“Tu voz libertaria se escuchará siempre desde las montañas de Guerrero hasta el corazón del mundo”
El 19 de octubre del 2013 en las inmediaciones de la comunidad de Mexcaltepec, municipio de Atoyac de Álvarez, en la Costa Grande guerrerénse, fue asesinada a balazos por la espalda Rocío Mesino Mesino, dirigente de la Organización Campesina de la Sierra del Sur (OCSS); mujer originaria de la comunidad del Escorpión, enclavada en la sierra de Guerrero.
En una breve charla con Alicia Mesino Castro, madre de Rocío, a través de palabras sencillas compartió de su lucha y honestidad: “su lucha era para que los pobres tuvieran qué comer, una casa digna aunque sea de cartón; una mujer muy ocupada para los campesinos, los ayudaba en todo, todo lo que pedía era para los campesinos, no se quedaba de lo que pedía, si no que ella todo se lo entregaba a los campesino, a los de la sierra, a los de aquí (Atoyac)”.
Una mujer activa y comprometida, inmiscuida en procesos sociales en búsqueda de mejoras para los campesinos y campesinas. Dedicó su vida a la defensa de diferentes causas sociales, desde la lucha por la libertad de los presos políticos, hasta la reivindicación de los derechos a la verdad, la justicia y la reparación de personas desaparecidas durante la Guerra Sucia (entre tantos uno de sus tíos), el acompañamiento de las luchas campesinas de la Sierra de la Costa Grande, y la continua exigencia de justicia para el castigo de los autores materiales e intelectuales de la masacre de Aguas Blancas de 1995:
“Aquí la conocieron a Rocío muchos, la sintieron porque ella en estas marchas andaba con nosotros, cuando mataron a los 17 campesinos de Aguas Blancas ella siempre las marchas cada año, cada año”. Alicia Mesino Castro
Doña Alicia, mujer pequeña que ronda los 70 años de edad, camina por la calle principal de Atoyac de Álvarez, acompaña la movilización por los 40 años de la caída en combate del comandante del Partido de los pobres, Lucio Cabañas Barrientos, coreando la consigna: “maestro Cabañas, el pueblo ya te extraña”; además exigía justicia para los asesinados y presentación con vida para los 43 normalistas detenidos desaparecidos la noche del 26 y madrugada del 27 de octubre en el municipio de Iguala.
Las infamias contra las y los escorpiones Mesino
Estamos a unas cuantas cuadras del Zócalo de Atoyac (ahí donde descansa el busto del profesor guerrillero egresado de la normal de Ayotzinapa) y la señora Mesino se pregunta: “¿Por qué la mataron?, porque supimos quién la mato, a ella la mataron haciendo un puente acá en el río, no respetaron, porque yo estaba con ella, ahí me la dejaron tirada a un lado de mis pies; yo no conocí al muertero, nadie lo conoció de todos los que estábamos; llegó destapado y la mató como un cobarde por detrás, no le habló”.
Las agresiones contra la familia Mesino y la OCSS se remontan a la guerra de la década de los setentas. Varios familiares de su padre Hilario Mesino Acosta, originario del Escorpión, desaparecieron durante esa época, así como su hermano Alberto, que contaba con 20 años en ese tiempo.
En la década de los ochenta, en la ciudad de México, fue aprehendido el padre de Rocío, así como Benigno Guzmán Martínez, ambos dirigentes de la OCSS. Don Hilario Mesino es uno de los fundadores de la Organización Campesina de la Sierra del Sur y miembro activo de la Asociación de Familiares de Detenidos Desaparecidos en México (AFADEM).
Para el año 2003, tras 10 meses de reclusión forzada en la cárcel de Chilpancingo, fue liberado Miguel Ángel Mesino Mesino –hermano de Rocío-, después de dos años, en septiembre de 2005 fue ejecutado -en circunstancias similares a las de su hermana- a balazos en el centro de Atoyac de Álvarez a manos de sujetos desconocidos.
Al final de la marcha programada para el dos de diciembre, la señora Alicia Merino Castro sostuvo con una voz fuerte en donde se podía notar rabia e indignación a pesar de lo bajito de su voz: “ya cumplió año y no se ha visto nada de justicia, yo veo que el gobierno no hay… Que haya justicia para ella, es lo que queremos”.
Doña Alicia, madre de Rocío Mesino, pide justicia a un año del asesinato de su hija