Amuzgos y mixtecos, amenazados con el despojo del río San Pedro

Guerrero, México. Pueblos indígenas que dependen del río San Pedro, en Guerrero, se verían despojados de su fuente de vida por la ambición de los caciques de Ometepec, que quieren dotar de agua a tierras secas para poder venderlas.  Ante ello, los indígenas, campesinos y pescadores urgen a organizarse para resistir a las obras que ya comenzaron.

Como primera actividad de información y difusión, y como semilla de organización y resistencia en defensa del río San Pedro -frente a un proceso de despojo a comunidades amuzgas y mixtecas que dependen de su caudal, por parte de los poderes caciquiles locales que pretenden desviarlo hacia nuevos fraccionamientos para lucrar con la tierra y con el agua-, se realizó la mesa de trabajo “Defensa del territorio” en el marco del octavo aniversario de Radio Ñomndaa, La palabra del agua.

En su camino hacia el mar, el río San Pedro recorre varias comunidades y ejidos en las regiones amuzga y mixteca. Es el límite entre los municipios de Xochistlahuaca y Tlacoachistlahuaca y es el río más importante. La gente más grande platica que “antes podíamos agarrar camarones metiendo las manos, ahora son escasos”.

Desde hace unos cinco años, los grandes ricos de Ometepec, los Aguirre y los Navarrete fraccionan las tierras de antiguos ranchos. Entre Ometepec y Las Vigas y en otro tramo entre Ometepec y Las Iguanas hay letreros que anuncian la venta de lotes, pero los terrenos no se venden porque no hay agua, son tierras secas. Por ello, los caciques decidieron tomar agua de río San Pedro. Las autoridades de Tlacoachistlahuaca, el comisariado ejidal, el presidente, los regidores y el cabildo ya hicieron acuerdo para no defender el río y no meterse en problemas. Las de Xochistlahuaca han hecho más o menos lo mismo, expuso Héctor.

El río nace cerca del poblado El Coyuil, municipio de Metlatónoc, y pasa por los poblados: San Pedro, San Isidro, San Martín, Huehuetónoc, Las Minas, Xochistlahuaca, Tlacoachistlahuaca, Tierra Colorada, Plan Fuste, Cosoyoapa, Plan Maguey y Arroyo Nuevo. Gran parte de la vida y actividad económica de ellos se hace con este río. Los campesinos señalan que ese río, a partir de enero, da comida: camarón y pescado.

El gobernador perredista Ángel Aguirre Rivero hizo un acuerdo con San Pedro exclusivamente, y con ningún otro pueblo, para que dé agua del río a cambio de erigirlo como municipio y de algunas obras prometidas, como un hospital y dos aulas; además, ya recibieron dos camionetas. Ya introdujeron casi 18 kilómetros de tubería de aproximadamente 15 pulgadas de diámetro; eso implica extraer mucha agua, “se van a llevar medio río”, señala Héctor. Ya la tubería enterrada va llegando a Las Minas; va a pasar por terrenos de San Jerónimo y Ometepec, dijo el defensor del territorio.

“Sabemos que el río no es de nosotros, no es de San Pedro, pertenece a todos los pueblos, así como el aire, que todos tenemos que compartir”, argumentó. Y solicitó a los asistentes al foro: “Ustedes pueden decirlo en sus pueblos, colonias, universidades, en su trabajo, comentar que un río se va a perder”. Si toman el agua el río se va a secar, pues con el agua que corre en abril y mayo el río apenas camina. Las lluvias, que antes empezaban en mayo, ahora empiezan hasta junio, casi hasta julio, y el río prácticamente se seca. Muchos arroyos, como El Carmen, San Isidro y Guacamaya alimentan al río, pero tres de ellos, incluidos Las Minas y Gusano, están contaminados. Si extraen el agua (que se tomaría antes de llegar a esos afluentes) el río va a estar más contaminado aún.

“Nos hace falta organizarnos” reflexionó Héctor, pues hay pueblos que no le quieren entrar porque ya tienen compromiso; hay otros que no están informados, “pero somos los directamente afectados, la gente que vivimos en la Tierra”, y se refiere a todo el planeta: “Si un río se pierde lo perdemos todos, no nada más Xochistlahuaca ni San Pedro. El río no es de San Pedro porque nazca en él, es de todos los pueblos que convivimos con él”, explicó.

Al dar la palabra al público, un participante comentó que esto es parte de un plan de despojo de todos los recursos naturales de los pueblos, que incluye modificaciones a las leyes impulsadas por los legisladores; un plan que ha implementado el gobernador perredista Aguirre Rivero en Guerrero. Ante ese despojo, dijo, es lamentable que los pueblos no conozcan sus derechos y en las comunidades no haya quien investigue e informe a la población. “Si la gente de Radio Ñomndaa, desde Xochistlahuaca, no ayuda, al rato no va haber agua en el río. Es un despojo igual al que están realizando, en Guerrero y en todo el país, las grandes empresas mineras”, precisó el asistente.

Es necesario hacer articulaciones con diferentes organizaciones “para que no nos quiten lo que tenemos”, señaló otro participante. Ya antes los desalojaron de tierras mejores y los arrojaron a donde están. Ahora “es tiempo de decir Ya basta, y defender lo que nos queda”, puntualizó. Aguirre Rivero, expresó el campesino, “no es dueño de nuestro río, el agua es de los pueblos originarios. Tenemos, además, los tratados internacionales que defienden los derechos de los pueblos”.

