Durante dos días alrededor de 250 presentaciones teatrales, de poesía, bailables, música y performances de las diversas regiones y comunidades de los cinco caracoles zapatistas coronaron, junto con la sala de exposiciones pictóricas y escultóricas instalada en el Auditorio Emiliano Zapata de Oventik, el CompArte por la Humanidad en su segunda edición; un festival y asamblea para compartir, es decir vivenciar y dialogar perspectivas alrededor del arte, como lenguaje estético. Todas representaciones del fruto de la educación artística zapatista y de la libertad de expresión que ha despertado del sentir de las generaciones zapatistas después del levantamiento de 1994.
La claridad de la palabra de las niñas y niños más pequeños, de alrededor de cinco años de edad, que participaron en poesía, música y teatro revela la importancia de la reiteración en la estética zapatista. Niñas y niños que no han vivido la esclavitud gracias a la liberación zapatista la conocen por la palabra de sus inmediatos antecesores y la narran transmitiendo la fuerza del seguir caminando, no dejarse vencer y continuar con la creación de horizontes de vida digna.
La reiteración implica lanzar un mensaje a través de lenguajes que se suman. Así asientan una idea central desde sus formas: el movimiento de las manos y el cuerpo durante una recitación poética reafirma que el periodo de esclavitud ha existido y que ellos y ellas, quienes lo vivieron por casi 500 años en su carne, lo rompieron. El teatro, con su música que subraya el escenario, y la coreografía que acompaña las palabras insistió una y otra vez en: a) cómo esa esclavitud sigue hoy con otras formas, las del patriarcado y la explotación del sistema económico capitalista, b) como las comunidades siguen siendo golpeadas por los proyectos contrainsurgentes y programas de gobierno, grupos de choque armados (paramilitares y no), el alcoholismo y la drogadicción en los pueblos y c) cómo las y los zapatistas están elaborando constantemente formas sociales y políticas no estatales de resistencia a las imposiciones de modelos esclavizantes.
En los dos días en que el CompArte se movió del Centro Integral de Capacitación Indígena (CIDECI) de San Cristóbal al Caracol II de Oventik las representaciones, objetos, palabras y expresiones de emociones pasaron de la búsqueda de impactar con mensajes y formas libertarias propias de las organizaciones que caminan junto al zapatismo, con su incidencia de ideas personales y apuestas de originalidad creativa, al realismo total. Su metáfora más evidente es la urgencia de la realidad, del teatro que reproduce sucesos inmediatos del camino zapatista e indígena de México. En la obra “Mujer, mujer, mujer” del Caracol de Roberto Barrios se representó con profesionalismo (las actoras y actores no se movieron del escenario a pesar de la lluvia que empezó a caer con fuerza), paso a paso, el proceso de organización del Congreso Nacional Indígena (CNI). Numerosos actores, casi todos los artistas de la comunidad, representaron la iniciativa de enfrentarse a la barbarie cotidiana de México con una reconstitución de los pueblos y su participación en la organización desde abajo, a través de la figura real y simbólica de una vocera indígena, mujer, y que manda obedeciendo.
La estética zapatista revela, una vez más, que la imposición hace cinco siglos de la originalidad como expresión única del genio creador no es necesaria para que haya una expresión artística. Como en casi todas las artes no capitalistas, o no estatales modernas, hay un reconocimiento estético, emotivo, didáctico y recreativo de la reiteración, así como una expresión libre del derecho a copiar, repetir, reelaborar, insistir sobre lo que se siente necesario expresar. ¿De qué sirve ser originales, si la emoción está en lo que todas y todos comparten? Rabia, alegría por un logro común, memoria de cuanto vivido y sabido, pero escondido por la historia y el arte oficial, placer, mensaje se suman una y otra vez en las formas que las comunidades artísticas de los caracoles zapatistas encuentran para expresarse. Agrietar los muros es, en ocasiones, reiterar la belleza de hacerlo, la urgencia de seguir haciéndolo y las dificultades que se enfrentan y deben ser comprendidas en el proceso.
Tema “La hidra capitalista” de Los Originales de San Andrés junto a Lengualerta, Mexican Sound System y Van T en vivo en la Clausura del CompARte 2017 desde el Caracol II de Oventik, Chiapas.