Ante las reformas privatizadoras de la educación: La Organización…
“Es muy importante comprender quién pone en práctica la violencia:
si son los que provocan la miseria o los que luchan contra ella.”
Julio Cortázar
Reflexiones a partir de los sucesos del CCH Naucalpan, la inconformidad a la imposición a una reforma de corte neoliberal en los planteles del CCH, conocida como los 12 puntos (que ahora son 8) y la ocupación de la recepción del edificio de Rectoría en Ciudad Universitaria por las y los inconformes.
Juventud sin futuro.
La comunidad escolar en los CCH´s, no es la excepción. La juventud en nuestro país, a pesar superar los 20 millones, no tiene políticas públicas que atiendan sus necesidades de educación, salud, empleo, etc. Es un sector sometido, a las políticas de los gobiernos que están más preocupados de cumplir las directrices de organismos financieros internacionales (BM, FMI, etc), que con las necesidades de la sociedad que dicen representar y buscar su bien común.
Las estadísticas sobre la juventud reflejan la falta de interés de los gobernantes, y a su vez la exclusión social, y la criminalización por falta de oportunidades que afrontan cotidianamente las y los jóvenes. Por ejemplo, Son rechazados de la UNAM tres de cada cuatro aspirantes a nivel medio superior, además existen más de 56 mil rechazados sólo de la UNAM en nivel superior, nos encontramos en el segundo lugar según la OCDE en el concepto de “ninis” con poco más de 7 millones 820 mil jóvenes, además que con la supuesta Guerra Contra el Narcotráfico dirigida por Felipe Calderón se Incrementaron los homicidios entre adolescentes, el reclutamiento de menores por bandas del crimen organizado y también la violencia sexual contra jóvenes, finalmente la falta de oportunidades y la necesidad han obligado a miles de jóvenes a organizarse y resistir.
¿La juventud debe esperar a que los políticos y las autoridades escolares, se den el tiempo para mirar y cumplir con sus funciones? ¿Exponer sus inquietudes sin ser escuchados, ni considerados servirá para ser reconocidos?
Autoridades insensibles y cómplices
Los grupos de estudiantes que conscientes de la necesidad de participar y ejercer su ciudadanía, son descalificados y menospreciados, simplemente por no coincidir con las autoridades. Estas, suponen y esperan, desde la visión adultista y autoritaria, que la comunidad escolar debe seguir indicaciones, ser obedientes con la autoridad y l@s mayores. Las y los jóvenes sólo por ser jóvenes se les consideran inexpertos e inmaduros. ¡Actuar como dictan ellos, es decir, homogéneamente, es lo adecuado…! Nos enseñan a pensar y nos prohíben pensar…
Cualquier persona, en su sano juicio, asume que la diversidad es la razón del progreso. Que la diferencia, es la condición que permite aprendizajes. Que juventud, significa contradicción, espontaneidad, crítica, radicalidad, propuestas, lucha y resistencia. Que juventud es impulso.
La comunidad escolar ante la ineficiencia de los servicios, la carencia de recursos, los planes de estudios tan técnicos y tan poco críticos, la prepotencia y la corrupción y hasta el acoso de profesores, tienen el silencio por opción obligada, además del abuso de grupos porriles con la complicidad de las autoridades, sólo son un reflejo de la sociedad actual en donde el abuso de poder, las imposiciones y la impunidad se viven cotidianamente.
L@s jóvenes no tienen interlocutores reales: con disposición y respeto. Desconocen a los que dicen ser sus representantes los cuales son electos de las formas más antidemocráticas posibles. No los consideran sujetos de derecho, por el contrario, se les consideran sólo “cosas” incomprendidas y se les somete a la burocracia y al autoritarismo. Se les orilla a la indiferencia, a la apatía, a la sectarización y en su caso, a tomar medidas de presión calificadas como “violentas” (ya que las vías “legales y pacíficas” sólo sirven para desgastar y recordar que no serás tomado en cuenta), para después, legitimar la acción represiva y policiaca.
Grupos porriles como grupos de choque: Estrategia paramilitar en las universidades
Ha sido demostrado que las autoridades escolares, dan trato diferenciado a los grupos organizados de estudiantes. A los que asumen posturas de control estudiantil con intereses “deportivos y recreativos”, apertura y premios, reconocimiento e impunidad para los grupos porriles. A los grupos organizados o estudiantes que asumen posturas críticas y/o contrarias a los intereses personales, ideológicos y mezquinos de las autoridades la descalificación, cerrazón y en su caso, la represión.
