Testimonio de Carmen y Julieta presas en Oaxaca

El pueblo de Oaxaca, en su derecho legítimo de reclamar sus derechos ha recibido como única respuesta represión, asesinatos, desapariciones, encarcelamiento y todo tipo de agresiones por parte del gobierno fascista que, en complicidad con el gobierno federal, han establecido un Estado de Sitio en la capital oaxaqueña, secuestrando a todos los habitantes con los operativos encabezados por la PFP, AFI y agentes armados vestidos de civil.

El pasado 30 de noviembre seis compañeros fuimos víctimas de uno más de los montajes policiales que realiza el gobierno estatal y federal con el fin de desaparecer cualquier movimiento social y subversivo que se puede propagar en otros lugares.

Las compañeras Maria del Carmen Fernández Xicotencatl y Julieta Cruz Cruz estudiantes de Sociología y originarias del D.F. se encontraban en Oaxaca realizando un trabajo acerca del caso Oaxaca; la compañera Ana originaria de Argentina, dedicada a la fabricación de artesanías y el compañero Alfons Gutiérrez Ferrando originario del país Catalán, habían decidido quedarse por un tiempo en solidaridad con el pueblo; el compañero Sacramento Delfino Cano Hernández, originario del Estado de México también afín a nuestras ideas y yo Oscar Santa Maria Caro, originario de Oaxaca.

Tod@s nosotr@s fuimos testigos de varias detenciones ilegales y de todo tipo de injusticias a manos de la policía y grupos paramilitares que operaban en la ciudad, y de la embestida de represión más fuerte con la entrada de la PFP al estado de Oaxaca. Los enfrentamientos y la resistencia del pueblo contra la invasión federal resistió con más fuerza desde el día de la incursión el 28 de octubre hasta el 25 de noviembre, día en el cual después de un fuerte enfrentamiento, la policía Federal, Estatal y los grupos paramilitares comenzaron con la conocida “cacería de brujas” con la cual pretendieron captura a toda aquella persona sospechosa o que hubiese participado en las distintas movilizaciones, por este motivo los seis compañeros decidimos resguardarnos en una vivienda ubicada en la calle de Brasil #400 de la Colonia América Norte, en la cual algunos de nosotr@s ya teníamos tiempo habitándola. Ante la constante de ser detenidos si salíamos y ya que la policía había detenido a cientos de personas inocentes y ajenas al movimiento, estuvimos en esa casa hasta el día 30 de noviembre, día en el cual vimos más calmada la situación y habíamos decidido partir. Ana y Alfons partirían hacia el Sur, Sacramento al Estado de México, Julieta, Carmen y Oscar partiríamos hacía el D.F.

Alrededor de la 1:00pm la compañera Ana salió de la casa para realizar una llamada telefónica, pero transcurrió mucho tiempo y ella no llegaba, motivo por el cual Carmen y yo decidimos salir a buscarla. Salimos de la casa y al cruzar la calle vimos varios vehículos (alrededor de unos diez) sin palcas y a un grupo de gente desconocida parados frente a una tienda, pasamos frente a ellos sin ningún contratiempo, sólo uno de ellos nos fue siguiendo. Media cuadra adelante nos detuvimos frente a un establecimiento de renta de computadoras (internet), el sujeto siguió caminando, preguntamos a la chica del establecimiento si había visto a una chica con la descripción de Ana, la empleada dijo que no y nos quedamos parados un instante, entonces se acercó de frente el sujeto que nos venia siguiendo indicándome que me pegara a la pared, me agarró y me empujó hacía la pared, se acercó por detrás un segundo sujeto apuntándome con un  arma de fuego, me sometieron y me metieron al asiento trasero de un auto gris, me acostaron en el asiento, un tipo encima de mi y cubriéndome la cara me decía que cerrara los ojos. Carmen se metió al establecimiento de internet, pero momentos después ingresaron otros por ella que, de la misma manera, la metieron a un auto desconocido.

