La Otra Campaña Sudcaliforniana en defensa de los derechos laborales

Se encuentra la Comisión Sexta en BCS con trabajadoras de la maquila, el calamar, la educación y otros sectores.

Santa Rosalía, Baja California Sur. 5-Oct-2006

Por Karla Garza

En su recorrido por estas tierras “paradisiacas” para los turistas, La Otra Campaña se encuentra con dos grupos de mujeres trabajadoras como hay muchas (la vergonzante mayoría) en este país: trabajaban para empresas extranjeras que se regodean en la impunidad con la que pueden cometer toda clase de malos tratos contra ellas; empresas que las explotan y mal pagan, empresas para las que “ no somos nadie”, según las mismas mujeres.

Unas en La Paz, otras en Santa Rosalía, tienen en común haber hecho caso omiso de quienes les dijeron que era inútil “ponerse con sansón a las patadas”, decidieron no dejarse y se organizaron para protestar contra esas injusticias. Y tienen algo más en común: las despidieron por eso.

 

“Ellos no pagan el producto, no puede ser que esa carne cueste tan barata”, señala doña Aurora ante el S.I. Marcos, refiriéndose a los 50 centavos que le pagan por cada kilo de calamar que limpia y los 3 pesos que los pescadores reciben por el mismo kilo. Y tiene razón doña Aurora, en los grandes supermercados de Tijuana a donde se lleva el calamar, el precio oscila entre los 80 y 90 pesos por kilo. Abismal distancia entra las jugosas ganancias de la empresa coreana Han Jin y la mísera remuneración de los trabajadores.

 

“Una oye a sus hijas cuando dicen  ‘mi mami está dormida’, porque trabajamos  de 1 de la mañana a 1 de la tarde”. Y en las jornadas de doce horas son inflexibles sus jefes extranjeros: “a ellos lo que les interesa es que salga todo el calamar, que se procese y se limpie para que no se eche a perder. Yo digo que está bien que nos den trabajo y que si su empresa capitalista tiene que trabajar 24 horas está bien, pero que haya tres turnos, pero no, ellos quieren que sea uno solo el que se parta el lomo. Yo me preguntaba dónde estaban las autoridades del trabajo.”, dice doña Marina con su acento norteño exaltado de coraje. Denuncian también que no  contaban con seguro social, pese a que les hacían muchos descuentos a sus salarios, “si nos cortamos nos corren a nuestras casas, que nos vayamos a dormir nos dicen”. A su casa si se lastima, a su casa si resulta embarazada, a su casa si se le ocurre quejarse.

A pesar del enorme margen de ganancia, (según saben la empresa se lleva seis dólares por cada dólar invertido aquí) para las trabajadoras, en 7 años nunca hubo utilidades. Durante todo ese tiempo, dicen, “nos quedamos calladas porque tenemos necesidad de trabajar, tenemos hijos, y ellos donde quiera nos ponen el alto. Hay muchas madres solteras con necesidad de trabajo y ellos se aprovechan de eso; tenían un capataz que incluso tenía relaciones sexuales con algunas trabajadoras; algunas ahorita no se animan a hablar porque tienen miedo”.

Pero muchas sí lo hicieron, “la mayoría estamos en un proceso, fuimos despedidas injustamente, porque exigimos tanto utilidades como el precio. Nos corrieron porque decidimos unirnos”. Pero no sólo, luego de despedirlas  se aseguraron de que no fueran a otra parte con sus descabelladas exigencias; “mandaron un oficio a todas las plantas con nuestros nombres para que no nos dieran trabajo; a otras las hicieron firmar una carta de retiro de la demanda para darles el trabajo. Para ellos nosotras no valemos nada.  Nos han tratado hasta de locas, nos han tratado como a ellos se les ha dado la gana. Tenemos ganas de trabajar pero nos han cerrado las puertas”.

El calamar es la única fuente de trabajo para los habitantes de este poblado costero, sin embargo, los permisionarios, el alcalde –el perredista Pedro Osuna- y empresas como Han Jin son los únicos beneficiarios de este recurso.

Una de las ex trabajadoras cuenta haber intentado denunciar la situación en los medios de comunicación sin conseguir más que represalias por parte del gobierno local que además “se aprovecha de las madres solteras, de los discapacitados y los ancianos” para quienes solicita recursos que luego no les reparte o lo hace a medias. Ni con quién quejarse, aseguran, “aquí las instituciones están bien vendidas, somos el sótano del estado, para acá no llega nada”. Mientras, “los que se están haciendo ricos son los permisionarios y solo si eres amigo de un permisionario te ayudan”.

