Libertad a Pedro Castillo Aragòn, preso de conciencia

El terrorismo de Estado es la herramienta de la que se valen muchos gobiernos para hacer valer su autoritarismo, sus injusticias y su poder supremo. A lo largo de la historia la gran mayoría de los gobiernos han utilizado la represión selectiva en contra personas que trabajamos en oposición a este sistema de inequidad social, el cual esta diseñado para garantizar el enriquecimiento de los más ricos, devastar los recursos vitales en el mundo y por consiguiente, para pisotear también nuestros derechos humanos o nuestra existencia.

El gobierno, el Estado y la clase política mexicana están empecinados en seguir este juego porque creen que el poder esta por encima de la fuerza popular, ellos creen que impondrán todo con la mentira mediática y la violencia institucional, para acabar consolidando su terrorismo económico en el mundo y sus democracias autoritarias.

En México contamos por miles a nuestr@s muert@s y desaparecid@s y por cientos a nuestr@s pres@s polític@s, victimas del terrorismo de estado y de la represión selectiva por oponerse no solo a este sistema de hambre y destrucción, sino por luchar en la construcción de otras relaciones sociales y en la construcción de diversos caminos para el cambio social libertario.

Pedro Castillo Aragón es un joven compañero que ha estado dedicado totalmente a defender el  pensamiento critico y la educación gratuita en las escuelas y universidades por las que ha cursado; es un compañero que se ha  entregado tenazmente al trabajo de lucha social en diversas regiones y comunidades indígenas de Oaxaca y que por ello los gobiernos locales lo han hostigado y perseguido constantemente.

El 23 de junio de 2003 un comando de personas fuertemente armadas secuestran a Pedro en la ciudad de Oaxaca para someterlo a un sistemático interrogatorio. Sobre su persona se aplican por dos días diferentes métodos de tortura, mediante los cuales también lo obligan a firmar papeles en blanco.

El gobierno relaciona a nuestro compañero, sin tener ningún elemento, a diferentes organizaciones guerrilleras para poder inculparlo en los delitos de asociación delictuosa, portación de armas, secuestro, robo de vehículo, etc. Lo vinculan a profesores de la sección 22 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, a personas de diferentes comunidades indígenas, a lideres campesinos y a estudiantes que para el Estado son “personas radicales de alta peligrosidad“.

Las razones de fondo por las que lo detienen se alojan en el interrogatorio: sus torturadores, entre ellos el director de la policía ministerial, tienen información precisa sobre lo que Pedro estaba haciendo desde 1997, cuando fue detenido arbitrariamente por unas horas. Le preguntan por que trabaja en tales comunidades, por que lo veían con tales personas y por que tenia relación con ciertos lideres y organizaciones sociales; con esto querían que Pedro acusara a varias personas, principalmente a profesor@s de la sección 22, de guerrilleros. También aluden a su intenso activismo por la libertad de  presos políticos como los de la región Loxicha y de Santo Domingo Teojomulco (estos últimos que días anteriores habían sido detenidos injustamente y por razones políticas y que poco después demostraron su cabal inocencia). También le cuestionaban su relación estrecha con el Comité de Defensa Ciudadana de Tuxtepec que atravesaba por una etapa de persecución y hostigamiento policiaco-caciquil que llegaría a convertirse en asesinatos directos contra 3 lideres campesinos y en agresiones permanentes.

Así el gobierno de José Murat, pensando en que Pedro podría aportar datos sobre una posible articulación de fuerzas organizadas contra la política oficial, lo secuestra, lo tortura, le monta un escenario criminal y lo presenta públicamente como un delincuente, involucrándolo con un ex dirigente magisterial, una joven de la región Loxicha y un joven estudiante, los cuáles habían sido coacusados de los mismos delitos cuando nadie de ellos se conocían entre sí y cuando misteriosamente es liberado el profesor que, según el gobierno, comandaba al grupo y sobre el que pesaban fuertes señalamientos de personas ligadas a la mafia del Partido Revolucionario Institucional que decían ser las ofendidas. A Pedro lo acusan primero de pertenecer al Ejercito Popular Revolucionario, después de pertenecer a las Fuerzas Revolucionarias del Pueblo y al Ejercito Zapatista de Liberación Nacional, lo cual nunca se le pudo comprobar, sin embargo lo que se viene esclareciendo jurídicamente es que José Murat maquinó todo un montaje jurídico para intentar detener una posible articulación de movimientos y organizaciones sociales,  para dar un fuerte golpe a la sección 22 del magisterio, criminalizando a sus dirigentes y como una gran cortina de humo como forma para distraer a la opinión publica del evidente deterioro mediático por el que atravesaba su gobierno respecto al tema de aplicación de justicia. De este montaje siguen injustamente en prisión La joven madre de familia Isabel Almaraz Matías, el Joven Gonzalo López Cortes y nuestro compañero.

El caso de Pedro se inscribe en un esquema de persecución o represión selectiva que se ha aplicado a diferentes luchador@s sociales en el país y particularmente en Oaxaca utilizando a la persona como chivo expiatorio, como medio para inculpar a más personas, como escarmiento de lo que le puede pasar a otr@s o por la sencilla razón de sospechar que sus actividades son ilegales y así aislarl@ de los movimientos u organizaciones al criminalizarl@ exacerbadamente.

Como decíamos, el trabajo social y abierto de nuestro compañero sigue dando resultados a pesar de su encarcelamiento, así lo constatan estudiantes y egresad@s de diversas facultades de la universidad (catedrátic@s, artistas, intelectuales, académic@s), la Casa del Universitario Indígena, el Centro de Apoyo al Estudiante “Kutaay”, comunidades de la Sierra Sur, del istmo de Tehuantepec y de la Cuenca del Papaloapam principalmente, espacios y lugares donde el fue impulsor de la organización social.

Ahora Pedro cumple 5 años con 8 meses de injusta prisión por razones políticas. Inicialmente se le habían imputado diversos delitos del orden común y federal. Queda en evidencia la falsedad de las acusaciones cuando se logra liberarlo de 4 delitos, en una acusación que constaba de 6 delitos originales, lo que significa que solo tiene en su contra dos delitos que en su mayor debilidad ahora nos dan mayores herramientas para ganar la batalla legal. Sin embargo existe una batalla política que solo ganaremos en la medida en que logremos que compañer@s como él recuperen su libertad incondicionalmente, en la medida en que logremos prevenir las estrategias de represión selectiva y en la medida en que destruyamos el terrorismo de Estado, esta barbarie mundial llamada CAPITALISMO.

LIBERTAD A PEDRO CASTILLO ARAGÓN

LIBERTAD A TOD@S L@SL@S PRES@SPRES@S POLÍTIC@SPOLÍTIC@S DEL PAÍS

PAREMOS EL TE
RRORISMO DE ESTADO

COMITÉ DE DEFENSA CIUDADANA

CODECI. OAXACA, OAXACA. MARZO DEL 2008

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