Ejemplo claro, es la participación del grupo porril llamado FEN, que realizo acciones contra estudiantes organizados en el CCH Naucalpan que se movilizaron ante los abusos de autoridad cometidos en el plantel y en contra de los 12 puntos. Los demás planteles del CCH no son la excepción, al menos en el Plantel Vallejo se sabe que el grupo denominado “3 de marzo” es uno de los grupos porriles más grandes de toda la UNAM y que en distintas ocasiones se ha logrado comprobar la fuerte relación que existe con Laura Lucia Muñoz Corona actualmente Directora General de los Planteles del CCH.
Las autoridades con la omisión y el silencio a los actos porriles, se convierten en encubridores. Incluso las autoridades universitarias tratan de borrar todos los años de robos, muertes, violaciones sexuales, golpizas que han inundando de temor y miedo a las diferentes comunidades universitarias en las que tienen presencia, que lamentablemente son casi la mayoría, financiados por partidos políticos estos grupos presumen ser “intocables”, principalmente el PRI, el PAN y el PRD financian estos grupos, y es así como actúan impunemente en respaldo de las autoridades universitarias y las delegaciones.
Para los grupos críticos y organizados la descalificación y para los porros la complicidad. Esto se puede comprender como una estrategia paramilitar en la UNAM y en las distintas Universidades.
Lenguaje para descalificar.
Tanto autoridades como medios de comunicación masivos, establecen para l@s jóvenes que participan en ésta expresión de inconformidad, términos que criminalizan la inconformidad; desde “encapuchados”, “violentos”, “agresivos”, “toma violenta”; además de invitarlos en respuesta a sus demandas, a canalizar sus peticiones por “cauces legales”, ubicándolos, por consiguiente, fuera de las leyes universitaria y del país, como si las autoridades no fueran absolutamente violentas y verticales, en forma permanente.
Se intenta la manipulación y el linchamiento mediático, para crear una corriente de opinión, la cual permita el desalojo, sin demasiados “costos políticos”.
A las autoridades, no les preocupa la Torre de Rectoría, como tampoco antes, la Dirección General de los planteles; desean disminuir la protesta legítima de la comunidad universitaria, a los llamados 12 puntos. Cumplir con los mandatos extra universitarios y de corte pro empresarial de
la educación, que recorren el país.
Palabras sin oídos que escuchen.
Las demandas son sencillas: consultar a la comunidad escolar y el no abuso de autoridad. Se diversifican según las condiciones pero en esencia eso motiva la inconformidad.
Las autoridades descalifican a quienes actúan “fuera de los cauces legales”, pero son quienes provocan con su soberbia e insensibilidad, la respuesta de l@s jóvenes.
Si antes de promover la reforma de los doce puntos, las autoridades informarán y promovierán la participación en búsqueda de consensos, la realidad hoy sería diferente.
No informan, para así poder imponer; no escuchan para no dialogar; no aceptan para no ceder. Es cultura autoritaria e ignorancia política.
El verdadero problema más que cualquier reforma, es la falta de democracia en las universidades, ya que si existiera democracia en las instituciones educativas éstas reformas no serían consideradas por afectar gravemente los planes de estudios originales de dichas instituciones. No es coincidencia que se agredan y hostiguen a las UACM´s ni a los CCH´s, ya que ambos conservan planes de estudios críticos, analíticos y humanistas que benefician a nuestra sociedad, pero no a las cúpulas del poder que controlan a México desde adentro y desde afuera ya que éstos “sólo necesitan mano de obra barata”
Incongruencia institucional
José Narro rector de la UNAM, en una declaración ante la ocupación de la Dirección General de CCH , estableció:
“queremos demostrar que frente a los jóvenes, antes que con la fuerza, se debe actuar con la
palabra y la razón”
Antes de escuchar los argumentos de quienes deciden instalar un plantón en la Torre de Rectoría, las autoridades entregan un documento donde informan que han levantado denuncias ante la PGR y no habrá negociación, ¡qué ironía! ¡qué rector tan contradictorio!.
Hablar de que los jóvenes son escuchados, que hay caminos para expresar inconformidades, es una falacia. Es por la vía de los hechos, que imponen posturas e intereses, como funcionarios o políticos, que ignoran a la ciudadanía.
Inconformidad social.
Podemos cuestionar la formas y objetivos de quienes se inconforman. Lo que nadie puede negar su derecho a ser escuchados.
Expresiones como estas, se suman a la inconformidad magisterial, que de igual manera expresan
la defensa de sus intereses colectivos.
Cerrar los ojos a la realidad de nuestro país y pensar que “encapuchados” y “violentos” actúan sin razón, sería el comienzo de la complicidad.
“una sola chispa incendiará la pradera..” Lenin
“PROTESTAR ES UN DERECHO, REPRIMIR ES UN DELITO…”