A los medios de comunicación
A los proyectos de comunicación libres e independientes
A las organizaciones libertarias y anarquistas
A los pueblos en lucha
Hemos llamado a esta plática porque, como movimiento anarquista consideramos pertinente hacer públicas algunas de nuestras posturas, pero también creemos necesario manifestar nuestra total y entera solidaridad con quienes se encuentran presxs en las cárceles del mundo por cuestiones ideológicas en general, y en particular, con nuestro compañero anarquista Mario López, el último detenido por el Estado mexicano, la última cifra anexada a las grandes listas de presxs políticxs en este país.
Primero, hay que definir algunas de nuestras posturas ante quienes, desde hace mucho tiempo se han negado a escuchar todo aquello que no se acomode a sus beneficios y, se ciega ante la evidente situación social, económica y política, pero también ante quienes, manipulan la información y hacen aparecer al anarquismo como sinónimo de caos y destrucción.
Consideramos que las bases sobre las que se sustenta la actual normalidad de las cosas, se fundamenta en dos cuestiones falaces e inseparables, ambas, principio motor de una violencia hacia individuos, comunidades y pueblos por igual. Por un lado, está el arrebato de nuestra capacidad política para decidir cómo queremos vivir y de qué forma, arrebato que se disfraza bajo una supuesta voluntad y consenso de quienes, por debajo, aparecemos como gobernados, pero que en realidad se trata de una forma extrema de la violencia contra la vida misma por parte de los que se consideran dueños y amos de la política -conocidos como “clase política”- y señores también de la fuerza, conformando un todo llamado Estado. Esta imponente separación entre gobernados y gobernantes, fundamenta el falso y repugnante sistema democrático, que busca actualizarse cada seis años en este país. Por eso, nosotras las anarquistas no participamos en esas farsas y no entregamos con nuestro voto nuestro derecho a decidir sobre nosotras mismas. Por eso también nuestro compañero Mario no es, en ningún sentido, simpatizante del Movimiento #Yo soy 132, pues entre otras cosas, lo consideramos como reformista, legalista y ajeno a lo que creemos, deseamos y construimos. Lo que el Ministerio Público y los policías declararon sobre la pulsera de #Yo soy 132, que según Mario portaba, no es más que los primeros indicios del montaje en construcción a partir de la detención de nuestro compañero, eso, suponemos, lo querían aprovechar como botín político debido a que ésta se efectuó cinco días antes de las mentadas y esperadas elecciones para el cambio de verdugos locales y nacional.
La otra base principal de este sistema es la que justifica el arrebato de nuestra capacidad de producir y reproducir nuestros bienes necesarios, es la que legitima la propiedad privada y divide a la sociedad entre poseedores y desposeídos. Nosotras consideramos en pocas palabras, como lo dijera Pierre J. Prudhon en 1840 que la propiedad no es más que un robo. Un robo que, por supuesto se efectúa en forma de violencia por parte de los propietarios, para después nombrarse legítimo en forma de títulos de propiedad. Este robo primigenio, es lo que traería después que los ahora desposeídos no tuvieran más remedio que vender su única y primordial fuerza de trabajo.
Estas dos bases, dan forma al sistema moderno capitalista que, como vimos se vale del uso de la violencia, del arrebato y de la fuerza para justificarse después en términos de lo legal, lo correcto y lo normal. Sin embargo, el sistema capitalista cada vez se actualiza y con ello extrema su violencia. Para nosotras ésta se traduce en la explotación de los trabajadores, sean del campo o la ciudad, pero que a pesar de dedicarse por completo al trabajo, no gozan de ningún lujo y sobreviven con menos de lo básico, además de padecer hambres y laborar bajo condiciones de peligro constante; se refleja también en las miles de personas que tienen que pagar una renta para poder vivir bajo un techo o en su defecto, dormir en las calles; en los otros miles que tienen que migrar de sus lugares de origen para conseguir un explotador y recibir un miserable sueldo; en los miles también que por falta de atención mueren a diario de enfermedades curables y menores; en otros miles que no saben leer ni escribir porque desde pequeños se les negó la educación; en quienes se ven orillados a realizar trabajos indignos para poder vivir; en quienes sufren el arrebato de sus casas y tierras de cultivo para la construcción de nuevas vialidades o centro comerciales que seguro nunca utilizarán; en quienes, como los indígenas se les niega el derecho a ser como quieran ser, a identificarse y organizarse bajo y por sus medios o, se les niega su espacio de reproducción social y cultural como es el caso del pueblo wirarika; en quienes hacen de su vida cotidiana la guerra, como es el caso de casi toda la población del norte de este país que se encuentra entre las disputas de poder y la violencia entre narcotráfico y el gobierno; y así podemos poner miles de ejemplos, de esta y todas las latitudes del mundo, pues ninguna ha huido por completo de este sistema de dominación. En pocas palabras, para nosotras este sistema es ante todo una reiterada forma de violencia directa contra los seres humanos conglomerados en ese 80% de la población mundial que no es ni de la clase política ni de la burguesía.
