Según el Sistema Nacional de Seguridad Pública, Tamaulipas ocupa el primer lugar en secuestros y sexto en homicidios dolosos, convirtiéndolo en uno de los más violentos e inseguros del territorio nacional. Esto trae consigo incertidumbre y miedo para la población que se encuentra en medio de la violencia sin sentido que recorre el país, generando que los hábitos cotidianos de las personas cambiaran en los últimos años.
Esto acarrea que no se puedan ocupar los espacios públicos y por consecuencia genera que se pierdan lazos sociales, el sentido de vecindad, transformando el ambiente de comunidad a uno de mafiosidad y sospechosismo entre los habitantes; el sentido de pertenencia al barrio o a la colonia se disipa, reinando el alejamiento y la desconfianza, descomponiéndo el tejido social.
A un año de ausencia. Ni un desaparecido más
En este escenario de violencia y ruptura de lo social, a un año de distancia, el pasado 30 de julio del 2013 desaparecieron de manera forzada a los artistas urbanos Fernando Landeros, Omar Vázquez y Jefté Olivo en Ciudad Victoria, Tamaulipas. Los jóvenes mantenían presentaciones en diferentes foros urbanos de la ciudad hasta el día en que fueron interceptados por un comando armado; en el momento de su desaparición se encontraban en plena representación teatral de Fando y Liz, del dramaturgo Fernando Arrabal. Su ausencia sólo trajo absoluto silencio por parte de las autoridades del estado, y dolor, así como esperanza de su regreso para amigos y familiares.
Este es un ejemplo de la realidad violenta con la que se encuentran quienes ejercen la cultura y las artes de manera independiente, lejos de los círculos de clientelismo y corrupción que rodean las artes impulsadas por la cultura dominante desde las instituciones de gobierno.
En entrevista con Ángel Hernández de la compañía independiente “Asalto Teatro” de Tampico, señala que el contexto en el cual se desarrolla la cultura urbana independiente es muy difícil, pues es el “crimen organizado el que se encuentra en el control, en el manejo y en la supervisión” de éstas actividades. Hace énfasis en que “las alternativas que se crean tanto para malabaristas, traga fuegos, acróbatas, mimos, payasos, estatuas humanas, actores, músicos y todo aquel artista que tenga un desarrollo libre en la calle, dentro del espacio público se agudiza y se complica… porque necesitan tener un permiso por parte del crimen para poder seguir realizando estas actividades”.
Este control del espacio público sin duda alguna es la causa principal por la que ahora Fernando, Jefté y Omar no se encuentran con sus amigos, familiares y camaradas de escena.
Ponerles rostro y nombrar a los desaparecidos. ¿Quiénes son Fernando, Jefté y Omar?
Ángel Hernández hace un guiño a la memoria, se introduce al recuerdo de sus compañeros y frente al teléfono no duda en compartirnos los trabajos en los que se involucraban estos artistas; los nombró y los trajo así con nosotros.
Jefté Olivo es integrante de la compañía Asalto Teatro la cual desarrolla proyectos escénicos de carácter urbano a través de intervenciones en la vía pública; en este espacio este joven se dedicaba al diseño de logísticas, seguridad, así como a la creación de estrategias que permitieran que los proyectos planteados por la compañía se desarrollasen de manera efectiva en el espacio público.
Por su parte, Fernando Landeros es una de las personas con mayor arraigo en la escena cultural independiente del sur de Tamaulipas, con una trayectoria de 10 años en el medio: “actor, titiritero, músico y recientemente también dedicado a la producción cinematográfica independiente”.
Por otra parte, Omar Vázquez más orientado hacía el trabajo urbano, haciendo de la acrobacia, los malabares y el arte circense su herramienta cultural, con la cual buscaba sacar a las personas -aunque fuese por momentos- del estado de incertidumbre y miedo en que se encuentran en el estado.
En conjunto, los tres amigos y compañeros se encontraban directamente involucrados en el proyecto emergente de Fando y Lis, el cual estaba en pleno desarrollo; Ángel Hernández enfatiza que este proyecto fue pensado para “realizar un programa de intervenciones en todo el país, utilizando puntos neurálgicos dentro de las zonas urbanas como plazas públicas, barrios marginales, avenidas, cruceros, azoteas, espacios alternativos”.
