“Claro que no somos una pompa fúnebre,
a pesar de todas las lágrimas tragadas…”
Gioconda Belli
Nuevamente las autoridades desalojan a docentes que defienden la educación pública y están contra la reforma educativa.
Durante los primeros minutos de la noche, los cuerpos policíacos iniciaron el desalojo de los y las maestras y maestros que integraban el plantón representativo de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) que mantenía en el Monumento a la Revolución.
Las autoridades capitalinas bajo el argumento de escuchar a la ciudadanía y hacer valer el libre tránsito, hipócritamente mantuvieron un “diálogo” con representantes magisteriales, pero con la decisión ya tomada, de desalojar. Simuladamente pedían liberar espacio, pero en realidad, buscaban sumisión y obediencia. La dignidad magisterial se mantuvo. Y empezó la represión.
El gobierno del DF, a cargo de Miguel Mancera no tan sólo, antepone la postura policíaca a las demandas sociales sino que se convierte en instrumento del poder del dinero y en cómplice del gobierno federal.
Nuevamente violentan la libre manifestación de ideas y la asociación política.
La autoridad impone la fuerza desproporcionada y brutal contra la razón de las ideas. No hay búsqueda de consensos y construcción de puentes de negociación con el gobierno federal, para dar solución a las legítimas demandas del magisterio nacional.
Nuestros derechos políticos son agraviados, porque el mensaje es claro: cualquier indignación transformada en organización será ignorada, desprestigiada y obligada al desgaste, para después ser reprimida.
Nuevamente la solidaridad y la resistencia.
Ante el robo de pertenencias personales y demás materiales propios del campamento, la solidaridad se convierte en indispensable. Por ello el secretario de la sección XXII, Rubén Núñez, convocó a todas las organizaciones y pueblo de México a unirse a su lucha.
En las próximas horas definirán el plan de acción y llegarán a la capital contingentes de distintos Estados.
Que cada ofensa a la dignidad y a la razón,
se transforme en rebeldía contra el abuso de poder,
por una educación gratuita y popular.
