Desde hace dos meses María, Ekaterina y Nadezhda de la banda punk feminista anónima “Pussy Riot” de Rusia ha sido acusada de “vandalista, terrorista y blasfema” por el gobierno de Vladimir Putin y la Iglesia Ortodoxa Tusa por haber realizado algunos performance con música y protesta en lugares como la Plaza Roja o la Catedral de Cristo Salvador. Por esto el sabado 21 de abril se realizó una marcha exigueindo su libertad, a este llamado acudieron docenas de personas entre ellas, grupos punks, feministas, anarquistas y de medios libres. Esta detención es la clara complicidad entre la religión y el estado, pero a pesar de esto la Solidaridad siempre estara en cualquier parte del mundo.