El Común: nuevo frente organizativo para derrumbar el pirámide del sistema capitalista

Fotografías del Encuentro de Resistencias y Rebeldías “Algunas partes del todo”

Fotografías: Invierno Azabache

Con la participación de miles de mujeres, hombres, niños, niñas, jóvenes y jóvenas bases de apoyo zapatistas provenientes de las diferentes regiones de Chiapas donde crece la autonomía del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), el Encuentro de Resistencias y Rebeldías “algunas partes del todo” congregó a decenas de delegadxs de colectivos y organizaciones anticapitalistas de muy distinto tipo a lo largo de todo el mundo en el Centro de Resistencia y Rebeldía Zapatista (CRARZ) El Semillero, perteneciente al Caracol IV “Torbellino de nuestras palabras”, en la zona zotz choj.

El Encuentro que inició el pasado 2 de agosto y terminará el 17 de agosto tiene el objetivo construir una compartición que permita el diálogo y la escucha activa entre pueblos y procesos para tejer alianzas estrategias, incentivar el aprendizaje mutuo y compartir cómo desde cada geografía y calendario estamos resistiendo al sistema dominante que el zapatismo ha caracterizado como “el pirámide”, la metáfora que los pueblos zapatistas han usado para explicar el funcionamiento piramidal del sistema capitalista donde unos pocos mandan, mientras que en la base de la estructura permanecen oprimidos los pueblos.

Durante los días del Encuentro se compartió la palabra por parte de organizaciones barriales, colectividades que están en la construcción de lo común en las ciudades en América Latina y Europa, experiencias de trabajo en comunidades zapatistas, enfoques liberadores de la psicología y la medicina, colectivos de víctimas, luchas por la defensa de territorios, aguas y vivienda digna, grupos de solidaridad con Palestina, medios libres y coordinaciones de personas que resisten desde abajo y la izquierda de muy distinta forma. Los retos y oportunidades de cada lucha animaron el diálogo con las y los asistentes en los dos foros simultáneos donde se expusieron los debates a modo de espejeo.

Por su parte, las bases de apoyo zapatista nos enseñaron cómo es su modo de organizarse y resistir al mal gobierno a través del lenguaje teatral, con una amplia obra que abarcó más de cinco actos que develaron una profunda autocrítica a su modo de organización en las Juntas de Buen Gobierno y por qué es necesario reconocerlo para cambiar el rumbo y establecer la idea de “el común” como nuevo referente organizativo para derrumbar “el pirámide”. En voz del Subcomandante Insurgente Moisés, comprendimos cómo su experiencia ha permitido a los pueblos vivir en resistencia y rebeldía frente al mal gobierno y, con ello, han evitado la división interna de los pueblos, así como los nefastos efectos de las violencias como los asesinatos y las desapariciones forzadas, fenómenos que son intrínsecos a la lógica del capitalismo contemporáneo.

Además, aportaron una explicación práctica sobre los trabajos que realizan con las plantas medicinales, la elaboración de azúcar natural por medio de trabajar la caña en el trapiche, la elaboración de champas y las diferentes comidas con insumos locales. La construcción del quirófano en la selva asombró a muchxs afortunadxs que tuvieron la oportunidad de visitar los cimientos de ese sueño que ya se está convirtiendo en realidad: una salud autónoma.

Cada uno de los días se convirtieron en una pedagogía en movimiento para quienes asistimos al Encuentro, compartiendo la palabra y escuchando la mayor parte del tiempo, estableciendo pequeñas conversaciones con las bases de apoyo zapatistas que se dieron cita en el evento. Cubiertos detrás de un pasamontaña, un paliacate o un cubrebocas, esos hombres y mujeres mayas zapatistas explican de modo simple pero profundo su quehacer revolucionario cotidiano, lo que constituye una inspiradora escuela para quienes hemos asumido el compromiso de caminar desde las autonomías.

La responsabilidad de aquí en adelante es nuestra, de todxs, de continuar en la construcción de esos mundos otros en nuestros territorios sin dejar de cuestionar “el pirámide” que habita dentro de nosotrxs y permea en todas nuestras relaciones. El camino está marcado para que esas lucecitas que somos puedan iluminar el día después.

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