Les comunicacmos que durante la madrugada de este 24 de septiembre de 2008 fuimos objeto de otro ataque más en contra de nuestras instalaciones, de las cuales fueron sustraídos documentos, discos, libros, equipos de video, identificaciones y dinero en efectivo. Para efectos de documentar lo sucedido levantamos la averiguación Previa número FCY/COY-3/T3/01650/08-09, ante la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal, por el delito de robo a casa habitación en contra de quien o quienes resulten responsables.
Hechos
Siendo las 7:30 de mañana del día 24 de septiembre de 2008 y cuando nos preparábamos a salir para realizar nuestras actividades cotidianas, nos percatamos de que la chapa del zaguán de nuestro domicilio se encontraba violada y sin el cilindro de la cerradura. Al revisar nuestras pertenencias nos percatamos de que faltaban una mochila con documentos, libros y discos de nuestro trabajo, y desaparecieron una cámara digital y fotográfica con imágenes y secuencias de nuestras actividades recientes. Tampoco encontramos documentos e identificaciones personales de uno de nuestros compañeros y una cartera con $250 en efectivo.
Dadas nuestras características y formas de trabajo, uno de nuestros compañeros quedó durmiendo justamente en el lugar donde fueron sustraídas las cosas, habiéndo muchas otras cosas de valor que pudieran ser suceptibles de haber sido robadas. Sin embargo, suponemos que o bien los ladrones se precataron de la presencia del compañero y decidieron huir con lo poco que lograron robar, pese lo arriesgado que resultó haber violado la chapa y haber entrado hasta nuestras intalaciones, o bien, fuen una forma de amedrentamiento y de marcar su presencia cercana.
Antecedentes
Nuestra organización se dedica desde 1990 al estudio, difusión e investigación popular sobre derechos y cultura indígena, y producto de nuestro trabajo hemos editado más de 50 libros, 108 revistas y una serie de programas radiofónicos y multimedia sobre dichos temas. Desde 1990 hemos participado en diversos movimientos sociales como son el Movimiento Mexicano 500 Años de Resistencia Indígena Negra y Popular, el Congreso Nacional Indígena y La Otra Campaña.
Ya en años anteriores, nuestra pequeña organización ha sido objeto de hostigamiento e incluso señalamiento en comunicados de la Secretaría de la Defensa Nacional por nuestra labor de comunicación y difusión particularmente de la lucha de los pueblos indígenas. En 1998, apenas una veintena de días después de la matanza de Acteal, la Sedena difundió un comunicado en donde se aseguraba haber descubierto un arsenal del EZLN en donde se encontraron diversos “materiales subversivos” entre los que detallaba varias de nuestras publicaciones que en esos años publicamos sobre los Acuerdos de San Andrés y el proceso de negociación del EZLN con el gobierno federal y de diálogo con múltiples organizaciones sociales del país. En septiembre del año 2001, en el marco de las movilizaciones en contra de la Ley Fernandez de Ceballos-Ortega-Bartlett que traicionó los mismos Acuerdos de San Andrés con una reforma a modo que no ha resuelto las causas que originaron el conflicto, uno de nuestros compañeros fue secuestrado durante cuatro horas y conducido a lugares inhóspitos de Chimalhuacán, a unos veinte kilómetros al oriente de la Ciudad de México, en donde luego de robar sus pertenencias, dinero y documentos personales, fue dejado en libertad bajo amenazas. En ambas circunstancias pretendimos obtener un amparo y la denuncia del secuestro ante las instancias oficiales correspondientes sin que se hayan producido algún tipo de resultado. En años subsecuentes hemos sido objeto de pequeños pero significativos robos, en donde la constante ha sido la desaparición de documentos personales y de trabajo, ya sea de mochilas o portafolios debidamente resguardados.
Llamamiento
Por tal motivo, hacemos un llamado a las personas y organizaciones solidarias a refrozar sus medidas de seguridad interna y a estar pendientes de lo que suceda con nuestra organización y con cualquier integrante de las organizaciones sociales, ante el recrudecimiento del hostigamiento en contra de nuestras actividades civiles y pacíficas.
Hacemos responsables al gobierno federal y local del clima de represión y amedrentamiento en contra de los movimientos sociales y llamamos a los organismos defensores de derechos civiles a redoblar sus esfuerzos por contener la escalada de violencia institucionalizada desde el poder.
Atentamente,
Juan Anzaldo Meneses
Editor