«Ar bede» quiere decir en otomí «contar», «plática», «cuento» o «relato». Los ñöñhös solían juntarse como pueblos para contar historias míticas o vivencias familiares. Hoy escriben su propio libro cuyo epígrafe es: Nunca más una ciudad sin los pueblos indígenas.
La Ciudad de México es un complejo paisaje en el que a veces irrumpe el horizonte. Desde sus estructuras, resulta complicado mirar la complejidad de lo que se revela desde abajo. Pero existe.