Pese a que las trabajadoras de Han Jin perdieron ya una demanda gracias a las artimañas de Reyes Machado, abogado y síndico local y Josefina Michel, presidenta de la Junta de Trabajo de La Paz, el pasado  28 de septiembre iniciaron un nuevo proceso de la mano de La Casa de la Trabajadora y el Trabajador y están dispuestas a seguir peleando.

 

La maquila, otro escenario, la misma historia.

 

Fue precisamente en ese local donde tuvo lugar el día anterior un diálogo entre la Comisión Sexta y ex trabajadoras de la maquila pertenecientes al Sindicato Independiente de Trabajadoras y Trabajadores de la Industria Maquiladora  (SITTIM), en La Paz.

 

Allí cuentan su historia que empezó hace 30 años: “Éramos al principio como 45 trabajadoras con malos tratos por parte de una empresa extranjera” -cuenta Teresa Rosas- “yo anduve promocionando el sindicato dentro de la maquila. En California Conection tenían por ejemplo la mala costumbre de no dejarnos ir al baño, o los llenaban de ácido y cloro a los baños para que no entráramos,  eso fue lo que me motivó para no dejarme”.

 

Así, escogieron el aniversario de la Revolución Cubana para estallar una huelga y dar nombre a su  sindicato: 26 de julio. “La CTM nos dejó abandonadas pero tomamos la vía de la  lucha. Tomamos maquinaria, luego el gobierno la compró y estuvimos dos años en lucha hasta que logramos la firma de un contrato de trabajo, pero luego viene el gobierno priísta y nos cierra nuestra fuente de trabajo, las trabajadoras nos integramos a las diferentes maquiladoras que había y ahí comienza nuestro peregrinar”.

 

Peregrinar por otras maquiladoras siendo despedidas cada vez que de nuevo intentaban organizarse para crear sindicatos independientes, “fue hasta 1998 cuando pudimos constituirlo”, de ahí nació el SITTIM y la Casa de la Trabajadora y el Trabajador cuyo equipo de voluntarios se dedica ahora a apoyar causas similares a la suya. Prestan asesoría legal gratuita, su espíritu de lucha y sus solidaridad, trabajo que el Delegado Zero les reconoce:

 

“Qué orgullo para la otra campaña encontrarlos. Qué b
ueno que exista gente como ustedes, porque hay gente allá afuera que luego pregunta quién nos está financiando, como si no fuera posible hacer las cosas  con la voluntad, el apoyo y la solidaridaddesinteresada de la gente. Ustedes son un ejemplo y en ese sentido nos sentimos muy identificados como zapatistas con ustedes”.

 

Sin embargo la situación laboral,  les dice el Sup, es similar en todas partes, con las características del México porfirista, como lo ha constatado a lo largo del recorrido por el país. Como ejemplo, se refiere a la lucha de las trabajadoras y trabajadores de la maquila que La Otra Campaña conoció en el Valle de Tehuacán quienes trabajan hasta catorce horas diarias por 45 pesos: “el dueño de esas maquiladoras es este señor que se dedica a violar niñas y tiene a su amigo el gober precioso de Puebla, ése es el patrón de esos compañeros que son adherentes a la otra campaña”. También remite a los logros de los trabajadores de Euzkadi, quienes “están produciendo y están demostrando que los trabajadores pueden dirigir una empresa y su ejemplo plantea que aquí sobra alguien, que es el que tiene todo, el patrón.”

 

A la reunión asistieron también otros grupos de trabajadores con los que colabora esta casa:  despedidos de la industria de la construcción, trabajadoras domésticas, trabajadores despedidos de Panamericana, mestras de la CNTE y académicos universitarios. Rodolfo, ex trabajador de Panamericana, cuenta: “estuvimos tocando muchas puertas y nunca fuimos escuchados. Yo estuve tres años dando vueltas hasta que llegamos a la casa del trabajador y nos enseñaron las cosas de la ley que uno ignora. Tres años peleándome, humillándome,  alzando la voz pero el sindicato de Panamericana así como la compañía son muy poderosos”. Él y muchos de sus compañeros esperaron tres años antes de ser indemnizados pro la empresa.

