“El 25 de Noviembre aproximadamente a las 6.00 p.m. me trasladaba con mi esposo a un costado de la iglesia de Santo Domingo porque nos quedamos de ver con mi hermana y mi cuñada, cuando de pronto vi que llegaban muchos hombres de color gris (ropa) y rodaban bolas de lumbre que despedían gases, que me picaban los ojos y que no me permitían ver, pero escuchaba los golpes que le daban a mi esposo y me separaron de el llevándome muchos de la PFP al zócalo con groserías y amenazas.
Me entregaron a unas mujeres vestidas de civil que nos recibieron a golpes, patadas y nos amarraron de las manos y pies teniéndonos boca abajo, quitándome mis pertenencias (celular y dinero en efectivo) nos torturaban psicológicamente, tomándonos fotos y filmándonos, también muchas veces nos preguntaban nuestros nombres edad y domicilio. Estuvimos como una hora más a un costado de la catedral.
Eran esas mujeres que nos gritaban y los hombres de la PFP los que nos interrogaban y nos intimidaban. Luego nos subieron a una camioneta roja como animales y avanzaron a mitad de camino bajaron a 5 compañeras según a otra camioneta dijeron, pero estuvimos como 2 horas aproximadamente y seguían torturando verbalmente, psicológicamente y físicamente. Se sentaban arriba de mí, me pateaba y decían que nos iban a tirar y matar bajo tierra. No dejaban de intimidarme, luego avanzó otro rato y me tocaban las nalgas y decían que me iban a matar. Llegamos a un penal del cual no sabía donde era y ni a muchos hombres que bajaron en ese mismo lugar, ahí vi entre ellos a mi esposo y los PFP contaban a cada rato; dijeron que eran 74 hombres y 14 mujeres y 3 niños. No nos dieron alimento ni agua hasta el día domingo y al oscurecerse nos llevaron a declarar al reclusorio donde se encontraban los hombres y ahí habían más PFP que nos llevaron en el autobús, nos volvieron a tomar, nos tuvieron toda la noche. Declaramos ahí con el M.P. y vi nuevamente a mi esposo ensangrentado y débil.
El lunes por la madrugada cuando dejaba de oscurecer nos llevaron a un autobús y cuando bajamos después de una hora aproximadamente llegamos al aeropuerto esposadas todas y vi otra vez a todos los hombres también esposados y nos sacaron muchas fotos cuando íbamos subiendo en el avión. Eran muchos que me provocaban miedo y terror. También nos filmaron y nos preguntaron nuestros datos; nombre, edad, dirección. Todo el tiempo nos tuvieron agachados y no nos dejaban mirar ni movernos, nos gritaban feo, no hablaban normal. Después de 2 horas aproximadamente de vuelo nos bajaron y volvieron a tomarnos datos, otra vez eran muchos los que nos recibieron ya estaban vestidos de azul los hombres que nos trasladaron en un autobús a este lugar. Nos trajeron agachadas y sin ver, escuchaba el ladrar de los perros y me provoco pánico. Unas señoritas nos pidieron toda nuestra ropa, mi reloj, una cadenita y una colcha. Nos desnudaron y nos dieron la ropa que traemos de este lugar hay señoritas que nos gritaron muy feo y la mayoría ya no pero hay una que nos sigue gritando muy feo. No tenemos derecho a preguntar y hablar aquí no nos han dejado hablar por teléfono y si permitieron entrar a mi hija a verme el viernes pasado.
Si comemos bien, no puedo dormir por lo preocupada que estoy por mis hijos temo que les hagan daño. Me siento triste preocupada intranquila pienso que nos van a secuestrar o algo mas, no puedo desestresarme y emocionalmente estoy mal, pero con la ayuda de dios tengo que salir adelante. A toda la gente que nos apoya quiero que sepan que soy inocente de lo que dicen acusarme y espero su confianza y decisión de seguirnos apoyando porque es justo y que dios los bendiga y los acompañe para que no les pase nada .A mis hijos y a mis familiares que sean fuertes y oren para que dios haga justicia, que se cuiden y apoyen a todos que estoy segura que somos inocentes y que agilicen los tramites para nuestra liberación y que los quiero y amo mucho a mis hijos, amigos y todos los que nos apoyen . No se de que me acusan y por que me tienen detenida. No he hablado con mi abogado y espero hacerlo muy pronto.”