He ahí la violencia. He ahí el verdadero atentado a la paz.
Todo ello, se efectúa gracias a la creación y/o utilización de instituciones y valores sociales y culturales que hacen que los engranajes de poder funcionen y se revitalicen a pequeña y gran escala. Instituciones como las escuelas, los hospitales, el patriarcado, las cárceles, la familia, todas se encaminan a la construcción de mecanismos de poder y dominación en grados diferentes. Por eso también nos declaramos no sólo contra el Estado y el capital, cabezas visibles de la dominación y la explotación, sino y contra toda forma de poder, autoridad y dominación, luchando día a día para que cese, confrontándonos no sólo a la vida pública sino a la privada, en lo cotidiano. Por eso también nunca hemos buscado la conquista del poder, de la soberanía, sino la construcción de autonomías, de emancipaciones y de relaciones de poder basadas en la igualdad y la horizontalidad.
Es por eso que nosotras como anarquistas partimos de otras formas de entender y construir nuestra vida: ante su egoísmo injustificado y atroz, nosotras proponemos el apoyo mutuo entre iguales; ante su cada vez más jerarquizada sociedad, nosotras proponemos la igualdad y la fraternidad; ante las mediaciones gubernamentales o asociativas, proponemos la acción directa, esto es, hacer lo que deseamos por nuestros propios medios y sin intermediarios; ante su falsa paz democrática y social, desenmascaramos su guerra; ante la fragmentación social, proponemos las asociaciones voluntarias; ante su verticalidad, la horizontalidad y; ante su violencia, la autodefensa, contemplada en la organización y en la construcción de alternativas de vida, para la recuperación de nuestra autonomía y una vida digna, sin amos, sin dioses.
De ahí que este acto sea muestra de uno de los principios fundamentales de nuestra lucha: la solidaridad. Nosotras contemplamos que la solidaridad es la base, las entrañas de cualquier organización que abogue por la libertad. Por eso, al reconocer a Mario López como anarquista, no hemos hecho nada más que solidarizarnos con él y eso implica, luchar por su liberación, estar con él y su familia lo más que podamos, pues para nosotros la solidaridad no es sólo un slogan revo
lucionario que brinda un status, sino es un principio ético que, como anarquistas asumimos con los nuestros, con los explotados, con nuestros iguales. Tenemos claro que para el sistema judicial y político reinante, todo aquel que se manifieste contra sus principios hipócritas será inmediatamente un delincuente, por eso, al asumirnos desde principio como anarquistas, somos conscientes de estar contra su legalidad. Por eso también desconfiamos de las leyes que el propio sistema ha hecho y dictado bajo sus beneficios, caprichos y necesidades. Hemos observado cómo a lo largo de la historia éstas se modifican y moldean a las clases dirigentes; hemos contemplado también, con tristeza, cómo encierran una y otra vez a miles de lo que en sus términos se llaman “inocentes”, destruyendo con ello su persona, integridad y dignidad.
Reconocemos así que la cárcel no es en ningún momento un sistema de rehabilitación social sino un sistema punitivo del que se sirve el poder para engendrar miedo, para destruir personas, crear anormalidades, delincuencias, para que, por medio de la vigilancia extrema, el aislamiento, la tortura psicológica y el maltrato físico terminen por destruir lo humano de cada ser. Y eso no es algo que empiece propiamente dentro de los muros de las prisiones, sino, como lo muestra el caso del compañero Mario López comienza desde el momento en que se cae en sus garras. A nuestro compañero lo sometieron a una fuerte tortura psicológica que, tras haber confesado ser anarquista, sirvió para el montaje de toda una serie de inventivas sin prueba alguna que lo corrobore.
Consideramos a la cárcel como el monumento por excelencia del odio a la libertad, aunque sabemos que las rejas de las prisiones rebasan las penitenciarias y se instalan en nuestra vida diaria, por eso, ahí encierran a todo aquel que desafíe las normas, suponiendo que con un encierro se callarán las voces de inconformidad y disidencia. Nuestra solidaridad es total con todo aquel que proteja y defienda la lucha por la libertad.
Como anarquistas nos enfocamos a defendernos de las cadenas que nos oprimen y eso, nos ha llevado a reunirnos como movimiento, a manifestarnos a favor de la solidaridad real y en contra del sistema todo, quien nos califica de peligrosos, vagos y maleantes para desvirtuarnos frente a la sociedad y mostrarnos como no dignos de ser escuchados, de tener credibilidad. Eso mismo también le hicieron al Tripa, dijeron que tenía problemas de drogas, que fue detenido por eso en alguna ocasión, bajo el supuesto de hacer creer que se trata de un tonto drogadicto que delira sobre la política, que ser anarquista es sinónimo de inadaptado. Nosotros, en defensa de Mario lo desmentimos, algunas lo conocemos, sabemos que nunca ha sido así, incluso ni las drogas legales como alcohol y tabaco consume. No hagan de nuestro compañero una burla, no hagan de nosotras una burla.