 

La lucha contra los sindicatos charros y por un sindicalismo independiente y democrático es también compartida por estos grupos. Antonieta, maestra con 20 años de servicio, perteneciente a la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, aquí, en la Sección 3 del SNTE, explica: “lo primero que hicimos fue una corriente democrática sindical que sirviera como puente entre las organizaciones sociales e independientes en BCS y confrontar al estado. La defensa de la educación pública que en nuestro estado tiene grandes enemigos: la iniciativa privada y los charros. Los sindicatos están siendo desmantelados, jinetean el dinero de los trabajadores, no los defienden”.

 

“Los derechos laborales han sufrido un ataque que ha minado todas las prestaciones  que antes tenían y si durante mucho tiempo el trabajador se dedicó a tratar de democratizar su sindicato para poder conseguir alguien que lo represente y lo defienda por que ése es el trabajo del sindicato lo que hacían los patrones es que corrompían a los líderes sindicales para que pactaran acuerdos que no beneficiaban a los trabajadores. Pero aún así, gracias a las luchas que hicieron los trabajadores, como las de los trabajadores de la educación, lograron tener muchas conquistas; en cualquier momento en que los maestros se organizan para exigir sus derechos se les empieza a decir maestros banqueteros, flojos, huelguistas… ”

 

 

 

EL EJEMPLO DE OAXACA EN LAS NUEVAS LUCHAS SINDICALES

 

“Esto es importante -continúa el sup- porque ahorita en Oaxaca hay un movimiento una de cuyas partes principales es el sindicato de maestros, en este caso la Coordinadora  Nacional de Trabajadores de la Educación en Oaxaca, además de muchas otras organizaciones. Y la campaña de desprestigio que hay en los medios es que son flojos, y ahora el secretario de gobernación los amenaza de que tienen que regresar a clases porque si no los van a reprimir”.

 

“Pero en este movimiento no están solos los maestros, en esta parte de lo que se llama la APPO, la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca, hay muchas organizaciones participando en igualdad de circunstancias y su demanda es muy clara, quieren que se vaya el gobernador, entre otras cosas porque no gobierna y el gobernador se resiste a irse y en el momento que no gobierna pues el mismo pueblo está ocupando esa tarea, se está gobernando a sí mismo. Y a eso le tienen miedo los de arriba porque un pueblo que se empieza a dar cuenta de que puede gobernarse a sí mismo,  empieza a preguntarse y para qué los políticos y para qué los funcionarios. Esa es una parte del problema”.

 

“La otra es que los sindicatos se mueven por intereses propios de los líderes y que los funcionarios no están dando justicia; el funcionario está unido con el líder sindical que es un charro y con la patronal y siempre el que queda abajo es el que está sufriendo. Entonces nos encontramos con que hay funcionarios corruptos y líderes sindicales charros; en el Sindicato de Educación, para no ir muy lejos, Elba Esther Gordillo, que es la que le dio la presidencia a Felipe Calderón con las transas que hizo en el fraude electoral. Por otro lado, las prestaciones que teníamos antes ya no están, porque los maestros tienen que tomar en cuenta que mientras está lo de la reforma al sistema de educación secundaria está el intento de privatización del ISSTE que es el que les daba la garantía que podían acceder a servicios médicos buenos o malos pero gratuitos, ahora no, ahora va a costar”

 

“Entonces la lucha del trabajador es por tratar de compensar su salario que no alcanza de otra forma. Pero esta ofensiva que les está quitando todo no es nada más aquí en Baja California, es en todo el país y en  todos los movimientos obreros, los sindicatos están siendo desmantelados y ya ni siquiera los charros están sirviendo. Y hay una cosa que se llama precarización del trabajo; antes llegabas a trabajar y formabas un contrato y ahora firmas en blanco tu  renuncia y le pueden poner la fecha que ellos quieran, entonces cada día te acuestas a dormir sin saber si al otro día tienes trabajo”.

“Y además decir derecho laboral que debería ser automático, resulta que hay que luchar por él, hay que hacer marchas, mítines, plantones, enfrentarse al funcionario, aguantar sus groserías, darte una vuelta y otra y llenar papeles y papeles para que te cumplan un derecho”.

Pero aquí, concluye el Subcomandante Marcos, “lo que era un muro se convierte en una ventana, no sólo para que nosotros
que venimos de otras partes de la República nos asomemos a la lucha de ustedes, sino también para que ustedes se asomen a las luchas de otras partes y llegue un momento que ese puente nos permita caminar unidos en nuestras luchas. Un puente que, paradójicamente, vaya por abajo”.

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