Santa Rosa dos Pretos
En agosto de 2015, llegamos al kilometro 81 de la llamada Estrada de Ferro Carajás. En aquel lugar, habían concluido recientemente las obras de duplicación de las vías por donde todos los días pasan los trenes de la transnacional brasileña VALE S.A.
Las vías conectan a la mayor mina de hierro a cielo abierto del mundo, con el puerto de Ponta Madeira localizado en Sao Luis, Maranhao. La comunidad negra Santa Rosa dos Pretos, es uno de los territorios impactados por estas obras, y doña Anacleta Pires, una de las lideres más reconocidas de la comunidad, aceptó compartirme unas palabras.
Lo primero que me apuntó, fue que uno de los mayores impactos de la duplicación, había sido de carácter visual. Al prestar atención al paisaje de la zona, dos imágenes que se ensamblaban y que me habitan hasta el día de hoy. Por un lado, una estructura artificial que se instaló sin respetar las múltiples expresiones de vida que encontró a su paso, y por el otro, la potencia vital de algunos arboles que, habiendo incorporado el color oscuro del mineral transportado en los vagones del tren, lanzaban hacia el cielo las puntas verdes de sus ramas que se negaban a morir.
Esta es la imagen más fiel de la comunidad negra Santa Rosa dos Pretos. Un pueblo sabio que ha sabido contraerse para sobrevivir, y ha esperado siempre el mejor momento para gritar alto, para arrojar el cuerpo y curarlo con el tambor. Un pueblo de seres-tierra que ha hecho de su memoria histórica, un arma letal contra las diversas trayectorias del despojo racista y colonial que no ha cesado desde hace 520 años.
Desde el año de 2017, hombres y mujeres de Santa Rosa dos Pretos, se han organizado junto a los territorios hermanos de Santa Maria dos Pinheiros y Joaquin Maria, para enfrentar una nueva batalla. Esta vez se trata de la duplicación de la carretera conocida como BR-135.
Dicho proyecto, amenaza con impactar a 8 mil personas, como resultado de la demolición de casas, la tala de arboles ancestrales, la interrupción del flujo de riachuelos, entre otros impactos asociados. En Santa Rosa dos Pretos, casas de culto afrobrasileño y locales de comercio también están siendo amenazados.
A finales de abril de este año, en medio a la lucha interna del territorio contra la pandemia mundial Covid-19, el Departamento Nacional de Infraestructura de Transito (DINIT), anunció la continuidad de las obras sin llevar a cabo la consulta previa garantizada por la convención 169 de la OIT, y acordada previamente con el propio gobierno federal. A pesar del golpe dado por el gobierno brasileño a los pueblos negros de Maranhao, el pasado 7 de Mayo un juez decidió no avalar la continuidad de las obras, por lo menos durante los próximos días.
Los miembros del territorio ancestral, han entendido la decisión del juez como una victoria parcial y lanzan un nuevo grito para pedir la producción de nuevos estudios de impacto sobre el territorio, la realización libre e informada de la consulta previa, y un alto al intento, por parte del gobierno federal, de construir un discurso que coloca a los pueblos negros de Maranhao como enemigos del desarrollo y del progreso.
Que el grito de los seres-tierra de Santa rosa dos Pretos se eleve y sea acogido por otros mundos. Que de cada uno de esos mundos, emerjan nuevas voces y se sintonicen para buscar la sobrevivencia mutua. Que el grito explote en las manos del opresor. Que explote justo esta noche, pues en medio del ritual de barbarie que están ejecutando, los guardianes de la tierra siguen despiertos.
Más información:
Firma la carta contra el genocidio de los pueblos negros de Maranhao, Brasil