Comunicado de la Organización de Pueblos Indígenas Zapotecos

A los Hombres y Mujeres de México y el Mundo.

 

En México se vive una guerra de Baja intensidad en contra de los indígenas, los pobres, las organizaciones sociales, líderes comunitarios  y defensores de Derechos Humanos

sean hombres o mujeres; dónde los grupos paramilitares realizan el trabajo sucio que las corporaciones policíacas y militares no pueden llevar a cabo abiertamente para combatir la lucha por la sobrevivencia de los pueblos originarios de nuestro país, quienes, en defensa de su entorno natural y sus derechos fundamentales han regado con sangre los campos y las ciudades de México, todo ello ante  la cómplice mirada de los gobernantes que encuentran así despejado el camino para la inversión y avasallamiento a favor de sus amos transnacionales.

En Chiapas operan abierta y descaradamente grupos paramilitares que no obstante haber sido denunciado una y otra vez, gozan de plena impunidad, pues son parte de los programas de contrainsurgencia implementada por los dueños del capital, seguidos al pie de la letra por los esbirros de la burguesía.

En el estado de Guerrero el figueroísmo ha encontrado su nicho de sobrevivencia política y económica en neogrupos paramilitares y delincuenciales, que se dicen ser “revolucionarios”, comiendo de su mano e implementando la horizontalidad en la decisión de ejecutar a quienes representan un estorbo a su crecimiento cuantitativo, claro ejemplo es el asesinato de Miguel Ángel Mesino, pues ante la incapacidad política para elegir la metodología que los coloque del lado del pueblo oprimido han optado por la ceguera y el oscurantismo que los ha llevado a ser cooptados por el gobierno y entrar en una etapa de pleno colaboracionismo y descomposición.

En Oaxaca las cosas no son diferentes  pues quienes desde 1996 eran identificados con los grupos paramilitares prohijados por Diódoro Carrasco Altamirano, han retornado al poder municipal de San Agustín Loxicha, echando mano de la ejecución, desaparición y encarcelamiento de todo aquel que represente un obstáculo a sus planes de encumbramiento político y económico. Nuevamente el etnocidio ha encontrado cobijo en la presidencia municipal, desde donde, con los recursos que deben ser destinados a resolver las profundas carencias sociales, se mantiene a los grupos paramilitares y delincuenciales que asolan la Región.

Así, en poco más de dos años se han revivido los peores días de la era diodorista, con la ejecución de aproximadamente tres decenas de indígenas zapotecos y un número creciente de detenciones arbitrarias con plena colaboración de quienes en la Región Loxicha, diciéndose de pertenecer a una Tendencia Democrática Revolucionaria  y a una  Izquierda Democrática Popular, utilizan a los indígenas como objetos desechables de una maquinaria de guerra diseñada desde los escritorios del CISEN; siguen teniendo la influencia del ex secretario de Gobernación para poner en marcha sus planes desestabilizadores, cuyo objeto es la capitalización política del conflicto con miras al fortalecimiento de sus endebles posiciones políticas y la utilización de los votos cautivos de los ciudadanos para negociar nuevas concesiones de poder en el estado de Oaxaca.

Estos grupos paramilitares tienen como fin en estos momentos, eliminar física y políticamente a miembros de la Organización de Pueblos Indígenas Zapotecos y a quienes no se han doblegado a sus planes de carácter neoliberal y fascista, asesinar con el cobijo y el apoyo del presidente municipal, Oscar Valencia García, Diódoro Carrasco Altamirano y grupos en  descomposición.

A todos ellos anteriormente se les ha desenmascarado públicamente tratando de evitar el baño de sangre que han generado en la Región, pero desafortunadamente nuestros esfuerzos no han  fructificado, ya que intentando aparentar conflictos de carácter intercomunitario, intrafamiliares o al interior de la OPIZ, ocultan su estrategia de confrontación, divisionismo y cooptación en claro afán de crecimiento cuantitativo, sin importarles la sangre y el dolor de hombres, mujeres y niños en Loxicha.

Responsabilizamos al Presidente de los Estados Unidos Mexicanos, al Gobernador del Estado, al Presidente Municipal de San agustín Loxicha, Oscar Valencia García, y a los grupos  pseudo revolucionarios constituidos en las  nuevas  guardias  blancas: de la  integridad física  y psicológica de los habitantes de la Región Loxicha, de los familiares de los presos Loxicha, de los integrantes de la Organización de Pueblos Indígenas Zapotecos y de todos aquellos que han sido partícipes en la búsqueda de Justicia y Libertad para Loxicha.

Exigimos:

¡Alto a la guerra de baja intensidad en el país!
¡Libertad a todos los presos políticos y de conciencia en el país!
¡Presentación con vida de los desaparecidos!
¡Castigo a los responsables de delitos de lesa humanidad!
¡Libertad y justicia para Loxicha!

ATENTAMENTE:

Lic. Yesica Sánchez Maya Lic. Israel Ochoa Lara

LIMEDDH Asesoría Jurídica Popular

Juan Sosa Maldonado

Organización de Pueblos Indígenas Zapotecos

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