No es casualidad que se eligiera la representación de esa obra en particular en uno de los estados más violentos del país, pues este texto aborda la noción de un viaje por parte de los personajes protagónicos hacia una ciudad utópica llamada Tar en donde al parecer existe la justicia, existe la igualdad y “existe la posibilidad de mirarse como iguales, muy independientemente de la forma de pensar, de la forma de vestir, de la forma de concebir el mundo”.
Padre de Fando: Juguemos. Si yo soy un gran pianista…
Fando: Si eres un gran pianista, y te corto un brazo… ¿qué haces?
Padre de Fando: Me dedico a pintar.
Fando: Si eres un gran pintor, y te corto el otro brazo… ¿qué haces?
Padre de Fando: Me dedico a bailar.
Fando: Si eres un gran bailarín y te corto las piernas… ¿qué haces?
Padre de Fando: Me dedico a cantar.
Fando: Si eres un cantante y te corto la garganta… ¿qué haces?
Padre de Fando: Como estoy muerto, pido que con mi piel se fabrique un hermoso tambor.
Fando: Y si quemo el tambor… ¿qué haces?
Padre de Fando: Me convierto en una nube que tome todas las formas.
Fando: Si la nube se disuelve… ¿qué haces?
Padre de Fando: Me convierto en lluvia, y hago que nazcan las hierbas.
Fando:¡Ganaste! Me sentiré muy solo el día que no estés.
Padre de Fando: Si algún día te sientes solo, busca la maravillosa ciudad de Tar.
Alejandro Jodorowsky y Fernando Arrabal, Fando y Lis, 1967
Camino hacia Tar, en búsqueda de la justicia.
Para recordar y homenajear a un año de la desaparición forzada de Fernando Landeros, Jefté Olivo y Omar Vázquez, se creó una convocatoria iberoamericana invitando a agrupaciones, colectivos y compañías independientes a trabajar con intervenciones públicas contemplando la temática arraigada en el texto de Fando y Lis. Esto además de ser una acción significativa y simbólica, es también una especie de continuidad metafísica al trabajo que venían haciendo los tres artistas en Ciudad Victoria, Tamaulipas.
Respecto al llamado que realizaron, Ángel puntualiza: “utilizamos este concepto a nivel temático como parte del material de tratamiento para estas intervenciones, afortunadamente la respuesta que tuvimos por parte de las agrupaciones iberoamericanas fue bastante favorable, comenzaron a trabajar en función de sus proyectos de intervención que contemplaba 10 minutos en cada zona urbana que ellos eligieran”
El llamado de solidaridad y justicia tuvo eco en países como Costa Rica, Argentina, Uruguay, Chile, Cuba, Colombia y México, llevándose a cabo “el desarrollo de un programa continuo de intervenciones que se realizó además de manera simultánea” el pasado 30 de julio del año en curso. En Tampico, la representación tuvo lugar en la plaza de armas de ese municipio, en donde se dieron cita al lugar amigos, familiares y colegas, todos ellos con la exigencia de aparición con vida de sus compañeros.
“Es necesario luchar para impedir que este tipo de atropellos se sigan cometiendo”
Esta coordinación iberoamericana aglutinada en el Programa de “Teatro Para el fin del mundo” busca ser la semilla “para generar un movimiento que permita la creación de una fiscalía especializada en el tratamiento de artistas desaparecidos”, dar seguimiento puntual a los casos de desaparición, así como a sus familias. Este sin duda es un tema fundamental, el cual ha sido dejado de lado por parte de los gobiernos de todos y cada uno de los estados en nuestro país, e incluso insuficientes las escasas iniciativas planteadas desde el gobierno federal respecto al tratamiento de estas realidades.
Al concluir, Ángel Hernández señala que las acciones de la red iberoamericana están orientadas a crear una auténtica “red solidaria, que se mantiene constantemente encontrando vínculos de cooperación, que suma también voluntades por parte de comunidades de diferentes ONG’S, de instancias que se encuentran en este momento trabajando en función de este movimiento por exigir el regreso de nuestros compañeros y repudiar la desaparición forzada de artistas urbanos en México”.