8 de noviembre del 2014. En el velorio de Alexander Mora Venancio no hay más lágrimas, solo indignación, coraje y la decisión de seguir la lucha, la cual -sentenciaron los familiares de los jóvenes ausentes- apenas inicia. Para llegar hasta el lugar en donde se pidió por su descanso en paz, tuvimos que dormir poco, levantarnos temprano y después subir al autobús que nos llevaría a través de un recorrido de tres horas desde la Normal Rural “Raúl Isidro Burgos” hacia la comunidad del Pericón en el municipio de Tecoanapa, Guerrero -tierra arenosa de la Costa Chica y lugar que vio nacer a Alexander-. Estudiantes de la academia de primer año –compañeros y amigos de Alexander-, así como padres y madres de los estudiantes detenidos-desaparecidos restantes, y la propia comunidad, acompañaron a la familia en su dolor.
La academia de primer año está de vuelta en la normal de Ayotzinapa; algunos se habían ido a su casa a causa del terror que les infundieron los hechos de Iguala, a otros se los llevaron sus padres ante el temor de perderlos. Un mes después de los hechos del 26 en Iguala poco a poco empezaron a regresar a la normal, rompieron el miedo; incluso algunos se escaparon de sus casas para incorporarse a la lucha por la presentación con vida de sus compañeros. Ellos desde el cinco de diciembre han estado acompañando a la Familia de Alexander, a quien uno de ellos describió como un chico que gustaba de jugar fut-bol, alegre, “relajiento”, y buen amigo; fueron dos rápidos meses los que pudieron compartir, antes de la tragedia.
Los siete centímetros que lograron rescatar de Alexander y que permitieron su identificación fueron localizados en el lugar llamado Puente río San Juan, Cocula. Mientras que 16 restos distintos pertenecen al paraje cercano del basurero de Cocula. Los familiares, a las afueras de la casa de don Ezequiel Mora que servía de velatorio, señalaron “es ahí donde nos entra la duda de los resultados, porque ya no es el mismo lugar, entonces por eso decimos nosotros que no aceptamos que la PGR declare que los demás correspondan a la misma situación” de que todos sean normalistas, por ello, adelantaron que será hasta que los resultados de Austria digan lo contrario, podrían aceptar la hipótesis planteada por el equipo encabezado por Murillo Karam.
Hay que decir que la teoría del caso que plantea la PGR no resuelve el paradero de los 43 normalistas. Son 17 restos en total, faltan otros 26 estudiantes. Don Felipe de la Cruz, padre de unos de los sobrevivientes del 26, dio a conocer que ya se están organizando brigadas independientes impulsadas por los propios padres y madres para buscar a sus hijos en vida, ya que denunciaron, el gobierno ha “creado un simulacro de búsqueda, porque son más de sesenta días y no pueden encontrar en una región del estado de Guerrero a los normalistas, es increíble”.
Audio. Felipe Cruz: no creemos en la teoría del caso de la PGR. Es la hora de luchar juntos
“Si no hay navidad para nosotros, que no haya navidad para el gobierno”
En medio de lo que parecería un reflujo del movimiento, los padres han declarado que no van a parar de realizar acciones exigiendo la presentación con vida de sus hijos, pero también impulsarán el proceso que cambie con el actual sistema que, a su consideración, está corrompido y podrido. Hicieron un llamado a la sociedad en general: “si no hay descanso para los padres de familia hasta encontrar a sus hijos, que no lo haya para el gobierno. La ineptitud que ha demostrado el gobierno federal a nosotros nos da la fuerza y el coraje para seguir adelante y que si Ayotzi somos todos, es el momento de exigir justicia juntos”.
Agregó además, “seguimos adelante, el cansancio no nos va a vencer, si no que cada día que pasa nos llena de ira y de rabia y que los padres de familia estamos unidos todos”. ´Le advirtió a Osorio Chong que las amenazas lanzadas contra ellos no les causan miedo, esto último en referencia de las declaraciones realizadas por el Secretario de Gobernación de utilizar la fuerza pública para disolver la liberación de casetas o los bloqueos de la autopista México-Acapulco que de manera constante han llevado a cabo el movimiento social en Guerrero: “no nos interesa porque sabemos que no estamos cometiendo ningún delito. Si ellos protegen los intereses económicos de los empresarios, nosotros queremos proteger la vida de los muchachos”.
Mientras las mujeres de la familia Mora y Venancio compartían el chicalate (bebida fría a base de cacao, tradicional de la Costa chica) con quienes asistieron para menguar el dolor, le cuestioné al profesor sobre su sentir respecto a la detenciones y uso de la fuerza pública en contra de jóvenes y estudiantes en su mayoría que se han venido solidarizando a partir del 26 de septiembre; éste hizo énfasis en que “es un descaro del gobierno que tenemos en México de reprimir a quienes protestan, a quienes alzan la voz… En Guerrero nos damos cuenta cómo han militarizado el estado, cómo están llenando de policías haciendo creer que es por la seguridad, cuando con todos los federales que existen… siguen secuestrando, siguen matando”.
Esto último sin duda es una estrategia del gobierno para tratar de controlar y/o apagar cualquier movimiento que quiera cambiar el estado actual de cosas; de apagar “la flama de la insurgencia” que busca un cambio, “aunque sea pequeño pero que se empiece”.
El velorio del joven que en vida contaba sólo con veintiún años, sirvió también para darnos cuenta de las estrategias que está utilizando el gobierno estatal para tratar de dividir y menguar al movimiento en Guerrero. A través de una denuncia realizada por el Comité del Movimiento Popular Guerrerense (MPG) Ayutla, hicieron públicos los hostigamientos constantes a luchadores sociales y policía comunitaria por parte del ejército mexicano, además de señalar que el gobierno encabezado por Ortega condiciona los apoyos sociales a la población a cambio de la no participación en el movimiento, también dijeron, que las autoridades estatales tratan a toda costa de dividir el movimiento, ya que busca generar diálogos por separado con distintas organizaciones que se conjuntan alrededor de la Asamblea Nacional Popular, ofreciendo migajas y promesas. Sin embargo los pueblos siguen firmes y le exigen al Estado que respete los procesos de nombramientos de los Consejos Municipales Populares y que presente con vida a los normalistas detenidos y desaparecidos por el Estado mexicano.