El presidente en turno, Andrés Manuel López Obrador, afirma que se acabó la era neoliberal. Como si este acto fuera espontaneo o por decreto oficial: terminar un modelo económico que surgió en los 80, en América Latina y que persiste hasta nuestros días. Aun con las afirmaciones, esta administración recicla algunos proyectos y prácticas de sexenios anteriores. El Tren Maya fue engendrado durante la administración del PRI.
El complejo turístico es presentado como uno de los más importantes del sexenio, y que ahora, promete reactivar la economía devastada a raíz del COVID-19. Se denomina como propósito de AMLO, a pesar que se inició en el sexenio de Enrique Peña Nieto en 2012. En ese entonces, presentado como Tren Rápido Transpeninsular Mérida- Punta Venado.
Los dos primeros tramos ya tienen dueño: Mota-Engil y China Communications Construction Company Limited para el primero. La empresa CICSA, a cargo de Carlos Slim, para el segundo. A pesar de las denuncias y oposición de los pobladores de la península de Yucatán que señalan la devastación que se generaría.
Las prácticas (propias de sexenios pasados) salen a la luz: La ruta no se conoce, es una especie de vía fantasma. El Manifiesto de Impacto Ambiental no es público “para evitar el rechazo” y la Consulta Indígena correspondiente, de acuerdo al artículo 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), no se efectúo en las condiciones establecidas.
En noviembre de 2018 se realizó una Consulta Ciudadana, a nivel nacional. Se incluyeron 10 puntos. El primero fue el Tren Maya. Las preguntas se redactaron a modo. Se omitió la recomendación de la OIT respecto a una consulta previa, libre, informada, culturalmente adecuada y de buena fe.
Al antiguo estilo, el proyecto atravesará al menos tres Áreas Naturales Protegidas, (Calakmun, Balam-Kú y Balam Kin). Un millón de hectáreas.
China Railway Construction está en la lista de invitados. Empresa asociada con Grupo Higa, que en 2014 se vio envuelta en el escándalo de La casa Blanca. ¿Se acabó la era Neoliberal?