El extractivismo de las Zonas Económicas Especiales

El primero de junio de 2016 se publicó en el Diario Oficial de la Federación la Ley Federal de las Zonas Económicas Especiales (ZEE). Como resultado de las negociaciones entre empresarios ligados a corporaciones multinacionales y funcionarios del Estado inmersos en partidos políticos de todos los colores, decidieron promover el proyecto de ley como la matriz de la Reforma Energética. Esta ley condensa un intenso pero silencioso proceso de despojo territorial, el cual ha pasado desapercibido por buen número de movimientos indígenas y populares de resistencia que se oponen al modelo extractivo.

Ante el proceso que desde arriba están planeando para pulverizar la propiedad comunal de la tierra y la organización de los pueblos indígenas, resulta necesario indagar qué estamos enfrentando. Primero, las Zonas Económicas Especiales son megaproyectos diseñados para acaparar un área territorial específica “en que las empresas privadas, nacionales o extranjeras tienen la facultad de definir la organización de esa área a partir de sus intereses económicos” [1]. Segundo, sus primeros 5 puntos de impacto son el puerto de Lázaro Cárdenas (Michoacán), Salina Cruz (Oaxaca), Coatzacoalcos (Veracruz), Puerto Chiapas (Chiapas) y Puerto Progreso (Yucatán), lugares de enorme importancia geopolítica para la movilización del capital.

Llama la atención que el bono para los inversionistas que intervienen en una ZEE, es que ingresan a “un régimen para el pago de impuestos especial y diferente a cualquier otra parte del país”, a lo que sumamos las dádivas de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), quien apenas decretó “la exención a 100 por ciento en el pago de Impuesto Sobre la Renta (ISR) durante 10 años a las empresas y personas físicas con actividad empresarial que inviertan en las ZEE, así como créditos fiscales de 50 por ciento en el pago de las cuotas patronales del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en el mismo lapso.” Y por si fuera poco, “a los inversionistas también se les brindará un tratamiento especial en lo referente al Impuesto al Valor Agregado (IVA), similar al que reciben las operaciones de comercio exterior” [2]. Esto demuestra cómo se han venido construyendo todas las condiciones favorables para que el capital incremente sus ganancias en la zona, a costa del exterminio de población sobrante.

Los proyectos que se incluyen dentro de una ZEE varían desde el sector energético, la agroindustria (sobre todo el monocultivo), las maquiladoras y ensambladoras a gran escala, laboratorios farmacéuticos (como Genoma Lab en Coatzacoalcos), manufactura y transformación de todo tipo de materias primas. Este complejo proceso, incluye la modernización de puertos, vías de comunicación (carreteras, puentes, etc.), mega plazas comerciales (como plaza metropolitana en Salina Cruz) e inyección de capital en las “áreas de influencia”, que son los pueblos que rodean la zona. Es decir, las ZEE “concentran los clústers o parques industriales que pueden ser dedicados a diferentes sectores (agroindustria, automotriz, textil, etc.). Recibe las materias primas desde la área de influencia y exporta los productos transformados por medio de una infraestructura de transporte masiva” [3].

Según un excelente material elaborado por el colectivo GeoComunes, la Red Mexicana de Afectados por la Minería (REMA) y el Comité Ixtepecano en Defensa de la Vida y el Territorio, las ZEE es un proyecto económico que tiene etapas de planeación e implementación muy bien articuladas, de las que podemos destacar al menos ocho:

1) Inicia con la publicación oficial de la Ley Federal de ZEE; 2) la reforma a la Ley General de Bienes Nacionales que permite manipular los bienes inmuebles federales dentro del régimen de dominio público; 3) la modificación de leyes estatales en la materia (se han modificado en 7 entidades: Campeche, Chiapas, Oaxaca, Guerrero, Veracruz, Tabasco y Yucatán); 4) una carta de intención que elaboran los gobernadores a la Autoridad Federal para el Desarrollo de las Zonas Económicas Especiales (AFDZEE) para la declaración de las zonas en las entidades; 5) un dictamen elaborado por la AFDZEE para delimitar el área de la zona y su planeación; 6) decreto desde el ejecutivo federal para determinar el establecimiento de la ZEE y su área de influencia; 7) programas de desarrollo elaborados por el gobierno y el sector privado para el reordenamiento territorial, lo que incluye políticas públicas y obras complementarias; 8) el “plan maestro” de la ZEE como instrumento de planeación estratégica de la ZEE elaborado por el “administrador integral” y aprobado por la autoridad federal (con un proceso de revisión cada 5 años) [4].

Donde más rápido está operando el desarrollo de las ZEE es en Michoacán, Oaxaca y Veracruz. Para el caso del puerto de Lázaro Cárdenas en Michoacán, apenas el pasado 22 de julio se aprobó el dictamen para la instalación de la ZEE (lo que indica que en esta entidad, pasamos de la etapa 5 a la 6 del esquema anterior). Ante la presencia del Secretario de Hacienda, José Antonio Meade, la AFDZEE que está a cargo del empresario Gerardo Gutiérrez Candiani [5] y la Comisión Intersecretarial de las ZEE [6], se aprobó el dictamen sin ningún tipo de consulta previa, apenas en los trabajos de su segunda reunión ordinaria. En esta reunión, el gobernador michoacano, Silvano Aureoles dijo: “Sólo era posible lograr mejores niveles de desarrollo y abatir la situación de inseguridad, si los gobiernos le proporcionamos a nuestra gente los medios y las oportunidades que les permitan salir adelante” [7]. Una vez más, bajo los mismos discursos, los abajos quedamos sin voz ni presencia.

