Cárcel Regional de Cuicatlán. Región de la Cañada, octubre 6 de 2006.
AL PUEBLO DE MÉXICO
AL PUEBLO DE OAXACA
AL MAGISTERIO NACIONAL
A LOS HEROICOS MARCHISTAS
AL PUEBLO EN GENERAL
“Después de dar el primer paso, jamás dejaremos de andar”
Muchas cosas quisiera decirles desde el forzado encierro en las cárceles de Cuicatlán, en la región de la Cañada Oaxaqueña, pero nada mas importante en estos momentos que expresar mi felicidad por ser todos, ustedes, nuestro pueblos y, junto a ustedes y de nuestro pueblo, los presos que también somos parte de esta lucha, por que estamos protagonizando un proceso inédito en la historia de nuestro estado oaxaqueño.
Quiero decir, como lo expresaran Carlos Marx y Federico Engels en el Manifiesto del Partido comunista, que un fantasma recorre todo el territorio mexicano: el fantasma de las APPO. Hoy, toda la reacción mexicana, los empresarios, el priísmo de viejo cuño, el Yunque, se han unido en santa alianza para combatir a este fantasma. Y si nos ladran, es señal inequívoca de que la lucha popular de los pueblos de Oaxaca avanza con paso vencedor.
En la persecución de que hemos sido victimas por parte de las fuerzas reaccionarias, los protagonistas de esta historia que se escribe, se esconde el miedo. Mientras más cruel y sanguinaria es su persecusión, mas grande es su miedo. No miedo a la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca, no es el miedo a la lucha del magisterio y del pueblo oaxaqueño, sino el miedo a que este fenómeno trascienda, como ya esta ocurriendo, las frontera de nuestro estado y se reproduzca en todos los rincones del territorio mexicano; es el miedo a que todo el pueblo de México se constituya en Asamblea Nacional de los Pueblos de México y tomen las calles de los campos y ciudades del suelo mexicano en demanda de transformaciones profundas en la vida nacional.
Cuando esta caminata a la ciudad de México salió, los enemigos del movimiento magisterial y popular, los testaferros de Ulises Ruiz Ortiz, intentaron sabotearla sin éxito. Hoy se encuentra en los umbrales del Distrito Federal. En su recorrido, toco la desgracia de que a un joven compañero, se le extinguiera la vida; una hermosa vida consagrada a la libertad de nuestro pueblo y que, si bien no cayo asesinado como otros compañeros, si será una muerte mas que pesara en la conciencia del único responsable que mis compañeros y yo estemos en la cárcel; que las calles de Oaxaca se hayan convertido en una ciudadela para la defensa y que ustedes estén recorriendo serpenteadas y sinuosas carreteras con destino al Distrito Federal: ese responsables es Ulises Ruiz Ortiz y sus cómplices, los diputados y senadores del PRI y del PAN.
Ustedes, compañeros marchistas, son quienes llevan la voz de nuestro pueblo hacia los demás pueblos que sus pasos han conquistado; ustedes entrañan, hoy por hoy, la inconformidad y la indignación de todos los oaxaqueños y oaxaqueñas; ustedes representan la esperanza de las aspiraciones libertarias del pueblo de Oaxaca; son ustedes el pacifico ejercito que va liberando conciencias a lo largo de su recorrido y sumando fuerzas para la consecución de la única demanda: la caída del tirano Ulises Ruiz Ortiz. ¡No desmayen! ¡Quesiga la batalladora firme! ¡Sus pasos, son pasos de vencedores! ¡El enemigo esta vencido! Y si a pesar de todos nuestros esfuerzos, el gobierno de Vicente Fox se empeña en sostener a Ulises Ruiz, bajo el pretexto de proteger a las instituciones, nos que da la seguridad de que Ulises, no gobernara Oaxaca, a menos que se tenga que derramar sangre de todo un pueblo que ha demostrado el material del que esta hecho. ¡La sangre indígena de los oaxaqueños, no lo olviden, es sangre de guerreros! ¡Es sangre indomable de zapotecas, suaves, de mixtecos, de mazatecos, de náhuatl; es la sangre del indio Ñumi, es la sangre del flechador del sol Ilhuicamina; es la sangre de la princesa Donají y de Coyolicatzin!
No lo digo yo, los dicen y los repiten los analistas, lo comentan en los pasillos palaciegos que el priísmo pasea el cadáver insepulto de Ulises Ruiz Ortiz, exhibiéndolo como devaluada mercancía que buscan vender a quienes crean que servirá para la estabilidad de la nación. ¡La estabilidad de la nación pende de un hilo si mantiene a Ulises en la gobernatura! La estabilidad de Oaxaca, pende de un hilo si pretenden regar sus suelos con la sangre de niños y niñas, jóvenes, ancianos y ancianas que defienden con palos, piedras y cohetones detrás de las barricadas, la dignidad de nuestro pueblo.
Hermanos, hermanas: cuando Morelos defendía con bastante dificultad la ciudad de Oaxaca en el fortín, Guadalupe Victoria se hallaba en el barrio de Jalatlaco combatiendo cuando recibió el mensaje del generalísimo que fuera en su ayuda, Guadalupe Victoria, debía cruzar el caudaloso rió Jalatlaco y, decidido, aventó hacia la otra orilla su espada y dijo: Va mi espada en prenda, voy por ella. La dignidad de Oaxaca esta en prenda, ustedes, compañeros marchistas, van por ella. Detrás de las barricadas en las calles de Oaxaca, el pueblo los espera y también empeña su vida por la defensa de la ciudad.
CON UN ABRAZO Y COMBATIVO SALUDO
SE DESPIDE DE USTEDES
PROF. EVANGELIO MENDOZA GONZÁLEZ.