la mujer aprende de la voz de la naturaleza. Aprende, de la lucha diaria para no perder su espacio, su libertad, su autonomía, el territorio de su cuerpo, de su pensamiento, de su actuar. Aprende en la lucha diaria para no perderse”.
Mujeres Grabando Resistencias hacen más que impresos en serigrafía; diseñan con perspectiva social, resisten a la opresión del patriarcado y luchan por deconstruirlo en cada una de sus acciones. Trabajan en colectivo, generan complicidades político afectivas, son disidentes de los cánones tradicionales del arte hegemónico-capitalista, renuncian a la noción de autoría individual y crean en libertad porque saben muy bien que no posicionarse desde estas coordenadas geopolíticas implicaría caer en el juego de la “alta cultura” con todo y los sesgos que la fundamenta: economicista, sexista, clasista, racista… Como ellas mismas lo dicen: “Mujeres Grabando Resistencias busca plasmar la fuerza de nuestras propias luchas y protestas, así como las de otras mujeres que luchan contra la opresión del capitalismo y el patriarcado. De este modo, nos sumamos a millones de mujeres en el mundo”.
Sus luchas son reales, se sitúan en las necesidades contantes y sonantes de las situaciones que apremian a las mujeres, más aún si sin pobres, campesinas, indígenas, pobres, disidentes sexuales o de color. Es esta indignación la que las activa y a la que responden: “Abiertas a nuevas integrantes, creciendo juntas, se incuban los deseos multiplicados, resuenan las voces sumadas, se integran las rebeldías compartidas. La mujer se agrupa, se asocia, va construyendo un NOS/OTRAS, partiendo de sí misma para compartirse, para reconocerse en la diferencia y en las coincidencias. Generando espacios y miradas honestas de respeto y dignidad rebelde y desde este lugar que a sí misma se debía, habla y crea el camino que quiere vivir”.
Así, la Escuela de Cultura Popular Revolucionaria Mártires del 68 y Mujeres Grabando Resistencias son dos dignos ejemplos de espacios de creación, lucha y resistencia que conciben sus procesos
comunicativos en íntima relación con la situacionalidad del país, aspecto que bien se podría denominar: Diseño con perspectiva social.
Bibliografía
Barrera Jurado, G. S., & Quiñones Aguilar, A. C. (2009). Diseño socialmente responsable : ideología y participación . Bogotá: Pontificia Universidad Javeriana, Facultad de Arquitectura y Diseño.
Chaves, N. (2002). El oficio de diseñar : propuesta a la conciencia crítica de los que comienzan . Barcelona: Gustavo Gili.
Julier, G. (2010). La cultura del diseño. Barcelona: Gustavo Gili.
Papanek, V. J. (1977). Disenar para el mundo real : ecologia humana y cambio social . Madrid: Blume.
Riaño, C., De la Rosa, J., & Bermúdez, D. (2010). Metodologías para el diseño de cartel social desde América Latina. Bogotá: Universidad Nacional de Colombia.
Tapia, A. (2007). El diseño gráfico en el espacio social. México: Designio.
Referencias en internet
- http://www.multimedioscronopios.org/index.php?option=com_content&view=article&id=2433:25-anos-de-la-martires-del-68&catid=48&Itemid=133
- http://hysteria.mx/mujeres-grabando-resistencias/
[1] Lo anterior se ve plasmado muy claramente con la obsolescencia programada en la cual es más importante diseñar para que los objetos no tengan un tiempo de vida longevo y en cambio dejen de ser útiles en un tiempo determinado para así potenciar el consumo de nuevos productos y se mantenga el círculo vicioso mercantil.
[2] Véase la reseña de Mártires del 68 en la página de Multimedios Cronopios, a propósito de su 25 aniversario. Disponible en: http://www.multimedioscronopios.org/index.php?option=com_content&view=article&id=2433:25-anos-de-la-martires-del-68&catid=48&Itemid=133
[3] Mujeres Grabando Resistencias expresan parte de su devenir en la Revista Hyerteria, disponible en: http://hysteria.mx/mujeres-grabando-resistencias/