Para el caso de Oaxaca, el ansiado corredor industrial interoceánico que liga a Salina Cruz con Coatzacoalcos, al norte de Veracruz, ya inició sus trabajos en ambos costados. El proyecto contemplado como de los más ambiciosos y estratégicos para el gran capital, pretende conectar los dos océanos por medio de un amplio corredor industrial, lo que permitiría vincular de forma eficaz el mercado estadounidense con el asiático (China y Japón). El propósito de fondo es articular un corredor que permita vincular las dos ZEE e imponer en el camino una serie de proyectos energéticos, industriales y comerciales, que van desde hidroeléctricas de ciclo combinado, gasoductos, parques eólicos para canalizar y transportar la energía que necesitan las empresas multinacionales para operar, como sucede en el caso del Istmo.

A este panorama, habría que agregar la favorita del capital trasnacional: la minería. Es decir, toda una compleja red de proyectos están cercando, no sólo al Istmo de Tehuantepec, sino también otras zonas de la entidad, como por ejemplo en Tlacolula [8], donde hay evidencia de cómo los procesos de despojo de la tierra y el territorio por la minería (donde 23 de los 25 municipios de Tlacolula, cuentan con concesiones mineras), están profundamente respaldados con operaciones militares, ya que en esta fase extractiva, se busca que las “fuerzas armadas operen como un ejército de ocupación para garantizar la instalación de empresas trasnacionales del ramo de la energía” [9]. Esto no pasa sólo en Oaxaca, pasa en Michoacán y en otros territorios. La guerra contra los pueblos está ahí y no reconocerlo sería un error.

Como herencia de la colonialidad, los de arriba pretenden seguir engañando a los pueblos con los ideales de “progreso” y “modernidad”, lo que evidencia el tono racis
ta que impera en el discurso neoliberal que pregona el Estado de raíz colonial. Tenemos que conocer al enemigo y sus planes de exterminio, porque la solución que imponen ellos para sus crisis, representa la muerte para nosotrxs, los abajos.

Por fortuna, los pueblos tenemos experiencia en el arte de la resistencia. Ya en meses recientes, diversos pueblos en regiones indígenas del país están organizando la rebeldía, informando a la población, haciendo foros públicos, manifestando la problemática en las redes sociales, elaborando mapeos de las amenazas en los territorios, difundiendo materiales escritos, usando el voz-a-voz, articulando distintos procesos organizativos, todas las herramientas de lucha sirven. El camino apenas empieza, pero es necesario acelerar el paso, porque la “Madre Tierra militarizada, cercada, envenenada, donde se violan sistemáticamente los derechos elementales, nos exige actuar” [10]. Hoy más que nunca es responsabilidad de todxs abrir los ojos y detener la guerra. Como bien dijo Berta Cáceres: ¡Despertemos Humanidad! Ya no hay tiempo.

Referencias:

01Véase las importantes aportaciones del boletín núm. #1 “Voces de Tierra, Mar y Viento” de la Articulación de Pueblos Originarios del Istmo en Defensa del Territorio (APOYO), publicado en septiembre del 2016.

02Gómez, Magdalena (2017), “Si no nos dejan soñar, no los dejaremos dormir”, en La Jornada. Disponible en: La Jornada.

03GeoComunes, Red Mexicana de Afectados por la Minería, Comité Ixtepecano en Defensa de la Vida y el Territorio (2017), “Ante la amenaza de la Zona Económica Especial ¡El extractivismo o la vida! Descripción de la amenaza de la Zona Económica Especial del Istmo de Tehuantepec y de los megaproyectos asociados”. Distribución local.

04GeoComunes, Red Mexicana de Afectados por la Minería, Comité Ixtepecano en Defensa de la Vida y el Territorio (2017), “Ante la amenaza de la Zona Económica Especial ¡El extractivismo o la vida! Descripción de la amenaza de la Zona Económica Especial del Istmo de Tehuantepec y de los megaproyectos asociados”. Distribución local.

05Empresario oaxaqueño expresidente de la COPARMEX (2009-2011) y del Consejo Coordinador Empresarial (2012-2015), dos de los más grandes consorcios empresariales del país. Incluso la revista Forbes lo reconoce como uno de los empresarios más influyentes en México. Disponible en: Forbes.

06La Comisión intersecretarial de las ZEE funciona como instancia para la toma de decisiones coordinadas competentes a la planeación, establecimiento y operación de las ZEE. Cuenta con 15 miembros con derecho a voto.

07“Lázaro Cárdenas ya es zona económica especial”, publicado en El Independiente. Periódico local de Zamora, Michoacán, p. 7.

08En esta zona de Oaxaca, existe la pretensión de instalar una base militar justo a un costado del proyecto minero en Tacolula (que por cierto, existen 10 proyectos mineros en este distrito), el cual fue rechazado el pasado 27 de abril, por medio de un acta oficial de asamblea general del pueblo, con la consigna ¡No a la zona militar ni a las concesiones mineras! Para más información, consulte el Grupo de Investigación-Acción Autónoma. Disponible en: Facebook / Grupo de Investigación-Acción Autónoma.

09Fazio, Carlos (2017), “El patrioterismo reaccionario y las ZEE”, en La Jornada. Disponible en: La Jornada.

10Discurso de Berta Cáceres (2015), galardonada con el premio Goldman edición 2015. Disponible en: Youtube.

¿Te gustó este articulo? ¡Apóyanos! Regeneración Radio es posible gracias a las contribución de nuestros lectores. Considera hacer una donación:

Más de la autora

Redes Sociales

70,158FansLike
1,057FollowersFollow
0FollowersFollow

INSTAGRAM

TENDENCIAS