Es “como si le hubieran echado cal a todo el arroyo”, presentó un olor a óxido o azufre y se ve de color blanco, señalaron los habitantes de Magdalena Ocotlán, Oaxaca, luego de un derrumbe de lodo causado por Minera Cuzcatlán [Fotuna Silver Mines] el 7 de octubre, en la afluencia de agua denominada El Coyote. Además señalaron que la Procuraduria Federal de Proteccion al Ambiente (PROFEPA) no entregó un informe para la comunidad, a pesar de que pasó una semana del incidente.
Los pobladores decidieron no utilizar el agua “potable” hasta conocer el daño, pues el deslave alcanzó al pozo que abastece a la red, «tan solo a diez pasos», indicaron. La siembra de maíz y calabaza también se vio afectada.
La PROFEPA emitió un comunicado de prensa a través de su portal, en donde indica que el escurrimiento es de 4 kilómetros de largo y existen «impregnaciones sobre suelo natural en los márgenes del arroyo», sin embargo afirmó que no existen riesgos.
A pesar de la existencia de comunidades opositoras en el estado de Oaxaca -hasta agosto de 2018- la empresa canadiense Fortuna Silver Mines (FSM) removió 3 mil toneladas de tierra y roca por día, para triturarla y extraer oro y plata.
En 2017 FSM ganó en esa entidad alrededor de 124 millones de dólares por concepto de plata y casi 73 millones de dólares por obtención de Oro. Se trata de un aproximado de 200 millones de dólares, de acuerdo a sus propios informes.
