México: Desaparecer dos veces| Columna de opinión

Derecho de Rebelión

En este país casi todas las personas conocemos un caso de desaparición forzada o tenemos uno tan cercano que duele hasta las entrañas: un día desaparecieron a la vecina, al otro día a un amigo de la infancia, después a una prima, a un tío, a una hermana y así la crisis fue creciendo hasta alcanzar niveles impensables. Así se fue convirtiendo en una bola de nieve que se desbordó. Lo más alarmante: sigue creciendo.

La desaparición forzada es un síntoma de que la situación de violencia cada día va en escalada. En sus orillas, el país tiene el mismo espacio en kilometraje, pero internamente, desaparecen a las personas y por ende desaparecen sus territorios, sus culturas. Por este motivo, podemos afirmar que México es un país que está desapareciendo de manera acelerada.

No obstante, en México se desaparece dos veces.  El Gobierno Mexicano niega una crisis en desaparición forzada, maquilla las cifras, disminuye la gravedad. Desde las instituciones no se garantiza el derecho humano a que no te desaparezcan, mucho menos el derecho humano a ser buscada/o, por el contrario, en México se desaparece doblemente: primero alguien te sustrae y nadie vuelve a saber de ti, posteriormente te desaparecen de las cifras para negar tu desaparición y la de miles más.

¿Quiénes son los perpetradores? De acuerdo con los casos que se han registrado recientemente y las denuncias de familiares, colectivos, organizaciones, existe la permisividad, omisión e incluso la participación del Gobierno Mexicano en sus diferentes niveles, así como la actuación de empresas y grupos de la delincuencia organizada.

Las cifras se quedan cortas, pues no todas las desapariciones son registradas, sin embargo, en México se contabilizan de manera oficial 131 mil 654 personas desaparecidas, de acuerdo con los datos recabados por el Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas (RNPDNO). Hay organizaciones que afirman que la cifra podría superar las 150 mil personas desaparecidas. Hasta 2023 había más de 52 mil restos recabados sin identificar, de acuerdo con Movimiento por Nuestros Familiares Desaparecidos en México.

Jalisco es el epicentro de la desaparición forzada, se trata de la entidad con más casos a nivel nacional, aún así, las cifras también se quedan cortas. La existencia de subregistros es una realidad que cada día se puede ocultar menos y que organizaciones como el Centro de Justicia para la Paz y el Desarrollo (CEPAD) han denunciado públicamente respecto a las instituciones en este estado. 

Un país se constituye por la gente que ahí habita, sus recursos naturales, sus culturas, los pueblos y ciudadanías que se albergan en las tierras. En este sitio de humanidad herida, cada día se desaparece a más de una persona.  El argumento falaz se repite con descaro: “No hay más violencia, es solo que somos más población” “No estamos peor, es solo que hay más redes sociales o medios para mostrarlo”. Pero mientras una sola persona esté desaparecida, la exigencia de su retorno debe continuar.

Que en México desaparezcan a las personas desaparecidas de los registros es más que una redundancia. No solo suena extraño, evidencía una revictimización y una exacerbada negación de la violencia. Negarlo no hace que el problema se resuelva, por el contrario, solo perpetúa la violencia y la impunidad. Al no reconocer la severa problemática a la que se enfrenta este país, los gobiernos en sus diferentes niveles dejan de atenderla en el orden prioritario que esta gran crisis requiere y exige.  

Es por todo ello que se vuelve urgente, necesario y ético salir a las calles este 30 de agosto, Día Internacional de las Víctimas de Desaparición Forzada, para seguir exigiendo junto a las familias presentación con vida de nuestros desaparecidos en México y gritar con ellas: ¡Hasta Encontrarles!. Ya no se trata de casos aislados, la desaparición forzada es una gran herida nacional.

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