Quinta Brigada Regional de Búsqueda en el Ajusco, Ciudad de México

Fotorreportaje #82

Sandra Suaste & Marcos 'Ik' -

Del 28 de abril al 2 de mayo, se llevó a cabo la Quinta Brigada Regional de Búsqueda en el Ajusco, Ciudad de México, convocada por el Colectivo Una Luz en el Camino junto a colectivos como Hasta Encontrarles y Uniendo Esperanzas. Familiares, personas y agrupaciones solidarias se dieron cita en la zona boscosa, misma en donde se han localizado restos de personas desaparecidas durante las brigadas anteriores.

Visto desde arriba, el Parque Nacional del Ajusco es una enorme pintura salpicada de árboles, maleza y enormes piedras volcánicas. A ras de suelo, se pueden apreciar cuevas, espinas, víboras de cascabel, barrancas, voladeros, parcelas y restos humanos cuando se trata de una búsqueda encabezada por los colectivos buscadores, cuando son las madres quienes buscan.

Esta brigada no solo se enfrentó a los desafíos físicos de un terreno hostil, lleno de barrancas y maleza, sino también a la carga emocional de una búsqueda que el estado ha abandonado e incluso ha dejado en manos y espaldas de familiares, bajo su responsabilidad y expertise.

Las madres buscadoras se han convertido en sabuesas. Maribel e Inés Enriqueta Lázaro buscan a Francisco Sandoval Lázaro, desaparecido desde el año 2018. Son su hermana y madre (respectivamente). Con sabiduría internan en la tierra su herramienta de trabajo: una varilla en forma de T. Vuelven a sacarla y olfatean. Una y otra vez repiten ese proceso durante trayectos diarios de alrededor de 3 kilómetros. Explican que el olor convencional debe ser a tierra. Si huele a fétido o putrefacto, deben escarbar en búsqueda de algún cuerpo o resto.
Durante varios de los días de jornada, las madres iniciaron con una oración solemne, en donde alzan la voz para encontrar a sus familiares e invocan respeto por los restos que pudieran encontrarse. “Para nosotras no son un número o una carpeta de investigación, son nuestras hijas, son nuestros hijos o nuestros esposos”, expresó con firmeza Jaqueline Palmeros, fundadora del Colectivo Una Luz en el Camino y madre de Monserrat Jael Palmeros.
El Ajusco es una tierra herida por la violencia, afirma Omar, un sacerdote que acompaña en la búsqueda. Es una tierra sagrada y hay que caminar en ella con respeto, pues hay almas que aguardan por ser encontradas.

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Las manos de las buscadoras se han convertido en sanadoras de ese territorio hostil. Durante esta jornada de 5 días, lograron encontrar al menos dos fragmentos de hueso. Un molar y uno perteneciente a un brazo que después de su identificación, podrán regresar a casa.
Las condiciones del terreno complican aún más la labor de búsqueda, zonas sin señal, de difícil acceso o con vegetación que oculta restos, son algunos de los tantos retos a los que las personas se enfrentan durante la operación. Durante esta misma van documentando hallazgos de ropa, zapatos o artículos personales que pudieran servir como indicios para la localización de alguna persona desaparecida, lo que a su vez tiene una carga anímica bastante fuerte ante la desesperación de poder encontrar a sus seres queridos.
Una de las situaciones alarmantes es que muchas de las personas buscadoras son de la tercera edad. Cargan palas, picos, varillas y también el peso de los años de omisión institucional.
Durante esta 5ta brigada de búsqueda algunas de las personas resultaron con insolación o lesiones, producto de las condiciones del terreno y del clima, dando cuenta que las familias que buscan llevan su cuerpo a situaciones límite para realizar una labor que le compete al estado, encontrar a sus desaparecidos.
José Díaz León tiene 74 años, cariñosamente se dirigen a él como Don José. Busca a su sobrina Josefina Avellana Díaz desde el año 2016:
-¿Qué tan difícil es el terreno?
-El terreno no es lo difícil, el gobierno es más duro que la maleza. Lo verdaderamente difícil es lograr que nos escuchen, que hagan algo.
Como autoridades responsables, participaron integrantes de la Comisión de Búsqueda de la Ciudad de México, la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México, Guardia Nacional, Secretaría de Defensa Nacional (SEDENA), la alcaldía Tlalpan y la policía local. Las madres buscadoras reconocieron su presencia. “Así debería ser también en los estados”, señalaron. Reconocieron que hace falta mucho trabajo, sensibilización y manifestaron su extrañamiento por la ausencia de Enrique Camargo, titular de la Comisión de Búsqueda: “No queremos funcionarios de escritorio que se la pasan en reuniones”.
De entre las consignas más repetidas y contundentes durante la brigada se escucha un “les buscamos porque solo nosotras les encontramos”. Esta frase no solo refleja un grito de dolor, sino también una denuncia clara: el abandono institucional ha orillado a las víctimas a convertirse en rastreadoras, forenses, antropólogas y defensoras de derechos humanos, muchas veces sin herramientas ni protección.
Esta demarcación se ha convertido en un sitio para arrojar los cuerpos de las personas desaparecidas, al ser solitaria, poco vigilada y de difícil acceso, los grupos criminales encuentran las condiciones idóneas para deshacerse de los cuerpos. Las avenidas cercanas albergan numerosas fichas de búsqueda.
A pesar de que únicamente el día 28 de abril se encontraron restos, las buscadoras calificaron la acción como una búsqueda positiva, pues al no encontrar nada más, se aseguran de que la zona “está limpia”. Así, seguirán buscando en un futuro para revisar los cuadrantes alternos con una sola consigna en la mente, en las manos y en el corazón: “Hasta Encontrarles”.

REGENERACIÓN RADIO | MAYO DEL 2025 | Quinta Brigada Regional de Búsqueda en el Ajusco, Ciudad de México

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