Un 2015 del pueblo
Es 26 de diciembre. Tres meses han transcurrido desde el atentado en contra de los Normalistas de Ayotzinapa. 91 días en que las familias y compañeros de los estudiantes se han dedicado a buscarlos, a clamar justicia para cada uno de ellos, a luchar por la aparición con vida de los jóvenes. Los padres de familia recuerdan a sus hijos con una manifestación que parte del Ángel de la Independencia rumbo al Monumento a la Revolución.
La PGR detiene las investigaciones en estas fechas navideñas, explican que son periodos vacacionales. Pretenden dar carpetazo al caso Ayotzinapa, apuestan al desgaste y a la desmovilización, a la poca presencia del pueblo mexicano. Sin embargo la organización por la aparición de los 43 jóvenes no se detiene, en la marcha se puede observar presencia de estudiantes, amas de casa, sociedad civil y organizaciones sociales que no dejan solos a los familiares y a los normalistas. Durante la movilización, no hay olvido, ni perdón.
“Cuando se llevaron a nuestros hijos, se llevaron el miedo” dice Felipe de la Cruz, padre de familia que inicia el mitin. En el Monumento a la Revolución retumban las voces llenas de rabia y coraje. Son tres meses de ausencia. Los padres de familia reiteran que Ayotzinapa es cuna de dignidad.
Los vamos a desollar porque les vamos a quitar el poder
Cada día los corazones de los padres lloran, pero el coraje es mayor, expresan. Las demandas siguen siendo claras: castigo a los culpables, desaparición de poderes en el estado de Guerrero, no se realizarán las elecciones en 2015 si no aparecen los normalistas.
¿Están dispuestos a vivir la pesadilla que vivimos nosotros durante tres meses?, dicen los padres de familia y llaman a la población a respaldarlos, a no votar en las elecciones de 2015.
En Iguala el Estado desolló a un muchacho, ahora los padres dicen: “nosotros los vamos a desollar por que les vamos a quitar el poder”, inmediatamente los asistentes que con atención escuchan el mitin se unen en un grito: ¡Fuera Peña! ¡Fuera Peña!
Tres meses de dignidad, lucha y coraje, no de olvido.
Hasta el momento no existe ningún resultado certero por parte del gobierno. Emiliano Navarrete, padre de José Ángel Navarrete dice: nuestros hijos valen más que cualquier miserable gobierno. Seguiremos adelante exigiendo a nuestros hijos con vida. Don Emiliano reta al gobierno, les manda un mensaje: “Gobierno contra el pueblo sin intervención extranjera, para ver cómo nos partimos la madre”.
La madre de Julio César Ramírez sostiene una manta con el rostro del joven que asesinaron el 26 de septiembre, se puede leer: “castigo a los asesinos”, también en el rostro de ella se lee la tristeza. Los padres de familia saben que los culpables se encuentran afuera, caminando sin vergüenza. Los corruptos los protegen. Epifanio, padre de familia de uno de los estudiantes señala que Enrique Peña Nieto y Ángel Aguirre saben en donde están los desaparecidos. “Estoy temblando de rabia, pero no de miedo, señores”, agrega.
Carmelita Cruz Mendoza, madre de Jorge Aníbal Cruz Mendoza toma la palabra, suspira: “Cuando él [EPN] se sentó con su familia a tragarse un pedazo de pavo, es la carne de todos los muertos que han mandado asesinar y el vino la sangre de todos los muchachos asesinados” manda un mensaje a su hijo, en donde quiera que esté ella lo está esperando y su familia también. Rompe en llanto. Los manifestantes expresan su apoyo, gritan: “Vivos se los llevaron … vivos los queremos”. Carmelita pide a la población llamen a la no votación.
Las fotografías a color y en blanco y negro de los estudiantes resaltan en el templete. Los padres de familia sostienen además, una flor blanca en una mano. Hay veladoras prendidas a pie de las imágenes. Margarito Guerrero, padre de Yosivan le dice al presidente: ¿Qué le parecería que te quitaran a un hijo o a una hija?
Adán Cortés sube al templete. Expresa la solidaridad con los padres de familia y la necesidad de cambiar las condiciones en que viven miles de mexicanos.
Vamos a darle a esos cabrones un 2015 que no van a olvidar nunca, un 2015 del pueblo
Rogelio Ortega, gobernador de Guerrero, asegura que habrá elecciones en 2015. Omar García, estudiante de Ayotzinapa, da a conocer su desconfianza en el gobierno, sabe que éste no va a resolver el problema. Pedirle al estado que resuelva el problema, es como pedirles que se corten las venas, dice y agrega: “Debemos dejar de ser esas personas acostumbradas a dejar que hagan las cosas por nosotros”. Él anuncia la necesidad de prepararse para 2015, “subirle de tono”, pues con las formas de protesta que han realizado, no les han hecho caso. “Sabemos el nivel de su justicia y no la queremos”. Por último Omar llama a realizar asambleas para participar en un cambio para la sociedad, “un cambio que nos pertenezca a todos”. Llama a darle al gobierno un 2015 que no olviden jamás. Un 2015 de organización. Un 2015 que le pertenezca a pueblo.
Marquelia, otro estudiante de Ayotzinapa dice a la sociedad: ¡Basta de poner la otra mejilla!, habla de ya no permitir asesinatos, encarcelamientos, desapariciones y asegura: “Les estamos empezando a carcomer las raíces, desde abajo”. Inicia el conteo, desde el uno hasta el 43, al ritmo de voces, puños y sonajas.
“Bienvenidos a lo que no tiene inicio. Bienvenidos a lo que no tiene fin. Bienvenidos a la lucha eterna por ser mejores día con día. Algunos lo llaman necedad, nosotros lo llamamos esperanza” esas palabras de bienvenida fueron con las que iniciaron su camino los muchachos de primer año en Ayotzinapa, relata Ángel. Da un testimonio de aquella terrible noche. Para él, recordar la noche del 26 de septiembre es un dolor inmenso. “Al igual que mis compañeros yo estoy muerto, al igual que mis otros 43 yo estoy desaparecido”.
“Si Abarca, si María de los Ángeles, si Ángel Aguirre si Peña Nieto, que no es nuestro presidente, se atrevieron, si tuvieron esa osadía de haber quemado a nuestros compañeros como así lo dicen, e
llos arderán con mis compañeros también” dice Ángel luego de relatar los abusos que se cometieron aquella madrugada, el uso de armas R-15 en contra de los estudiantes, la ineficiencia de las líneas telefónicas de seguridad y la brutalidad policiaca y militar.
Ángel es un sobreviviente de aquella masacre, está vivo, sin embargo él considera que su vida ya no le pertenece, pues ahora le pertenece a los padres de familia y no descansará hasta encontrar a sus 43 hermanos.
Los padres de familia se retiran, dejando claro que regresan a Guerrero a replantear su organización para 2015. Han dicho que llueva, truene o tiemble, no mermarán en su lucha, no se detendrán.