Una persona más dijo que el despojo del río San Pedro se enmarca en “un despojo generalizado que los gobiernos llaman progreso y desarrollo, para que la gente no se pueda oponer”, ya que se supone que es en beneficio de ella. El actual gobernador perredista de Guerrero, desde su campaña electoral, prometió que el agua se llevaría a Ometepec. “Negoció con la necesidad de la gente de Ometepec, quienes no cuidaron el río Tilapa, que pasa cerca de ellos pero ya está muy contaminado”, acusó el participante. Ahora el gobierno estatal negoció con un grupo de gente que representa jurídicamente a las tierras comunales de San Pedro Cuitlapa, pero no fue toda la comunidad sino los líderes, quienes negociaron el agua a cambio de la promesa de que les construyan una escuela y un hospital. “Son necesidades que no se tendrían que negociar ya que de por sí le corresponde atenderlas al Estado; vean de dónde agarran los políticos para despojarnos”, indicó el participante.

Y enunció cómo todo inició violando sus derechos como pueblos indios: “No nos consultaron. Nos enteramos cuando empezaron a llegar los tubos a las tierras de la zona amuzga y nu saavi (mixteca)”. Les prometieron reconocer un municipio nuevo con cabecera en San Pedro Cuitlapa y ya están haciendo las gestiones, pero eso no se ha ventilado mucho. “Este despojo lo vemos muy difícil de detener porque no estamos organizados. Es difícil pararnos y decir ‘aquí no pasan los tubos’, porque la gente de San Pedro tiene la representación legal. Es empezar a chocar con ellos”, indicó el campesino. La gente de aquí “todavía no siente eso tan doloroso, porque apenas están excavando. Lo van a sentir cuando empiece a bajar el agua, pero entonces ya no va a ser posible detenerlo”.

El indígena amuzgo pidió a los visitantes su apoyo para la difusión y visibilización del problema: “Sabemos que ustedes vienen de diferentes partes del país y del mundo. Queremos que la palabra de denuncia se vaya para todos lados, que la gente sepa cómo vivimos los pueblos en estos años, que las obras que se están haciendo no son para beneficiarnos, ni siquiera consultaron a los pueblos que vivimos a la orilla del agua. Este río pertenece a todos los pueblos, San Pedro no tiene el derecho de negociarlo y el gobierno no tiene el derecho de quitarnos el agua, la vida. Eso está muy mal con la política que están aplicando, sin importar el partido que esté en el poder, sino es el sistema, la forma de gobernar. Queremos aprovechar que están ustedes para denunciarlo, porque no hemos podido hacerlo, y pensamos que ustedes se llevan la palabra para muchos lados”. Con ello se abordó el tem
a del papel de los medios libres, alternativos y comunitarios, como la Radio Ñomndaa que difunde la amenaza que se cierne sobre los pueblos que comparten el río San Pedro.

Los anfitriones dijeron: “Estamos tristes. No encontramos de dónde agarrar la fuerza, de dónde agarrarnos para decir: ‘estos tubos ya no pasan’, porque estamos lejos y las obras ya se están enfilando para Ometepec. Tenemos que encontrar la manera de detenerlo antes de llegar a Ometepec, porque entonces ya no va a ser posible, de hecho ahora se ve ya muy complicado. Por eso es momento de lanzar este grito de dolor, de auxilio, de la necesidad de decir cómo detenemos esto. Hasta ahora hemos hecho en la Radio Ñomndaa la difusión de que están llevándose el río”.

Un participante más comentó que a la política de despojo la acompaña una política de represión. Las cifras oficiales hablan de 70 mil muertos, pero hay otras cifras donde dicen que hubo 136 mil muertos durante la administración federal panista. “Sabemos que hay una política de despojo acompañada de represión hacia la resistencia”.

La tubería no pasa por las tierras amuzgas sino por tierras de los pueblos que hablan la lengua nu saavi o mixteca. Además de la diferencia de lenguas, el que le den obra pública a un pueblo y a otros no, es un hecho que fomenta la división entre los afectados. Esta división tiene antecedentes en los repartos de tierras posteriores a la Revolución Mexicana, en la cual los pueblos pertenecieron a distintos bandos, aseguró otro participante. Algunos fueron carrancistas y maderistas, otros fueron zapatistas. Varios pueblos se quedaron al final sin el reconocimiento de sus tierras. Otros pueblos con más elementos para reclamar ser cabecera municipal no han recibido la atención que ahora a San Pedro le ofrecen en charola de plata a cambio del agua. Todo eso tiene que ver con el fortalecimiento de un poder regional, el de los caciques de Ometepec, representados por el gobernador del estado, Aguirre Rivero.

“Si perdemos el agua, la pierden todos y para siempre. Las obras que les construya el gobierno se depreciarán en unos 20 años, pero el río San Pedro, si lo cuidamos, durará muchos años”, explicó el campesino. Entre el público surgió la propuesta de hacer comités de defensa del río para parar el despojo, pues nadie está de acuerdo con que les quiten el río: “si le preguntamos a un campesino si acepta que le quiten el río contestará que no, pero no les preguntaron a los campesinos, lo acordaron con el comisariado ejidal, el presidente municipal, el cabildo, quienes ya lo saben pero no dicen nada”, señaló el amuzgo.

Por eso invitaron a todos los asistentes al foro, desarrollado a la orilla del río, a compartir la información en sus comunidades y a organizarse para detener el despojo. Actualmente los pueblos toman del río camarón, pero si lo secan no habrá camarones, truchas ni nutrias, se va a acabar algo que es patrimonio de todos. Hay ya maquinaria trabajando en la infraestructura para sacar el agua del río. La Palabra del agua, Ñomndaa, da la alerta para defender lo que ha sido la base de su vida, su cultura y existencia como pueblos originarios amuzgos y mixtecos. Los medios libres no podemos sino dar cauce para que la palabra del agua resuene lejos, en defensa de la vida de todos.

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