En la comunidad de Coyutla, Veracruz el delegado zero arrivo al las 9:30 hizo un pequeño reseso en el locao de MAIZ frente a una primaria donde decenas de niñ@s se asomarban y gritaban “Marcos”, en la plaza principal ya lo esperaba el sonido, adherentes y simpatizantes de la otra campaña.
El saludo en totonaco y un collar de flores fueron el primer paso de una jornada inpregnada de rebeldia. Donde la comunidad expreso problematicas como: “lo que se vive en los ejidos es despojo, represión, nos hechan a la policia por que dicen que sembrar citricos estropea el pasto fino, la verdad es que el problema es que somos cooperativas.” otro dice “eso si ellos si pueden instalar esta antena de ondas celulares que ademas de dañar el entorno tipico de este lugar tod@s sabemos el daño fisico que hace.”
La comunidad de Coyutla es un ejemplo de valentía pues a soportado un verdadero Estado de Sitio, ya que por haber protestado por esta antena, que se logro poner gracias al trafico de influencias de la alcaldesa anterior, a nosotr@s nos reprimieron así, ¿saben lo que paso en Chile? pues así también aquí. La policía cerró las entradas del pueblo y nos amedrento por tres días y todo solo por protestar en contra de sus intereses. El integrante de un colectivo de Tlacotalpan apunto “en las ruinas de Tlacotalpan justo en una pirámide quieren construir un WALMART, así como lo hicieron en Teotihuacan y Cholula así también quieren hacerlo en este lugar y es que esta cadena de tiendas no solo se instala para poder explotarnos, si no que quiere destruir por completo nuestras raíces”
El representante de los pueblos indios hablo de hambre y la discriminación que pesa especialmente sobre ell@s. Entre el coraje contra los partidos políticos, problemas de la tierra y preguntas como: ¿a donde se va la riqueza? y ¿por que no nos ponemos las pilas? transcurrió la catarsis de la comunidad.
Aquí se muestra lo atroz de la situación. Coyutla, en la zona totonaca de la sierra veracruzana, es un modelo de lo que supuestamente “ya no hay”. Antes ricas en vainilla, café, pimienta y bosques, estas tierras han perdido más de 90 por ciento de su abundancia en maderas en pocos años. Sobre todo desde que la gobiernan los caciques de la familia Picazo Pérez.
Marcos, después de dar el tradicional mensaje del EZLN a los pueblos indios (que fue traducido al Totonaco) “Busca al totonaco y dile que tiene que despertar, que tenemos que unir nuestra lucha, y que como pueblos indios tenemos que unirnos con campesinos, con obreros. Respondió a la pregunta de ¿por que su palabra es tan dura con los partidos políticos? diciendo “no les venimos a contar lo que creemos, si no que esto es lo que hemos vivido y todos los partidos nos han traicionado y nos han metido bala el PRI, el PAN y el PRD” ” Esto es porque tenemos un dolor que queremos contarles. Entonces lo que pasó es que estos partidos políticos no quieren reconocer nuestros derechos como pueblo indio que somos, no quieren que seamos respetados, no quieren que mejore nuestra vida. Ellos quieren que dejemos de ser indígenas, que nos convirtamos en caxtlanes, en blancos del corazón, aunque nuestra piel siga siendo morena.”” En 1997 ocurrió la matanza de Acteal. “Esto se planeó desde meses antes. Pregúntale a López Obrador por qué está en su equipo el que hizo ese plan, que se llama Arturo Núñez y era del PRI”. También recordó una vez más el ataque a balazos de perredistas de Zinacantán contra bases de apoyo zapatistas, quienes no llevaban armas, “sólo agua”. Y recomendó a los indígenas: “Te digo que le preguntes a López Obrador por qué en Chiapas los que apoyan para presidente son los que nos dispararon”. “les vamos a construir una cárcel a los ricos y cuando esto avance los vamos a encerrar y ahi los dejaremos para que se peleen”
Los testimonios más dramáticos han sido hasta ahora los de los indígenas de la Huasteca. Así, el de la Unión Campesina Zapatista, formada por otomíes de Tescatepec: “Sabemos que el gobierno nos divide, nos manda consejos de que nos dividamos. Los priístas nos odian, pero sabemos que todo campesino tiene derecho de defenderse”, expresó ayer uno de sus miembros en Tzocohuite. Horas antes, en Dorados de Villa, un anciano que hablaba de cómo el gobierno usa a los propios indígenas para combatir las comunidades organizadas, filosofaba: “El tigre se come al que lo usa de carnada”.