Como movimiento anarquista, siempre hemos estado en contra de todo poder, eso mismo es lo que hace que todo gobierno sea nuestro enemigo, eso mismo hace que ahora, se nos quiera realizar una cacería, basada en el supuesto desmantelamiento de una organización radical, que quieran buscar cómplices, aliados, lazos. Se está montando un caso, donde lamentablemente, Mario López funciona como chivo expiatorio para así atentar contra nuestra postura política anarquista.
No es la primera vez que el Estado mexicano monta casos y acusaciones en contra de compañeros anarquistas y el movimiento libertario. Recordemos el caso de las detenciones en la contracumbre de Guadalajara en 2004, en donde el movimiento anarquista fue duramente golpeado, detenidos varios de sus miembros y sujetos a un proceso penal lleno de mentiras; o más recientemente el caso de los anarquistas Víctor Herrera y Emmanuel Hernández, quienes después de ser detenidos y enjuiciados por su participación en marchas( uno en la conmemorativa de la masacre de estudiantes en Tlatelolco y el otro en la Marcha contra el IV Foro del Agua), fueron sentenciados por delitos inventados por el Ministerio Público.
Estas detenciones, procesos penales y sentencias son una muestra más de que el Estado echa mano de todo sus recursos para atacar a los procesos organizativos de la gente y los pueblos, pues a pesar de su discurso de democracia y estado de derecho, son ellos mismos los primeros que utilizan sus leyes para crear acusaciones falsas. Para nosotros es claro que el Estado utiliza estos y otros medios para mantenerse y legitimarse ante una sociedad cada vez más desilusionada de los partidos políticos y sus promesas.
Denunciamos esto, no por que creamos en la legalidad del Estado, la cual le sirve para mantener control sobre cada aspecto de la vida social y vigilar a la población, para así asegurar su perpetuación y hegemonía, la cual se sustenta en la dominación y explotación de los pueblos, sino porque nos parece importante no callarnos ante lo que están intentando hacer con nuestro compañero Mario, así como para dar a conocer y denunciar públicamente que el Gobierno del Distrito Federal prepara una cacería de anarquistas utilizando como pretexto la detención de nuestro compañero y sus supuestos nexos con otros grupos libertarios.
Tenemos claro que estas detenciones, montajes policiacos y persecuciones tienen como objetivo intimidarnos para que abandonemos nuestra lucha por un mundo más justo y libre, sin embargo, declaramos que a pesar de ellas, nosotras y nosotras continuaremos organizándonos y extendiendo nuestro ideal de libertad, y a pesar del riesgo de ser encarcelados, continuaremos expresando nuestra solidaridad con Mario López.
Rechazamos y denunciamos la intención del Gobierno del Distrito Federal de montar un caso en contra del anarquismo con la detención de Mario; sabemos de la manipulación de hechos que se está dando en la investigación. Reconocemos este montaje como un ataque más del Estado en contra del movimiento anarquista.
Mario López nos preocupa, está siendo atacado por la bestia del sistema, por los ataques psicológicos y físicos del mismo. Sabemos que nuestro compañero continua resistiendo y a pesar de la gravedad de su situación, no ha sido vencido. Por eso, anunciamos que como movimiento anarquista estamos en pie de lucha y haremos las campañas necesarias para lograr la liberación de nuestro compañero y evitar que el montaje que sobre su persona recae siga alimentándose de falsos y tergiversados argumentos. Desde aquí también hacemos un llamado a la solidaridad de la lucha autónoma y anticapitalista para realizar desde sus posibilidades acciones por la liberación de Mario López y a asistir a las actividades planteadas para esta semana que comenzaron hoy con esta rueda de prensa y continúan el miércoles 11 de julio a las afueras del Hospital Rubén Leñero ubicado a espaldas del Metro Colegio Militar a las 3 de la tarde y el viernes 13 en el Kiosco Morisco, -ubicado en la Alameda de Santa María la Ribera, Metro Buenavista- a partir de las 12 horas a participar en un acto político cultural en solidaridad con Mario López. Asimismo hacemos un llamado a los medios de comunicación y a las organizaciones independientes a estar atentos ante tal situación.
Sin más, agradecemos su asistencia.
Libertad para Marío López, El tripa
Solidaridad con los presos anarquistas del Mundo
Abajo los muros de las prisiones
La solidaridad es el corazón de la lucha contra el poder