Durante este mes de agosto, en los días 19, 20 y 21; Felipe Calderón, George Bush y Stephen Harper se reunirán en Montebello, Canadá acompañados por los 30 mandatarios de las corporaciones más importantes y socias del T.L.C.A.N (Tratado de Libre Comercio de América del Norte).
EL OBJETIVO:
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Impulsar medidas excesivas y drásticas de seguridad, las cuales sean efectivas a la hora de controlar y eliminar el descontento y la inconformidad social.
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Ilimitada exploración de fuentes de recursos ambientales energéticos (gas, hidrocarburos, petróleo) para la compra del terreno, saqueo y explotación de los recursos a beneficio único de la corporación.
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Desarrollo económico
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Creación de un parlamento/congreso trinacional que conlleve y ejecute las decisiones más importantes en el ámbito económico de los países socios.
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Creación de una moneda única, a la cual se han apresurado en darle nombre: AMERO.
El ASPAN llama la procuración no solo por ser un TLCAN recargado, versión 2.0 o plus; si no también porque sus creadores son mejor conocidos como “el gobierno sombra” de México: las empresas privadas y las fuerzas armadas. Continuando así el proceso de toma de decisiones políticas, de seguridad y económicas por encima del poderío de los gobiernos, llámese este ejecutivo, legislativo y/o judicial.
Con la ejecución del ASPAN, las fuerzas armadas norteamericanas podrán abiertamente comenzar a controlar por medio de bases, operativos y entrenamiento directo en territorio mexicano. Esto quiere decir que el ASPAN no solo combina políticas destructoras del medio ambiente y de comunidades indígenas que corren el riesgo de ser desalojadas y si se resisten, propiamente podrán ser criminalizadas, castigadas y eliminadas, como ocurre actualmente en todas las comunidades indígenas y no indígenas de México, fortaleciendo así las políticas de miedo y de paranoia.
Con el aumento del descontento social en México, este programa le cae como anillo al dedo a los delirios de los mandatarios de las empresas que controlan la economía y la política nacional, porque mientras fortalece la circulación y explotación del capital a través de las fronteras, el acceso a la mano de obra barata y a los recursos/riquezas naturales; por otro lado propicia ocupaciones militares en el extranjero, militarización de fronteras, aumento de detenciones y deportaciones; guerras de control militar en territorios fronterizos y sobre pueblos y comunidades indígenas y no indígenas, y una destrucción insaciable del medio ambiente.
No entres en shock: Infórmate, No entres en pánico: Organízate