Durante todo el transcurso, los sujetos que me detuvieron me interrogaban y golpeaban si no les gustaba la respuesta o me negaba a contestar sus preguntas. Estuvieron dando vueltas por la ciudad en un intenso operativo, el auto donde traían a Carmen seguía al coche en el cual me transportaban, y alrededor de tres vehículos nos escoltaban, un rato mas tarde me pasaron a una camioneta junto con Carmen, en la cual también fuimos objetos de golpes y amenazas, se frenaron, me bajaron y me pasaron a la cabina de la camioneta, en la cual me interrogó de manera más violenta, con el arma en la mano me mostró fotos de vari@s compañer@s  preguntándome sus nombres y dónde estaban, amenazándome de matarme, violar a la compañera y golpearme en repetidas ocasiones, obtuvieron respuestas satisfactorias para ellos, y también para mi, ya que ningún dato que proporcione compromete a ninguna persona. Me pasaron nuevamente a la parte de atrás de la camioneta y comenzó el mismo interrogatorio para Carmen. Terminó y la volvieron a subir a atrás, un rato después la camioneta nos trasladó hasta adentro de los separos de la policía preventiva, entregándonos a esa corporación. Elementos policíacos tampoco nos dejaron abrir los ojos, nos revisaron y nos quitaron todas nuestras pertenencias; en el lugar ya se encontraban Julieta y Sacramento, la compañera Ana y Alfons ignoramos a donde los llevaron.

Ya dentro del Cuartel nos metieron en una celda a Sacramento y a mí; a Carmen y a Julieta en otra. Entró un policía en nuestra celda (un tipo gordo uniformado) y le indicó a Sacramento que se acostara boca abajo y me empujó bruscamente contra la pared para luego interrogarme dentro del baño, amenazándome que si no contestaba correctamente metería mi cabeza en el excusado lleno de excremento. Me preguntaron por varios compañeros para después golpearme cada vez que contestaba ignorándolo todo, volvió a preguntarme, le conteste que no sabía donde estaban y que muchos se habían ido a otro Estado, el policía pareció conformarse y cambio de tema, indicando que en un momento mas me iba a volver a interrogar y que tenía que decir que participe en las barricadas y que era culpable de la quema de edificios y autobuses. Entraron otros dos policías, me sacaron de la celda y me metieron a un cuarto oscuro, llegó el primer sujeto (el policía gordo), me volvió a interrogar del mismo modo, amenazándome con mantenerme allí varios días y violar a Carmen y a Julieta. Entró al cuarto un tipo vestido de civil con una cámara de video y empezó a grabar el interrogatorio, yo volví a contestar que no sabía porque estaba allí. El policía le ordenó que borrara la grabación, se dirigió hacía mi y me dio un golpe en el estomago sacándome el aire y me dijo que podíamos estar así toda la tarde hasta que contestara correctamente. Siguió con el interrogatorio golpeándome y volviendo a empezar cada vez que contestaba de otra forma o me tardaba en contestar, una vez cumplidas sus respuestas, me regresaron a la celda y comenzaron el mismo interrogatorio con Sacramento, él, ignorándolo todo, recibió amenazas y golpes, entonces el policía me hizo decirle a Sacramento lo que tenía que responder, del mismo modo me hicieron decirle lo mismo a Julieta. Una vez terminado esto nos dejaron un rato en las celdas, amenazándonos que si hablábamos entre nosotr@s nos golpearían. Un rato más tarde nos sacaron al patio y nos tomaron fotos con bombas molotov, tubos y una camioneta negra. Nos regresaron a las celdas.

Eran aproximadamente las 10pm, nos sacaron otra vez esposados, nos subieron en dos camionetas cubiertos del rostro, estuvimos viajando cerca de dos horas, se detuvieron y nos
bajaron para entregarnos en la Procuraduría de Justicia de Miahuatlan de Porfirio Díaz, en ese lugar nos tuvieron cerca de veinte minutos. Nos volvieron a subir en las mismas camionetas y nuevamente cubiertos de la cara, nos trasladaron al CERESO de Miahuatlan, hasta este lugar fue donde nos dijeron los delitos por los cuales estamos aquí, estos son: ROBO DE VEHICULO, COHECHO, DAÑOS EN PROPIEDAD PRIVADA, ASOCIACIÓN DELICTUOSA, QUEMA DE EDIFICIOS PUBLICOS. Todos estos delitos inventados por ellos mismos. No sabemos aún cuanto tiempo estaremos aquí, hemos recibido un trato bastante agradable por parte de nuestr@s compañer@s pres@s, tod@s privados de nuestra libertad injustamente, pero estas rejas no callarán nuestras voces.

 

 

 

 

 

 

 

 

DEL ESTADO LA VIOLENCIA

 

 

DEL PUEBLO LA RESISTENCIA

 

 

 

 

 

 

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