Ciudad de México
«Venimos decididos a no movernos hasta saber qué sucedió esa noche lluviosa de Iguala», declaró el vocero de los 43 padres de familia -Felipe de la Cruz- luego de instalarse a las afueras de la Procuraduría General de la República (PGR), instancia responsable de desviar las líneas de investigación en el caso.
El comité de padres exige una averiguación eficiente, derecho a la verdad y castigo a los funcionarios públicos responsables: Tomás Zerón de Lucio y Jesús Murillo Karam.
Los padres y madres afirman que mientras se siga premiando a los funcionarios públicos implicados, la posibilidad de verdad y justicia se vuelve lejana.
El 28 de octubre de 2014, Tomás Zerón de Lucio, jefe de la Agencia de Investigación Criminal –después ascendido por Enrique Peña Nieto al Consejo de Seguridad Nacional- llevó unas bolsas negras al basurero de Cocula, de donde emergió uno de los restos de Alexander Mora Venancio. La mañana del 20 de abril, en tanto el plantón se instalaba, declaró que el caso Ayotzinapa se quedó en el basurero de Cocula: «No van a cambiar en nada, hagamos lo que hagamos».
El GIEI señaló en sus dos informes emitidos en 2015 y 2016, la dificultad por trabajar en conjunto con la PGR, quienes repetidamente infringieron sus propias leyes. 23 meses después de que desparecieran a los jóvenes, el diálogo que mantenían los familiares con la procuraduría se rompió. A 36 meses, la respuesta y los avances han sido obsoletos, los videos del sistema de vigilancia C4 hasta el momento no han sido presentados íntegramente.
«El gobierno nos despoja de nuestra tierra, de nuestros bosques, de nuestra agua, es el momento de unirnos y que se de cuenta el gobierno mexicano que el pueblo está molesto» apunta Cristina Bautista, madre de Benjamín Ascencio y afirma: Lo que exigimos son vidas, las vidas de los 43 Normalistas.
De la Cruz sentencia que el movimiento de padres se mantiene firme para que no vuelva a suceder esto en México. Ya hay varios crímenes de estado que quedaron en la impunidad y por eso se sigue repitiendo. Nadie está exento de vivir la pesadilla. Nuestro país tiene que cambiar.
A la altura de Paseo de la Reforma 211 el plantón se va expandiendo conforme las horas avanzan. La gente pasa, la institución sigue sus labores, los funcionarios públicos aseguran la permanencia en sus cargos, Tomás Zerón de Lucio afirma que duerme con tranquilidad.
«Son tan cínicos e insensibles que no les importa lo que hagamos aquí afuera mientras no los toquemos a ellos» dicen los padres de familia una noche fría y de viento, mientras se preguntan ¿En dónde están nuestros hijos? ¿Cuándo será el día que les quitaremos el sueño a los gobernantes?