El Tribunal Ambiental de la Ciudad de Valdivia -uno de los tres tribunales ambientales a lo largo del país- fijó dos audiencias de manera virtual para decidir el rumbo de la Terminal de Regasificación de Gas Natural Licuado (GNL Talcahuano). La comunidad chorera, por medio de la asesoría de la Organización No Gubernamental, Defensa Ambiental, dará una nueva batalla de frente a la transnacional. Estas audiencias serán los días 12 y 14 de mayo del presente año.
La Bahía de Concepción está situada en la costa de la Provincia de Concepción en la Región del Biobío. A pesar de lo calmo de sus aguas, no está exenta de fenómenos naturales como trombas marinas de baja y alta intensidad. También de maremotos como el de 2010. Al oeste está resguardada por la península de Tumbes en la ciudad de Talcahuano, donde conviven muchos ecosistemas: humedales, bosques, pastizales, borde costero e intermareal. Tiene una biodiversidad que destaca por sus aves migratorias.
Ahí habitan las comunidades del borde costero, quienes, frente a la intervención histórica e impuesta de la maquinaria capitalista en los territorios, se levantaron en 2012, en rechazo y resistencia contra la nueva oleada neoliberal extractivista de mega proyectos energéticos transnacionales.
Entre estas comunas se encuentra Talcahuano (en mapudungun tralkawenu, que significa cielo tronador), mismo nombre que arbitrariamente lleva puesto el Terminal de Regasificación de GNL (GNL Talcahuano) de capitales extranjeros (EEUU e india) que pretende instalarse en las costas de la comuna desde 2016.
Hasta el día de hoy, el proyecto no se ha podido implementar -incluso teniendo resolución de calificación ambiental otorgada por autoridades designadas- debido a la oposición de la comunidad chorera (gentilicio de quienes habitan la ciudad de Talcahuano).
Los principales argumentos son: Los daños a ecosistemas como el humedal Rocuant Andalien y la biodiversidad existente en él. La afectación a la pesca artesanal. Los inminentes riesgos de seguridad frente a explosiones, considerando fenómenos como trombas marinas (la última en 2019) y tsunamis (2010), la nula consulta a otras comunas del borde costero y a comunidades indígenas. La falta de ética al mantener relaciones poco transparentes con personalidades de la política local y comprar publicidad en medios locales (Radio Bío Bío) que emiten información sesgada.
En todo este proceso de lucha, la Coordinadora Chorera de Talcahuano ha sido un espacio clave de organización de la defensa territorial, en coordinación con diversas organizaciones de esa zona y del borde costero, que han llevado la problemática a las calles, los medios e instancias legales.
La primera audiencia se realizará el día 12 de mayo, por las reclamaciones que se interpusieron por la falta de consideración de las observaciones ciudadanas. La segunda, tendrá lugar el día 14 de mayo, por la denegación de la solicitud de invalidación de la RCA (Resolución de Calificación Ambiental), debido a que no se realizó consulta indígena en Penco ni en Talcahuano. Desconociendo el convenio 169 de la OIT. Tampoco se generaron instancias de participación ciudadana en todas las comunas del borde costero, que se verán igualmente afectadas, como es el caso de Hualpén, Penco y Tomé.
Estos legítimos argumentos fueron totalmente desestimados por el Servicio de Evaluación Ambiental, institucionalidad chilena que solo ha significado un puente de acceso políticamente correcto para las grandes empresas, sin escuchar la voz soberana de las comunidades que habitan los territorios.
Tal y como era de esperar, este contexto de pandemia también ha sido aprovechado por los gobiernos para apaciguar el descontento social y la protesta popular. Lo que no ha callado las voces de las organizaciones del Biobío, quienes desde diversos medios han manifestado su rechazo al proyecto GNL Talcahuano y emplazaron al Tribunal Ambiental para que falle a favor de la comunidad chorera y sus legítimos argumentos contra la transnacional. Se espera para la próxima semana un escenario de agitación evidente, aquel que se ha dejado observar desde las comunicaciones.
